Prótesis 3D para cambiar vidas de niños

Franco Mazzocca, joven estudiante argentino de ingeniería industrial, usa su impresora 3D para fabricar prótesis de mano y brazo, dentro de un programa internacional que está ayudando a miles de niños.

Daniel Hofkamp

18 DE JUNIO DE 2018 · 04:00

Valentino, el niño de 9 años que recibió su prótesis de mano personalizada./ El Sol,prótesis 3D, Valentino Argentina
Valentino, el niño de 9 años que recibió su prótesis de mano personalizada./ El Sol

“Embajadores atómicos” podría ser el nombre de una nueva serie de superhéroes. Pero en este caso, la realidad supera a la ficción, y los actos de heroísmo y valor los lleva a cabo un joven que han puesto su talento al servicio de los más necesitados.

No solo él, dado que el proyecto que surgió hace pocos meses en Argentina une la necesidad con la solución de forma casi milagrosa. Varios jóvenes ingenieros se dieron cuenta que la impresión 3D, ese adelanto técnico que empieza a llegar a nuestro mundo, podía tener una aplicación revolucionaria en el campo de las prótesis.

Así lo entendió Franco Mazzocca, un joven de 20 años, que cursa ahora mismo en Mendoza (Argentina) la carrera de ingeniería industrial. Apasionado de la tecnología, la robótica y la ingeniería, hace unos meses se “encerró” para fabricar su propia impresora 3D a partir de piezas recicladas y otras impresas. Entonces no sabía que con ella estaría cambiando la vida de niños con graves disfunciones.

 

ATOMIC LAB, UN PROYECTO EJEMPLAR

Pero la historia comienza unos meses antes, nos cuenta Franco. “La idea no es mía, sino que surge en Buenos Aires bajo la dirección de Gino Tubaro”, un joven al que el mismo Barack Obama alabó públicamente por su iniciativa. Gino entendió que la impresión 3D podía servir para fabricar prótesis.

Justamente son los niños los que no suelen poder acceder a un prótesis en el mercado. Las empresas especializadas pocas veces hacen prótesis para niños porque estas tendrían un uso temporal limitado al desarrollo del crecimiento. Es justo ahí donde la tecnología 3D trajo una solución “mecánica, barata y rápida”, nos explica Franco.

AtomicLab pone en contacto a familias con niños que necesiten prótesis de mano o de brazo. Gino Tubaro preparó un diseño en 3D que se adapta a todo tipo de perfiles y tamaños y lo “regaló”, subiéndolo a la red de redes para que cualquiera pueda imprimirlos.

El proyecto ganó popularidad en Buenos Aires, y el interés ha ido surgiendo en otros lugares. Así nace “Embajadores Atómicos”, que a través de grupos zonales en Facebook presenta casos en distintos lugares y busca a personas con impresoras 3D que sean capaces de desarrollar la prótesis de forma personalizada.

“Me inscribí nada más ver la convocatoria”, explica Franco Mazzocca. “El segundo caso que se publicó fue el de Valentino, un niño de Mendoza”, la provincia donde reside Franco. “Me mandaron las medidas de la mano, para que pudiera tomar el modelo diseñado por Gino y darle el tamaño necesario”, explica el joven estudiante. Luego vino el proceso habitual de fabricación: “La impresora transforma algo que está diseñado en el ordenador con un programa 3D en piezas plásticas que luego se acoplan, formando una mano”. Cada mano es, por lo tanto, única, personalizada, adecuada a las características del niño que la ha solicitado. Aunque parezca increíble, el producto final tiene un coste que no supera los 10 euros.

 

EMOCIÓN 

Una vez impresa la mano protésica, llegó el momento de probarla con Valentino. El niño y sus padres esperaban expectantes, pero también Franco. “Tenía miedo de que no funcionara, y cuando llegamos, estábamos todos ansiosos por ver qué pasaba. Pero después de unos minutos, Valentino ya empezaba a manejarse bien. Una semana después lo volví a ver y ya tenía un gran control del agarre, que es el mayor beneficio de la mano ortopédica, y una gran felicidad”, cuenta a Protestante Digital.

 

“Muchos niños tienen problemas de movilidad o de desarrollo de alguna parte de sus manos”, cuenta Franco. En el caso de Valentino, por una enfermedad llamada agenesia, había nacido con palma pero sin dedos. La prótesis plástica lo que hace es “aprovechar la movilidad de la muñeca, para que pueda así agarrar todo tipo de objetos, sin necesidad de electrónica, sensores ni baterías”.

 

MÁS PROYECTOS

La tremenda respuesta e impacto del caso de Valentino -ha salido en la prensa provincial y en televisión- ha llevado a que la misma Universidad donde estudia Franco impulse un proyecto similar, del que ya hicieron su primera entrega. “Es una prótesis para Virginia, a una niña de solo dos años y medio, un desafío grande”, cuenta Franco.

“Contactamos con una familia y usamos otro modelo, que necesita otros materiales algo más difíciles de conseguir. Fue algo más difícil hacerle entender a la niña que el movimiento de la muñeca ahora se transformaría en el agarre de su mano, pero tras unos minutos jugando y ayudándole, lo empezó a hacer, y a probar con todo lo que podía agarrar”, relata con ilusión.

 

PASIÓN POR AYUDAR

Franco es un apasionado de la mecánica, la robótica y la informática. Además, es cristiano evangélico y considera que todo lo que puede hacer, viene de Dios. “Es algo que he empezado a tener en cuenta este último año: todo lo que tengo, sea material, capacidades, o talentos, ha sido dado por Dios, y no me lo ha dado para guardármelo para mí, sino para servir a otros”.

“Quiero que sirva también para llevar el mensaje de salvación. Con las familias de Valentino y Virginia pudimos conversar sobre nuestra fe en Dios, y también con muchas personas que se han acercado gracias a esta noticia. Pocas cosas me ponen tan contento como eso”, añade Franco Mazzocca.

Además, considera que muchas otras personas pueden interesarse y unirse a estos proyectos, o también solicitar sus servicios. Para ello, se informa de forma precisa en las páginas web atomiclab.org  y enablingthefuture.org. Proyectos nacido en corazones altruistas que están, efectivamente, cambiando vidas para mejor.

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - CIENCIA - Prótesis 3D para cambiar vidas de niños