Cómo vencer en el día malo
Es necesario atender Efesios 6 para resistir y superar al mal que nos llega en el día malo.
11 DE FEBRERO DE 2024 · 08:00

Muchas veces leemos en las Escrituras o escuchamos hablar de las pruebas, persecuciones, difamación y rechazo por causa de la fe en nuestro Señor Jesucristo, pero hay un tema del que muy poco se habla, y es el referente al ‘día malo’ y cómo superarlo.
¿Quién no ha tenido un día malo? ¿Quién no ha recibido una mala noticia que ha cambiado su día? Y si no lo ha tenido, tarde o temprano tendrá un día malo, por eso es prudente saber cómo reaccionar y superar el día malo.
La Biblia en ninguna parte dice que Dios impedirá que recibamos el día malo, pero sí dice que todos los días hasta el fin del mundo Él estará con nosotros y nos socorrerá cuando estemos en medio de este; sin embargo, nos tocará a nosotros enfrentarlo y superarlo con la ayuda del Señor. Veamos lo que nos enseña la Palabra de Dios en la carta del apóstol Pablo a los Efesios 6:10-13:
«Por lo demás, fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza. Vístanse de toda la armadura de Dios, para que puedan hacer frente a las intrigas del diablo; porque nuestra lucha no es contra sangre ni carne, sino contra principados, contra autoridades, contra los gobernantes de estas tinieblas, contra espíritus de maldad en los lugares celestiales. Por esta causa, tomen toda la armadura de Dios para que puedan resistir en el día malo y, después de haberlo logrado todo, quedar firmes».
En este pasaje hay tres verbos importantes que resumen cuál debe ser nuestra actuación como cristianos. En el verso 10 se nos manda: «fortalézcanse», el verso 11 dice «vístanse» y el 13 dice «tomen»; si lo habrá notado, los tres son ‘verbos imperativos’ (que se emplean para expresar mandatos, órdenes, solicitudes, ruegos o deseos); Dios nos ordena que seamos nosotros los que nos fortalezcamos, vistamos y tomemos; nunca esperemos que Él u otra persona lo haga por nosotros. Erróneamente mucha gente piensa que es Dios u otros quienes deben hacer las cosas por ellos, pero la Biblia enseña que esto no es así, si no lo hago yo nadie lo hará por mí.
• Veamos lo que enseña el verso 10. Dice «Fortalézcanse en el Señor», no en nada ni nadie más, ¿de qué manera?, «en el poder de su fuerza», nunca en nuestras fuerzas o nuestra prudencia, sino totalmente en la suya; a través de la oración, el ayuno y la lectura de la Biblia. Muchos fallan al confiar en sí mismos, es bueno creer en nosotros mismos, siempre y cuando nos fortalezcamos en Él y en el poder de su fuerza.
• Luego se nos manda en el verso 11 a «vestirnos de toda la armadura de Dios», no una parte de ella, sino toda, porque cada implemento tiene un porqué y un para qué en la batalla espiritual que nos toca vivir a diario; los versos 14 al 17 de Efesios 6 se nos detalla cuál es la armadura y su utilidad. Por supuesto, que como nuestra guerra es espiritual esta armadura también es espiritual, pero el apóstol Pablo nos la ilustra con una armadura romana real para que entendamos bien el mensaje.
¿Con qué fin debemos vestirnos de la armadura de Dios?, para poder hacer frente a las asechanzas o intrigas del diablo en contra de nosotros y los nuestros; él nunca descansa y siempre está urdiendo y ejecutando sus planes malévolos en contra del hombre y más si es cristiano, porque cuando vivíamos en pecado éramos su propiedad, pero ahora que somos de Cristo, nos convertimos en sus enemigos. El diablo le teme a los hijos de Dios por el poder y la autoridad que Jesús nos delegó, por eso no descansa en sus asechanzas; pero si nos vestimos de toda la armadura, no sólo no podrá con nosotros, sino que seremos su peor pesadilla.
