El infierno según la NASA y la Biblia

Ha levantado una polvareda de comentarios por parte de teólogos católicos y cristianos bíblicos.

    19 DE FEBRERO DE 2023 · 08:00

    Toby Elliott, Unsplash,volcán, lava
    Toby Elliott, Unsplash

    La semana pasada los medios internacionales publicaron que «la NASA asegura haber descubierto la ubicación del ‘infierno’ dentro del sistema solar». Revelaron que habían descubierto un exoplaneta que está cubierto de lava y al que describen como «el mismo infierno».

    El exoplaneta fue llamado «55 Cancri e» o «Super Tierra», el cual fue hallado a través del lente del Telescopio James Webb. Para los científicos que estudian este hallazgo, dicen que ‘55 Cancri e’ tiene un lado que no se aprecia porque tiene océanos de lava.

    Este exoplaneta está a unos 2,5 millones de kilómetros de una estrella muy parecida al Sol y tarda 18 horas en orbitar completamente. En esa «super tierra», la lluvia cae en toda la superficie en forma de lava.

    Tras anunciar los medios en sus titulares que la NASA había «descubierto el infierno», lo cual ha levantado una polvareda de comentarios por parte de teólogos católicos y cristianos bíblicos, quienes afirman que el infierno descrito en la Biblia no es un lugar físico, sino más bien espiritual.

    Este descubrimiento de la NASA nos permite adentrarnos un poco en uno de los más debatidos temas entre las religiones y diferentes sectas que hay en el mundo, pues muchas sí creen literalmente que existe el infierno, mientras que otras creencias lo niegan bajo el argumento de que «Dios no es tan malo para haber creado un lugar de tormento eterno».

    En primer lugar, es resaltante que un organismo científico como la NASA crea que existe el infierno y que este descubrimiento del ‘55 Cancri e’ sea ese lugar, cuando en ese organismo muchos de los científicos son ateos; es decir, no creen en Dios, menos que existe el infierno. Asombroso, ¿no lo cree usted?

    Pero para hablar acertadamente del infierno debemos necesariamente acudir a la más fiel de las fuentes que habla de ese tormentoso lugar: la Biblia. Jesucristo habló tantas veces y de manera tan detallada del infierno como lo hizo del cielo, así como el apóstol Pablo precisó su ubicación y el Apocalipsis nos declara cómo terminará el infierno.

    Veamos.

    • ¿Qué es el infierno? Es el lugar creado para encarcelar a los ángeles caídos que se aliaron con Luzbel (Satanás) revelándose contra Dios; a estos ángeles que pecaron los arrojó «al infierno en prisiones de oscuridad, los entregó a ser reservados para el juicio» (2ª Pedro 2:4; Judas 6).

    Es un lugar de castigo tormentoso donde «el fuego nunca se apaga y el gusano no muere» (Isaías 66:24; Marcos 9:43-44), a este son «arrojados o echados» todos los seres humanos pecadores que mueren habiendo rechazado en vida el perdón y la salvación que solo ofrece Cristo, el Hijo de Dios.

    Es la separación eterna de Dios. La eterna condenación de la que muchas veces habló Jesús en los evangelios (Mateo 5:22,29; 10:28; 18:9; 23:23; Lucas 12:5).

    El infierno o Hades, del griego gehena; también es conocido en el Antiguo Testamento como Abadón y Seol.

    • ¿Dónde queda el infierno? En la historia del ‘rico y Lázaro’ de Lucas 16:22-28, nuestro Señor Jesús contó que ambos murieron, pero Lázaro, que había vivido piadosamente y en pobreza fue llevado por los ángeles al «seno de Abraham» (un lugar de reposo, consuelo y espera antes de que Jesús abriera el Paraíso en el cielo una vez resucitó victorioso), lugar destinado para los que habían vivido piadosamente y desde donde podía verse el Hades o infierno. El rico fue arrojado al infierno debido a su vida dispendiosa donde era «atormentado por las llamas».

    El relato bíblico neotestamentario deja ver que el infierno, señalado en el Antiguo Testamento como el Abadón y el Seol, quedan en lo profundo de la tierra; sumado a esto están las investigaciones científicas que aseguran que el centro de la tierra es de un ardiente fuego líquido.

    Por su parte, al apóstol Pablo se le reveló y así lo escribió en su epístola a los Efesios 4:8-10, a dónde fue nuestro Señor una vez murió en la cruz y estuvo ahí hasta que resucitó. «Por esto dice: “Subiendo a lo alto, llevó consigo a los cautivos, y dio dones a los hombres”. Y al decir “subiendo”, ¿qué quiere decir, sino que también primero había descendido a lo más profundo de la tierra? El que descendió, es el mismo que también ascendió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo» (Efesios 4:8-10).

    Jesús descendió a lo más profundo de la tierra y luego ascendió de ahí a su trono en el cielo. Eso significa que el «seno de Abraham» en los tiempos de Jesús quedaba, y el infierno actualmente queda, en «lo profundo de la tierra» y no en un exoplaneta de fuego de nuestro sistema solar, por mucha lava y fuego que tenga.

    Además, la Biblia señala en Apocalipsis 20:11-15, lo siguiente: «Vi también un gran trono blanco, y al que estaba sentado en él. De su presencia huyeron la tierra y el cielo, y no se volvió a hallar su lugar. Vi entonces de pie, ante Dios, a los muertos, grandes y pequeños. Unos libros fueron abiertos, y después otro más, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados conforme a sus obras y conforme a lo que estaba anotado en los libros. El mar entregó los muertos que yacían en él; también la muerte y el Hades entregaron los muertos que yacían con ellos, y cada uno fue juzgado conforme a sus obras. Luego la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Ésta es la muerte segunda. Todos los que no tenían su nombre registrado en el libro de la vida fueron lanzados al lago de fuego».

    Este pasaje bíblico acerca del tiempo del juicio final enseña que este cielo y la tierra actuales huirán, ya no estarán más; el Hades o infierno estregará a los muertos que están ahí en condenación y, finalmente, el mismo infierno será echado en el lago de fuego eterno que nadie sabe dónde queda, conocido como «la segunda muerte», porque será la separación final de Dios de Satanás, los ángeles caídos y los hombres condenados a causa de su pecado, donde el mayor de los pecados es el haber rechazado a Jesucristo como su Señor y Salvador mientras vivían.

    Ahora que usted sabe qué es el infierno, quiénes están en él, dónde queda (que no es en el exoplaneta «55 Cancri e» como afirmó la NASA) y cuál será el destino final de este, llegó la hora de la gran pregunta: ¿dónde quiere usted pasar su eternidad, en el cielo o en el infierno?, ante la obvia respuesta solo le resta abrirle su corazón a Cristo y recibirlo hoy mismo como su único Señor y Salvador, Él le perdonará todos sus pecados y salvará su alma por siempre.

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Clarinada venezolana - El infierno según la NASA y la Biblia

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