Corea del Norte y el Apocalipsis

De unos años a la fecha, Corea del Norte, con su máximo dirigente Kim Jong-Un a la cabeza, ha venido haciendo pruebas de armamento nuclear de alto calibre y a su vez amenazando al gobierno de EE.UU. de atacarles con los mismos, lo cual ha producido ya dos reuniones entre Donald Trump y Jong-Un.

Para los estudiosos de las profecías bíblicas acerca de los tiempos del fin, esta arrogante actitud del gobierno oriental es motivo de análisis, pues tanto despliegue nuclear luce desafiante no solo para Norteamérica, sino para el resto del mundo que sabe que un ataque de esa índole sería letal para muchas otras naciones del orbe; por esa causa la ONU ha mostrado su preocupación, al tiempo que ha condenado este tipo de pruebas misilísticas por parte de Corea del Norte.

Jesucristo ya nos había anticipado: «Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores» (Mateo 24:6-8). Sin duda que estas amenazas de Kim Jong-Un encajan perfectamente en este pasaje bíblico; sin embargo, y más allá de ello, cabe preguntarse: ¿está Corea del Norte dentro del panorama profético venidero?

El libro de Apocalipsis habla de inminentes juicios que se desatarán pronto en la tierra, desarrollados a partir del capítulo 6, donde se comienzan a desatar 7 sellos, luego suenan 7 trompetas y, por último, se derraman 7 copas de la ira de Dios sobre un mundo regido por el siniestro personaje conocido como el Anticristo (el falso cristo que se opondrá al Dios verdadero y eterno y a quienes creen en el Señor).

Dicen las Escrituras en Apocalipsis 16:12, lo siguiente: «El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates; y el agua de éste se secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente». En ninguna otra parte de la Biblia se hace mención ni se especifica cuáles son estas naciones del Oriente que vendrán por el control de Israel y el mundo sumido bajo la bota del Anticristo, quien para el final de la «gran tribulación» apocalíptica, estará gobernando desde la ciudad de Jerusalén; pero por la manera que se están conformando el panorama político-bélico-geográfico, es casi seguro que Corea del Norte sea una de estas naciones que se unirán probablemente a China, India, Paquistán, Afganistán, entre otras -todas al oriente tanto de Israel como del río Éufrates-, las cuales tienen en común ideologías religiosas contrarias al Dios de Israel, y que unirán esfuerzos para la gran batalla final.

Sigue diciendo Apocalipsis 16, «Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas; pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso... Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón» (vss. 13-14,16). Será una especie de «trinidad» diabólica imperante en los últimos 7 años del mundo, previos a la segunda venida de Cristo. Estos tres seres harán que naciones antagónicas se unan en torno a un solo fin, atacar Israel y evitar que Cristo establezca su reino milenial en Jerusalén.

Esa gran batalla final (la que muchos denominan la tercera guerra mundial), bíblicamente conocida como Armagedón, será de todos contra Jesucristo/Israel; batalla que el propio Jesús ganará destruyendo definitivamente a los ejércitos gobernados por la «trinidad diabólica», incluyendo a esta misma.

Si Corea del Norte no es destruida antes de la conformación de Armagedón, en alguna de las guerras de «nación contra nación» de las que Cristo profetizó, entonces seguramente estará entre estos «reyes del oriente» que se unirán al final para ir contra Israel y que serán arrasados junto con sus ejércitos por el propio «Rey de reyes y Señor de señores»: Jesucristo (Apocalipsis 19:11-21).