Arqueología de la conquista de Canaán

No hay duda arqueológica del componente militar involucrado en el surgimiento de Israel como pueblo en Canaán.

24 DE DICIEMBRE DE 2023 · 08:00

Desierto delante de Jericó. Foto: Valdemaras D. / Unsplash,Jericó
Desierto delante de Jericó. Foto: Valdemaras D. / Unsplash

La arqueología ¿corrobora o refuta el A. T.? (5)

La conquista de Canaán es arqueológicamente problemática por dos razones. La primera es que muchos extraen de la Biblia un modelo de conquista fulminante que no coincide con los hallazgos arqueológicos.

Este modelo de conquista fulminante surge del uso de expresiones hiperbólicas o exageradas como las que hallamos en la Biblia en relación con las campañas militares emprendidas por los israelitas contra las ciudades-estado cananeas.

Así, muchos consideran que si los hallazgos arqueológicos no coinciden con estas descripciones ꟷcomo en efecto parece sucederꟷ, entonces el relato bíblico debe ser ficticio. Pero lo curioso es que nadie disputa el valor histórico de fuentes documentales antiguas como las inscripciones egipcias, asirias e hititas, a pesar de que ya se ha establecido que en ellas también aparecen este mismo tipo de exageraciones en cuanto a las hazañas militares.

Así, la honestidad exige que se mida con el mismo rasero la narración bíblica del libro de Josué y se valore de la misma manera.

Por eso, como lo recoge Jeffery L. Scheler: “No se debería minimizar el valor de su núcleo histórico [se refiere al libro de Josué] por el hecho de que las hipérboles del texto no resisten el análisis minucioso de los arqueólogos”. Sobre todo, porque hoy se sabe que el recurso a las hipérboles era común entre quienes escribían crónicas guerreras en el antiguo Cercano Oriente.

La segunda razón es que, descontando, pues, las hipérboles como un recurso literario legítimo de la época y la región y colocándolas en su justo lugar y proporción, lo cierto es que, como nos lo hace ver una vez más Jeffery Scheler: “el libro de Josué, tomado en su conjunto, señala una realidad que no es la de una conquista militar fulminante de la Tierra Prometida”

O como lo dice en otro lugar: “Una lectura detenida de Josué muestra logros militares mucho más modestos que esas escenas de ataques fulminantes que tanto les gusta cuestionar a los expertos en crítica textual”. 

Y una vez hechas estas necesarias matizaciones, la narración bíblica comienza a armonizar con los hallazgos arqueológicos y la evidencia física encontrada comienza a coincidir sorprendentemente con el libro de Josué.

El caso de Jericó y Hai es polémico y ha oscilado como un péndulo a favor y en contra del relato bíblico. Justamente por eso, no se puede ser todavía medianamente concluyente en ningún sentido y el caso sigue abierto a la discusión especializada. Pero en medio de esa discusión, los hallazgos arqueológicos dan cuenta de la destrucción de estas dos ciudades de maneras que coinciden de un modo admirable con el relato bíblico. Lo que no coincide es la fecha o datación de estas destrucciones, para las que se han propuesto diversas fechas hasta con mil años de diferencia entre una y otra, ninguna de las cuales armoniza con la fecha aceptada de la conquista. Y como la discusión a este respecto está abierta entre los estudiosos, habrá que esperar en el futuro un veredicto final que dirima esta discusión en algún sentido. Por eso, por lo pronto y hasta nueva orden, Jericó y Hai se encuentran en suspenso y no se pueden argumentar como evidencia arqueológica a favor de la narración bíblica.

Sin embargo, aunque desde el punto de vista arqueológico sea imposible sostener que el establecimiento de los israelitas en Canaán se haya dado mediante una conquista militar fulminante, no existe duda cerca del componente militar involucrado en el surgimiento de Israel como pueblo en Canaán.

Al decir del arqueólogo israelita Yigael Yadin: “No hay necesidad de aceptar cada detalle del relato bíblico, ni hay por qué rechazar la base histórica de la conquista…”, debido básicamente a que, como continúa diciendo, la arqueología: “en términos generales, confirma que hacia fines de la última etapa de la Edad de Bronce, grupos de israelitas seminómadas destruyeron una cantidad importante de ciudades cananeas, después de lo cual, lenta y gradualmente, construyeron sus propios asentamientos sedentarios sobre esas ruinas, y ocuparon el resto del territorio”.

 

Artículos anteriores de esta serie sobre "La arqueología ¿corrobora o refuta el A. T.?"

1.- Arqueología, testigo de la verdad

2.- Arqueología bíblica y secular

3.- Arqueología del tiempo de los patriarcas

4.- Arqueología del Éxodo de Egipto

5.- Arqueología de la conquista de Canaán

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Creer y comprender - Arqueología de la conquista de Canaán