Caminando en tu propósito con fe

Recuerde que el Altísimo ni se adelanta ni se atrasa, siempre llega a tiempo.

23 DE JUNIO DE 2024 · 08:00

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Imagen de diseño propio realizada por IA

La Biblia enseña que el principal propósito de Dios es que seamos conforme a la imagen de Jesucristo su Hijo antes de cualquier otra cosa que hagamos en la vida o en nuestro servicio como cristianos

 La manera por excelencia para cumplir el propósito para el cual el Señor nos creó y llamó a su Reino es caminar con fe.

La Palabra de Dios señala que «andamos por fe, no por vista» (2ª Corintios 5:7). Debemos caminar con los ojos puestos en el Señor y no en las circunstancias, porque estas muchas veces son adversas y buscarán sacarnos de nuestro propósito, pero si caminamos confiados plenamente en las promesas de Dios sabemos que pase lo que pase Él tiene cuidado de nosotros y nada ni nadie nos arrebatará de sus amorosas manos, ni la peor tentación o prueba, puesto que el Señor las permite para nuestro crecimiento y madurez.

Este mismo pasaje de 2ª Corintios 5:7, en la versión Nueva Traducción Viviente dice: «Pues vivimos por lo que creemos y no por lo que vemos», y en la versión La Palabra, afirma: «caminamos guiados por la fe y no por lo que vemos».

Este pasaje en las diferentes traducciones que hemos leído nos da a entender que nuestro caminar o vivir es plenamente por fe y no por lo que vemos hoy.

Cuando Dios nos da sus promesas estas tienen un tiempo para cumplirse, nos toca a nosotros los hijos de Dios caminar creyendo en lo que el Señor dice y no en las circunstancias, pues estas cambian día a día, mientras que lo que Dios nos dice permanece para siempre, Él no cambia, sigue siendo fiel.

Veámonos en la vida de José, presente en los capítulos 37 al 41 del libro de Génesis.

Dios le mostró en sueños a José lo que haría con él y al contárselo a su padre Jacob y sus hermanos le tuvieron en poco y por envidia le vendieron a unos mercaderes con apenas 17 años de edad, a partir de allí vivió circunstancias adversas, aunque Dios nunca dejó de estar con él y de prosperar todo lo que José hacía.

Cierto día la mujer de su amo Potifar quiso acostarse con él y este salió huyendo, ella al verse despreciada lo acusó de querer violarla, por lo que su marido, un influyente militar egipcio, lo mandó a encarcelar. Sin embargo, Dios no permitió que lo pusieran con los delincuentes, le extendió su misericordia y le dio gracia ante los ojos del encargado de la cárcel. El encargado de la cárcel entregó en manos de José a todos los presos que había en la cárcel; y todo lo que hacían ahí, José lo dirigía.

Y la Biblia señala que después de estas cosas que el copero y el panadero del rey de Egipto ofendieron a su señor, el rey de Egipto. El faraón se enfureció contra sus dos funcionarios, el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos, y los puso bajo custodia en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel donde José estaba preso. El capitán de la guardia se los encargó a José, y él les servía. Estuvieron algunos días bajo custodia, hasta que José le interpreta el sueño al copero y al panadero; el copero fue restituido en su cargo y dos años después cuando el faraón tuvo un sueño, este recordó a José y lo mandaron a traer ante la presencia de faraón.

José no sólo interpreta el sueño de faraón, sino que le aconseja lo que debe hacer para aprovechar los 7 años de las vacas gordas para enfrentar los 7 años de las vacas flacas; ante lo cual faraón lo nombra gobernador de todo Egipto y José cumple así el propósito de Dios de ser usado para preservar la vida de la hambruna de todo el mundo de aquel tiempo, incluida su propia familia para que Israel llegara a ser el numeroso pueblo que fue y es hasta hoy.

Nosotros como José podemos vivir en nuestro caminar muchas circunstancias adversas que nos hagan creer que no cumpliremos nuestro propósito, pero si andamos por fe en las promesas del Señor y no con la vista puesta en lo que nos pasa o pasa a nuestro alrededor, entonces lograremos cumplir en el tiempo de Dios nuestro propósito, recuerde que el Altísimo ni se adelanta ni se atrasa, Él siempre llega a tiempo.

Tal vez en la actualidad muchos estén como José en la cárcel, privados por muchos factores de hacer su vida normal en pro del propósito divino, pero gozamos de la gracia del Señor que nunca nos abandona en nuestro caminar.

Y para los que vivimos en Venezuela, Cuba, Nicaragua y otras naciones más de nuestro continente, las cosas son todavía más difíciles en estos tiempos de acentuadas crisis nacionales, donde como José:

• Luchamos por la subsistencia y servimos a Dios, pero estamos presos.

• Dios no olvida sus promesas y seguimos en su propósito a pesar de las adversidades.

• Sigamos caminando en fe, no dejemos de soñar, pues pronto saldremos de la prisión al palacio de gobierno.

• El cambio que está llegando a nuestro continente no será por un hombre, sino Dios mismo por medio de su Espíritu a través de sus hijos fieles los que esperaron en Él por fe y se prepararon para los días de gloria y bendición de nuestra nación.

Lo que José vivió, a su parecer eran injusticias y duras pruebas, pero a los ojos de Dios era la preparación para cumplir su gran propósito de ser gobernador de Egipto. ¿Qué propósito tiene Dios con usted? Las circunstancias adversas no cambiarán la voluntad del Señor para tu vida, por eso no podemos caminar por lo que vemos, sino por medio de la fe.

Romanos 14:22-23, dice: «La fe que tú tienes, tenla para contigo mismo delante de Dios. Dichoso el que no se condena a sí mismo con lo que aprueba... Pues todo lo que no proviene de fe es pecado». No olvide que «sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan» (Hebreos 11:6).

Caminar en nuestro propósito divino puede que no sea fácil, pero si lo hacemos con los ojos puestos en el Señor alcanzaremos la victoria final y lograremos nuestro propósito en la vida.

Sembremos con fe hoy lo que esperamos cosechar mañana, las cosas se alcanzan con esfuerzo y con plena confianza en Dios, Él va delante de nosotros como poderoso gigante, Él libra nuestras batallas y nos da la victoria, siempre y cuando caminemos creyendo de que Él hace y nos da mucho más abundantemente de lo que pedimos y esperamos según el poder del Espíritu Santo que actúa en nosotros.

Adelante, así como José gozó del favor de Dios en medio de sus conflictos y aun en la cárcel le sostenía la gracia divina hasta que salió a cumplir lo que de joven el Señor le había mostrado, así sucederá con usted y con todo aquel que pone su confianza en el Dios fiel e infalible.

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Clarinada venezolana - Caminando en tu propósito con fe