El gobierno de Honduras ataca a la iglesia evangélica

El ataque del gobierno de Honduras con la derogación del convenio migratorio con las iglesias evangélicas NO tiene nada que ver con dinero, como perversa y mal intencionadamente algunos medios se prestan a difundir para desinformar.

La iglesia evangélica NO RECIBE dinero del Estado. Lo que hacen algunas iglesias es que GESTIONAN con el gobierno los recursos para hacer obra social que ayuda al bien común, lo que es un derecho.

Lo que el actualmente derogado convenio migratorio aportaba era:

• 1. Facilitar la entrada de misioneros que llegan al país, para que se les permita hacer su trabajo humanitario, social y espiritual. Trabajo que ha sido muy beneficioso para el país, porque se ha hecho una labor que ni el gobierno lo ha hecho: construcción de templos, construcción de escuelas, construcción de centros de salud, construcción de viviendas, y nos digamos la labor de transformación de vidas por medio de la predicación del evangelio.
• 2. ⁠El convenio también facilitaba los trámites a aquellos misioneros que tras llegar al país van a quedarse manteniendo su aportación, porque antes de tener ese convenio el proceso era largo, además que los abogados se aprovechaban para sacarles mucho dinero.
• 3. Otro aspecto del convenio es que facilitaba la entrada de ayuda humanitaria cuando hay emergencias en el país. El apoyo de misioneros en momentos de las diversas crisis que vivido el país ha sido mucho más efectiva que la que ha hecho el mismo gobierno, con una respuesta inmediata con alimentos, ropa y reconstrucción.
• 4. El convenio como facilitador para crear todas estas condiciones se hizo a través de instituciones con la adecuada credibilidad ante el gobierno. Por eso es que el gobierno firmaba estos acuerdos con organizaciones serias, como la Confraternidad Evangélica de Honduras.

Con su actuación el gobierno busca quitar fuerza a la iglesia, así como busca quitar fuerza a la empresa privada. Es cierto que hay un apoyo fuerte de misioneros extranjeros en el país, pero gracias a Dios la iglesia local en Honduras se ha consolidado y hace por sí misma una grandiosa labor; y  gracias a esa labor es que aún el país está en pie.

El gran peligro que enfrenta un misionero que radica en Honduras es que puede ser sacado del país dependiendo de su estado migratorio. Esto es especialmente grave porque ocurre si en algún momento un misionero alza su voz en contra de gobierno, porque el gobierno puede llegar a sacarlo del país.

Se produce esta clara acción de ruptura del gobierno con la iglesia porque saben que sus ideologías políticas y de género son contrarias a nuestras convicciones. Este gobierno está demostrando estar en contra de Dios y de su iglesia. Y hace gran daño al país quitándole fuerza a la labor misionera, que tanto bien ha hecho a las familias más necesitadas.