La necedad de los necios según Dios
Caracteriza al necio su negativa a tener presente a Dios en sus decisiones, hacer gala de su necedad y ser contencioso.
16 DE MARZO DE 2025 · 08:00

Vimos en el anterior artículo de esta serie que, por contraste y oposición a los sabios, hay tres tipos de personas con rasgos definidos y diferenciados entre sí que constituyen una especie de escalamiento creciente en el grado de oposición a la sabiduría que cada una de ellas exhibe.
De estos tres grados o escalas, ya hablamos de la inexperiencia o simplicidad. Hoy trataremos la necedad, y finalmente en el último artículo abordaremos la insolencia.
La necedad en la Biblia
Los necios son una categoría de personas a quienes el libro de Proverbios y la Biblia en general identifica y censura de manera insistente y repetida.
De hecho, la necedad acecha a todos los seres humanos desde la infancia y solo la disciplina correctiva puede mantenerla a raya sin que haga presa de nosotros, como se nos revela en los Proverbios: “La necedad es parte del corazón juvenil, pero la vara de la disciplina lo corrige” (Proverbios 22:15).
Una de las características de los necios es su negativa a tener presente a Dios en sus consideraciones y a ser indiferentes hacia Él, como el rico de la parábola evangélica que, en vista del incremento de sus riquezas y las nuevas problemáticas que esto podía implicarle, decidió simplemente construir depósitos más grandes para almacenarlas y seguir dándose la gran vida, a lo cual Dios le replicó sentenciosamente: “… ‘¡Necio! Esta misma noche te van a reclamar la vida. ¿Y quién se quedará con lo que has acumulado?” (Lucas 12:20).
Los necios, además, hacen gala de su necedad: “El hombre prudente no muestra lo que sabe, pero el corazón de los necios proclama su necedad” (Proverbios 12:23). Y lo hace a las primeras de cambio, cuando abre la boca, pues: “La lengua de los sabios destila conocimiento; la boca de los necios escupe necedades” (Proverbios 15:2).
En efecto, su locuacidad se une de tal manera a su deseo egocéntrico de ser el centro de atención que se nos advierte respecto de él:
“El que es sabio atesora el conocimiento, pero la boca del necio es un peligro inminente” (Proverbios 10:14)
Por lo cual su compañía no se recomienda, pues:
“El que con sabios anda, sabio se vuelve; el que con necios se junta, saldrá mal parado” (Proverbios 13:20)
Y es que los necios son contenciosos y con demasiada frecuencia:
“Los labios del necio son causa de contienda; su boca incita a la riña” (Proverbios 18:6)
De hecho, se nos informa con algo de sarcasmo que: “hasta un necio pasa por sabio si guarda silencio; se le considera prudente si cierra la boca” (Proverbios 17:28)
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Creer y comprender - La necedad de los necios según Dios