El verso es bien claro en señalarnos contra quién es nuestra pelea. No es contra seres humanos, sino contra los espíritus diabólicos que influyen en ellos para causar daño y hacernos mal. Nosotros tenemos al Espíritu Santo dado por la gracia de Jesucristo a quien le ha recibido como su Señor y Salvador; sin embargo, la gente que no tiene al Señor está influida y muchas veces poseída por estos espíritus de maldad. Así que no debemos orar contra fulana o zutano, sino contra los demonios que los manipulan por no estar llenos de Dios. Esperamos se haya entendido bien, no es contra la gente la batalla ni tampoco la armadura, es contra los seres espirituales de maldad que los usan a ellos para afligirnos.
• Y el versículo 13, que es donde queríamos llegar, dice imperativamente «tomen toda la armadura de Dios»; el 11 decía ‘vístanse’; pero ahora nos dice ‘tomen’ (significa tomar hacia arriba [‘contra espíritus de maldad en los lugares celestiales’], recibir, llevar). Primero nos vestimos luego tomamos la armadura para atacar y defendernos. Es la manera espiritual de resistir «el día malo».
Veamos el significado del adjetivo malo. Es importante aclarar que el día no es malo en sí mismo, sino lo que ocurre en ese día; por lo tanto, lo malo aquí es el suceso. Hay dos palabras en griego para malo en el Nuevo Testamento, ‘kakos’ (que es la maldad de pensamiento, carácter, actuar de una persona); la otra es ‘ponerós’, que es la aplicación que tenemos del versículo 13 que estamos tratando (se usa sólo para Satanás, y tiene su traducción correcta como «el maligno» o las acciones malas del diablo).
Entendiendo en este pasaje las maldades de Satanás como: lo dañino, el efecto o influencia de su maldad, algo calamitoso, enfermo por enfermedad proveniente del diablo, trastada, malicia, perversidad, malignidad, maldad y malas cosas. En resumen, son todas las acciones de Satanás contra nosotros, aunque ello implique que use a seres humanos cercanos a nosotros, no son ellos, sino la influencia perversa del diablo en ellos.
«El día malo», por lo general, es el día cuando el enemigo nos ataca; entonces, después de enfrentarlo y resistirlo con la armadura de Dios y el poder de la fuerza del Señor, podamos estar o permanecer firmes al final de esa prueba que nos vino o inició en ese día malo.
Día malo es aquello que nos sobreviene causándonos dolor, tristeza, pesar, duelo, entre otros sentimientos y pensamientos negativos; sea de manera accidental, por una mala noticia, la partida de un ser querido, el informe médico negativo o una pérdida económica.
Por esa razón, es necesario que atendamos el consejo de Efesios 6 para resistir y vencer al mal que nos llega en el día malo, el Señor nos dotó de lo necesario para salir airosos contra los ataques del adversario o nuestras vivencias en un cuerpo y un mundo caídos por causa del pecado.
Pero si usted no ha puesto su vida en las manos del Señor está desarmado e indefenso, a merced del enemigo; por eso le invito a recibir a Cristo Jesús en su corazón hoy mismo, Él no sólo lo perdonará, sanará y salvará de la eterna condenación, también lo blindará con su Espíritu Santo para cuando llegue el día malo a su vida usted salga victorioso, como nos lo asegura la Biblia en Romanos 8:35-39:
«¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligros, o espada? Como está escrito: Por tu causa somos muertos todo el tiempo; fuimos estimados como ovejas para el matadero. Más bien, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy convencido de que ni la muerte ni la vida ni ángeles ni principados ni lo presente ni lo porvenir ni poderes ni lo alto ni lo profundo ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro».
En nuestro próximo artículo abordaremos el medio que Dios nos provee para cubrirnos y contratacar cuando llegue el día malo...
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Clarinada venezolana - Cómo vencer en el día malo