Pastor nicaragüense cree que el liderazgo evangélico ha carecido de rol protagónico ante la crisis

“Tenemos un liderazgo cristiano evangélico que tiene más del 50% de la población. Pero en el diálogo nacional no pudimos poner ni un solo representante”, asegura el pastor, conferencista y autor Amilcar Kraudy.

MANAGUA · 30 DE JUNIO DE 2018 · 03:00

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Al menos 285 personas han muerto, 2.500 han resultado heridas, 156 desaparecidas y 46 lisiadas de forma permanente en Nicaragua debido a la represión del Gobierno de Daniel Ortega, según un informe difundido esta semana por la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos.

De acuerdo con el informe entre los fallecidos desde que comenzó la crisis sociopolítica, el 18 de abril pasado, están 20 menores de edad, 20 agentes policiales y un periodista.

Amilcar Kraudy, pastor, líder del ministerio Familia Beraca en Managua, Nicaragua, conferencista, y autor de 21 libros, tiene una visión imparcial del conflicto que ha desangrado al país centroamericano durante los últimos meses. En entrevista exclusiva él analiza cuál ha sido -y cuál debería ser- el papel de la Iglesia evangélica nicaragüense ante la crisis.

Pregunta.- Coméntenos sobre el rol que ha jugado la iglesia evangélica, sabemos que la Iglesia Católica ha tenido un rol protagónico en el llamado diálogo nacional, pero ¿Cómo ha sido el papel que ha jugado la iglesia evangélica durante todo este tiempo?

Respuesta.- El problema de la iglesia cristiana evangélica en Nicaragua se parece mucho al de América Latina. Tenemos un doble discurso, siempre estamos diciendo que los cristianos no nos debemos meter en política, que somos apolíticos, algo que es totalmente falso porque todos los seres humanos, tenemos una posición política.

Al inicio, cuando todo comenzó, la iglesia cristiana llamó a que se detuviera la violencia, viniera de donde viniera. Después, murió un hijo de un presbítero de una de las denominaciones más grandes del país y la denominación dijo que ellos condenaban esa muerte. Pero se habló de una muerte y no de un asesinato pese a que el hombre fue muerto de un disparo. Se ha tenido un discurso de bajo perfil y no habido una posición firme de acuerdo con las circunstancias, condenado el accionar de la policía. Eso llevó a que la población no hablara muy bien de la Iglesia [evangélica].

En Nicaragua somos más del 50% de cristianos evangélicos y en un diálogo nacional la iglesia evangélica brilló por su ausencia a causa de que tenemos buenos líderes dentro de nuestras organizaciones, pero pésimos líderes que tengan peso a la hora de poder traer una voz profética alrededor de las situaciones que acontecen en la nación.

P.- Sabemos de líderes evangélicos, incluso pastores, que en el pasado han tenido mucha cercanía con el presidente Ortega. ¿Cuál ha sido la posición de estos líderes, de estos pastores, ahora que todo el pueblo se ha volcado en contra del gobierno?

R.- Ellos continúan en su posición mediática y la mayoría del liderazgo evangélico, incluyendo a los que han tenido mucha relación con él, siguen llamando a la Iglesia nada más a la oración. Yo no estoy de acuerdo en que los evangélicos llamemos a una insurrección o a una desobediencia. Pero es que no habido una instrucción clara.

Moisés cuando vio el mar rojo, comenzó a orar y Dios le dijo… ‘Pero ¿porque oras? Es tiempo de marchar, extiende tu vara’. Me parece que hay un tiempo para orar, pero también hay un tiempo para avanzar, y la Iglesia en medio de todo esto no hemos tenido la suficiente gallardía para dirigir al pueblo y conducirlo en medio de esta crisis. Más bien hemos llamado a la gente a estar en ayuno y oración, y eso como que nos ha llevado a una pérdida de liderazgo.

Si tú me preguntas a mí ¿Quién es el gran perdedor en medio de todo lo que está ocurriendo en Nicaragua? Yo te diría; el liderazgo cristiano evangélico con su posición mediática.

P.- Por lo que usted nos está diciendo, parece que no es suficiente la oración y el ayuno. ¿Qué sería a su criterio lo ideal, lo que a usted le gustaría estar viendo a la Iglesia hacer en estos momentos?

R.- Si somos 3 millones de nicaragüenses; ¿no crees tú que podríamos tener una posición más beligerante? Hace poco se hizo un acto en la Plaza de la Biblia y la denominación más grande, que se jacta de tener 1 millón 200 mil personas en su denominación, no pudo colocar en esa plaza a más de 400 personas. Es a causa de que su liderazgo no define su posición, no política, pero sí su posición respecto a la crisis. Eso es lo que muchos estamos demandando.

Algunos de nosotros lo que hemos optado es permanecer aparte de lo que es el mover denominacional. Sí hemos visto las oraciones y hemos visto esos tiempos de intercesión en plazas, en lugares, momentos de humillación que han sido de mucho poder. Pero, si somos 3 millones, no se ha llevado nunca en ninguno de esos lugares, a más de 1.000 personas. Sólo hubo una muy bonita manifestación de la juventud cristiana evangélica autoconvocada -que se llamaron así- y que fue cubierta por el canal Enlace. Se movilizó de la rotonda Rubén Darío a la Jean Paul Genie y era bien grande, de más de 3 ó 4 kilómetros.

