Un agricultor palestino ha descubierto la cabeza de una estatua de la diosa Anat de 4.500 años de antigüedad. Se trata de un ídolo del antiguo pueblo de Canaán que Dios ordenó a los israelitas expulsar de la Tierra Prometida por violar sus mandamientos y adorar a dioses falsos.

El Ministerio de Turismo y Antigüedades dirigido por Hamás anunció el descubrimiento de la cabeza durante una conferencia de prensa en Gaza el pasado martes. La estatua de piedra caliza mide aproximadamente 8 pulgadas de alto y tiene tallada en la cabeza un rostro que lleva una serpiente como corona.

Hamás es un grupo terrorista militar que tomó el control de Gaza después de que Israel se retirara de ella en 2005. Líderes afines han declarado que la estatua de la diosa revela su derecho a poseer esta tierra, afirmando que su “presencia” refuta “la afirmación sionista de que Palestina es una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra”.

Afirman “sentir orgullo” de que este ídolo arqueológico revele que “esta tierra es nuestra y tenemos una civilización y una historia de miles de años desde la época cananea”.

Anat era la diosa del amor, la belleza y la guerra en la mitología cananea. Su estatua se exhibe en uno de los pocos museos de Gaza en Qasr al-Basha.

Debido a las crecientes tensiones entre Israel y el territorio ocupado por Hamás, muchos habitantes de Gaza alaban con ironía en las redes sociales lo apropiado que les parece el descubrimiento de una diosa asociada con la guerra.

La Biblia y Canaán

Según la Biblia los cananeos ocuparon la tierra que Dios le había prometido a Abraham. Eran descendientes de Cam, que fue maldecido por deshonrar a su padre Noé según relata Génesis 9:20-25.

Los cananeos enojaron a Dios al adorar ídolos y sacrificar niños a sus falsos dioses. Estas acciones violan el primero y el segundo de los Diez Mandamientos de Dios, que declara: “No tendrás dioses ajenos delante de mí” y “No te harás imagen tallada, ni ninguna semejanza de nada que esté arriba en el cielo, o que sea en la tierra debajo, o que está en el agua debajo de la tierra”.

Después que Moisés sacase al pueblo judío de Egipto, Josué asumió el liderazgo de los israelitas, liderando a su pueblo en Canaán ocupando la Tierra Prometida.

Dios advirtió a los israelitas que no se dejaran influenciar por los cananeos y la cultura que avalaba sus prácticas, como adorar la estatua de Anat.