Los simples o inexpertos

Los tres grados de la insensatez son el inexperto, el necio y el insolente.

    09 DE MARZO DE 2025 · 08:00

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    StevePB, Pixabay

    El top 3 de la insensatez (1)

    Los libros sapienciales de la Biblia son los que se dedican, como su nombre lo indica, a la búsqueda y exaltación de la sabiduría práctica en la vida. Entre estos se destaca, por supuesto, el libro de los Proverbios.

    Y en este libro se caracterizan, por contraste y oposición a los sabios, a tres tipos de personas con rasgos definidos y diferenciados entre sí que constituyen una especie de escalamiento creciente en el grado de oposición a la sabiduría que cada una de ellas exhibe.

    De estos tres grados o escalas, la inexperiencia, la necedad y la insolencia,  vamos a tratar en sendos artículos

     

    El inexperto o simple

    Hoy, en primer lugar, nos encontramos con los simples o inexpertos, también designados como incautos, ingenuos, imprudentes e incluso como tontos en algunas traducciones demasiado parafraseadas de la Biblia.

    A ellos se dirige en primera instancia el libro de los Proverbios mediante esta invitación que la sabiduría personificada les formula: “Ustedes los inexpertos, ¡adquieran prudencia! Ustedes los necios, ¡obtengan discernimiento… «¡Vengan conmigo los inexpertos! ꟷdice a los faltos de juicio” (Proverbios 8:5; 9:4).

    Ahora bien, la línea que separa a los inexpertos de los necios es muy difusa y sutil, al punto que, de no tomar medidas para corregir su condición de inexpertos con prontitud, estos pueden terminar convirtiéndose muy rápidamente en necios, pues: “Herencia de los inexpertos es la necedad; corona de los prudentes, el conocimiento” (Proverbios 14:18).

    Sea como fuere, el inexperto aún no exhibe las malas actitudes del necio y su ya proverbial resistencia a la sabiduría, sino que lo que lo caracteriza es la ignorancia, la ingenuidad y la inexperiencia que, de cualquier modo, lo pueden llevar a meterse en dificultades. Esta consecuencia podemos leerla: “El prudente ve el peligro y busca refugio; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias” (Proverbios 22:3), algo que no lleva a cabo a sabiendas y con plena conciencia.

    De hecho, los inexpertos pueden todavía ser avisados y aprender por la instrucción y la experiencia ajena sin tener que sufrir ellos mismos las consecuencias, sino observando la experiencia de terceros, como se deduce de lo siguiente: “Golpea al insolente y se hará prudente el inexperto; reprende al entendido y ganará en conocimiento” (Proverbios 19:25). Y por lo mismo, si se disponen con humildad y no se endurecen a la invitación que la sabiduría les formula, pueden llegar a ser sabios sin sufrir las consecuencias dolorosas de los siguientes dos grupos.

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Creer y comprender - Los simples o inexpertos

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