Hoy por hoy bajo las condiciones en que está el país ya no se pueden hacer muchas manifestaciones por la presencia de francotiradores en edificios que disparan a mansalva a las personas que andan en la calle. Su único pecado puede ser que anden una bandera de Nicaragua en la mano. Eso es considerado hoy en día, que esa persona está en abierta oposición al gobierno. La falta de tolerancia en este país nos está llevando a niveles extremos.

Sí hemos visto que el nivel de oración, el nivel de clamor de la Iglesia ha sido extraordinario. Grupos de personas, redes ministeriales, denominaciones completas, orando, declarando palabra, ungiendo el territorio. Pero la gran mayoría de la iglesia fue únicamente adoctrinada y discipulada, más no fue preparada para tiempos de crisis ni para actuar fuera de las cuatro paredes de la iglesia. Esto que hoy vemos en Nicaragua puede ser un vivo ejemplo de lo que puede ocurrir en medio de las naciones, cuando tenemos iglesias que se preocupan sólo por introducir gente dentro del templo, pero no preparan líderes hacia afuera.

Hoy tenemos un liderazgo cristiano evangélico que tiene más del 50% de la población. Pero en un diálogo nacional no pudimos poner ni un solo representante.

P.- ¿Dentro de todo el proceso del diálogo nacional no ha habido entonces ningún representante de la iglesia evangélica?

R.- Inicialmente se dijo que eran cuatro los que iban a participar. Dos o tres denominaciones pusieron su representante. Creo que era un bautista, uno de las Asambleas de Dios, uno de la Iglesia de Dios y no recuerdo quién era el otro.

Al fin y al cabo, la iglesia católica junto con el gobierno, definieron quienes iban y quienes no iban y la iglesia cristiana evangélica fue obviada o fue apartada. Desde ahí tú notas la poca beligerancia que tenemos. Tenemos un liderazgo muy fuerte pero que es denominacional, de organización, y entonces al no crear este vínculo, cuando los líderes dicen ‘vamos adelante’ la gente no quiere salir del templo.

Estamos hablando siempre; ‘yo soy la denominación más grande, yo represento a 3000 pastores, yo a 5000 pastores’. Pero eso en el fondo lo que demostró es que puedes tener muchos, pero, a la hora de querer mover a la gente y mostrar que tienes una representatividad en la nación, no es posible.

Creo que veremos surgir en los próximos días un liderazgo emergente en medio de nuestra nación. Creo que ese liderazgo cristiano beligerante, dispuesto a tomar posiciones no necesariamente dentro de la política, pero sí dentro del actuar de la nación, tendrá que verse pronto. Seguiremos orando, seguiremos creyendo que Dios intervendrá en medio de nuestra nación.

Yo creo que Nicaragua, a pesar de lo que se diga, sigue siendo tierra de pacificadores. Tú puedes ver en esas calles a miles de personas sin un arma en las manos, enfrentando una policía que está armada hasta los dientes. Es una batalla desigual. Creo que realmente aquí para el gobierno que hoy tenemos, se vuelve ingobernable el país y tiene que haber una solución pacífica.

P.- ¿Cuál es su análisis de lo que va a suceder o de lo que podría suceder a futuro? ¿Usted cree que el presidente Ortega llegue a aflojar sus condiciones, que llegue a poner abajo? Parece que la única condición por parte de los opositores, de los jóvenes estudiantes, es que Ortega abandone el poder. ¿Usted cree que el presidente llegue a conceder eso?

R.- El gran tema de esto es que, en este país, ocurrió un fenómeno totalmente extraño, los partidos políticos quedaron a un lado y los jóvenes [fueron los que] arrancaron. Ahora son los campesinos a la par de ellos y la población en general. Si me preguntas si yo creo que se queda o se va, el tema es que hay cientos de muertos, hay como 70 desaparecidos y miles de personas heridas. Es demasiado el derramamiento de sangre y el irrespeto de la población a la policía y a las instituciones del estado.

Hoy miras a un policía en un semáforo y alguien baja el vidrio y lo que le grita es ‘¡Ey! ¿A qué horas comienzan a matar?’ Osea el problema es que la población perdió el respeto a la institucionalidad del país y para recomponerlo no veo cómo ellos puedan recuperar la gobernabilidad del país sin hacer cambios realmente profundos en la forma de hacer gobierno en esta nación. Creer que esto es de que mañana quitan las barricadas y todo vuelve a la normalidad, es muy difícil porque la herida en medio de la sociedad es muy grande y es muy profunda.

Yo escuchaba las posiciones de analistas políticos y todo mundo no sabe ni qué pensar porque es muy difícil encontrar una salida. La OEA habla de adelantar las elecciones para finales del 2019. Hermano, 18 meses más en este tipo de batalla y yo creo que en Nicaragua no quedaría gente. Necesitamos una salida democrática en los próximos días para este país.

Estamos creyendo que Dios intervendrá. Las profecías han abundado, pero lo que estamos esperando es la intervención de Dios y que se abra una ventana en medio de lo que hoy no se logra ver, para poder ver a nuestra nación regresar a la senda de la justicia.

Realmente creo que esto va a traer un despertar. La iglesia cristiana hoy está orando por un avivamiento en Nicaragua. Yo creo que viene el mejor tiempo para la Iglesia de Jesucristo en esta nación y que lo que estamos viviendo solamente es como para un despertar porque Nicaragua se levantará. Tengo la certeza que veremos la mejor Nicaragua emerger en los próximos días en esta nación.

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