Jóvenes que abandonan la iglesia
Meditemos en el caso de Moisés y Jocabed, su madre.
17 DE ABRIL DE 2024 · 08:00
La única constante es el cambio (3)
En los anteriores artículos estamos tratando las transformaciones que se están produciendo a nivel global y en cada uno de nuestros países; y en concreto que pese a saber y conocer el cambio de época, hacia el interior de la iglesia no hemos realizado adaptaciones profundas que nos permitan adecuar nuestra comunicación y estrategia para compartir el inmutable y eterno mensaje del Evangelio en nuestras comunidades, sino que solamente hicimos modificaciones de tinte más superficial o de formas.
Abordamos en los dos anteriores artículos la necesidad de un nuevo entendimiento de la “Gran Comisión”, y el actual perfil o estilo de liderazgo.
En el presente, abordaremos la realidad que nos muestran los análisis y datos de distintas organizaciones para-eclesiásticas y estadísticas generales vinculadas al mundo evangélico, notaremos que son muchos los jóvenes que abandonan la iglesia cuando alcanzan la mayoría de edad.
De hecho, hay centenares de artículos y litros de tinta utilizados para tratar de entender esta problemática y frenar el sangrado.
Debemos entender que hay múltiples motivos o razones que tienen que ver con el contexto, con el quehacer eclesiástico, con temas familiares y coyunturales que puedan motivar el alejamiento de los jóvenes y de hecho se entrelazan en una imbricada malla multicausal.
Pero hay una buena síntesis en un artículo de “Coalición por el Evangelio” publicado en el año 2017 y que enumera al menos tres razones para tal alejamiento.
- La primera, hablan de preguntas sin respuestas (no siempre los adultos brindamos respuestas)
- La segunda, sermones sin relevancia
- Y finalmente una iglesia sin misión (1).
Necesitamos pensar en el desarrollo de la próxima generación, pero tornándola en la presente generación la cual es capaz, más allá de su edad, de ser testigos de Cristo en donde se encuentren. Lo dicho implica un desafío sin precedentes para el ministerio de niños y primeramente para las familias. De no corregirse esta tendencia en el mediano plazo la iglesia irá perdiendo su vitalidad.
Detengámonos por unos instantes en la importancia del proceso formativo de los niños, a este fin meditemos en el caso de Moisés y Jocabed su madre, por unos instantes.
Todos conocemos la historia del “Libertador de Israel”, dice la Biblia que Moisés fue criado por su madre, la nodriza hebrea a la cual llamó Miriam su hermana (Ex. 2:7-8) por instrucción de la hija del faraón. La hija del faraón le dice expresamente: “llévate a este niño y críamelo…” (Ex. 2:9 - NVI); y concluye el texto sacro: “Fue así como la madre del niño se lo llevó y lo crió. Ya crecido el niño, se lo llevó a la hija del faraón y ella lo adoptó como hijo suyo; además, le puso por nombre Moisés” (Ex. 2:9-10 - NVI).
Jocabed realizó un asombroso y eficiente proceso formativo en la vida de Moisés, nos damos cuenta dado que según la mayoría de los estudiosos bíblicos entienden conforme la tradición hebrea que la mamá tuvo a Moisés hasta los 3 o 4 años de edad consigo, luego lo entregó a la corte del faraón, a su hija.
Sabemos que a los 40 años Moisés termina matando a un soldado egipcio por maltratar a un judío y podemos entender que en gran parte esta decisión desafortunada tuvo como centro que pese a los 36 años que Moisés vivió en la corte del faraón y abrevó de su idioma, cultura, conocimientos y fe, jamás pudo olvidar lo que sin dudas su mamá le enseñó: que tenía un pueblo que era Israel y un Dios que se llamaba Jehová.
Como cuerpo de Cristo somos llamados a formar a la próxima generación en la fe en Jesús para que más allá de donde se encuentren en el futuro se transformen en servidores del Señor.
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Artículos anteriores de esta serie sobre “La única constante es el cambio”
1.- La iglesia precisa un cambio de mentalidad
2.- Perfil y estilo de liderazgo en la iglesia hoy
3.- Jóvenes que abandonan la iglesia.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Con sentido - Jóvenes que abandonan la iglesia