Superar la brecha generacional hijos-padres

A veces los resabios de los padres impiden cambiar muchas de sus actitudes estrechas, rígidas e intolerantes con sus hijos.

26 DE DICIEMBRE DE 2021 · 08:00

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RODNAE Productions, Pexels

Lo que llamamos “brecha generacional” hace referencia a las deficientes relaciones entre hijos y padres, y viceversa. Es decir, la ruptura que se da entre una generación y otra que hace difícil las relaciones cordiales y constructivas entre ambas y causan dolor a padres e hijos por igual.

Las nefastas consecuencias que la brecha generacional puede acarrear para la sociedad en general nos indican que éste no es un asunto trivial, sino algo de crucial importancia para todos.

 

La brecha hijos-padres

Esta brecha generacional se da en dirección contraria a la mencionada la pasada semana, y no es tampoco inusual. Porque en ocasiones son los resabios de los padres los que impiden cambiar muchas de sus actitudes estrechas, rígidas e intolerantes, incapacitándolos para asumir los retos de los nuevos tiempos de forma constructiva, haciendo inevitable el relevo a cargo de los hijos que no están viciados como sus padres.

El científico Max Planck hizo incidental referencia a esta brecha al resumir de este modo la forma en que se dan los avances de la ciencia entre una y otra generación: “Una verdad… nueva no suele imponerse porque sus adversarios… se rindan a sus razones, sino… porque éstos van muriendo, y la generación siguiente se ha ido familiarizando desde un principio con la verdad”. Afirmación que evoca un conocido episodio de la historia de Israel en el Antiguo Testamento: el éxodo a través del desierto.

Este significativo suceso en la historia judía quedó marcado por el hecho de que la generación de adultos que partió de Egipto tuvo que deambular por el desierto durante cuarenta años, pereciendo en él debido a que, mientras estuvieron allí, se resistieron a aprender las lecciones necesarias para tomar posesión de la tierra prometida.

En contraste, la generación que creció en el desierto y no estaba tan contaminada con las prácticas de los egipcios aprendió a confiar en Dios y gracias a ello pudo conquistar y establecerse en el lugar que Él les había entregado (Números 14:22-31; Josué 5:6-9).

Lamentablemente, con frecuencia los padres son odres viejos que no pueden contener el vino nuevo de sus propios hijos (Mateo 9:17).

Con todo, no podemos olvidar que Moisés, junto con Josué y Caleb, entre otros, formaba parte de la generación de adultos que salieron de Egipto. Y estos últimos dos fueron excepciones que nos demuestran que esta brecha generacional también puede ser sorteada con éxito.

No todos los miembros de la vieja generación tuvieron, pues, que perecer en el desierto sin poder tomar posesión de la tierra prometida a causa de la brecha generacional hijos-padres.

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Creer y comprender - Superar la brecha generacional hijos-padres