Argentina y el rey desnudo

Lo más grave es que los “cortesanos” (adentro y afuera) siguen aplaudiendo y priorizando su amiguismo e intereses.

    29 DE JULIO DE 2021 · 09:00

    Portada del cuento 'El rey desnudo' ,El rey desnudo
    Portada del cuento 'El rey desnudo'

    Siempre recuerdo la fábula que nos contó un maestro, a quien recuerdo con mucho cariño, de Escuela Bíblica Dominical en la Iglesia de San Juan. En ese momento me gustó mucho aquella historia, pero en verdad no alcancé a entender bien su moraleja.

    Aquella historia infantil, fue escrita por el danés Hans Christian Andersen en 1837. Cuenta la historia de un monarca que se preocupaba mucho por su vestuario. Un día oyó que un par de artesanos (estafadores) podían fabricarle la tela más suave y liviana de lo que pudiera imaginar, pero además, tenían la curiosa propiedad de que era una tela invisible a los ojos de los “tontos e incapaces”. Estos estafadores simularon durante muchos días estar confeccionando el vestido para el rey. Cada vez pedían más plata y más oro para la tarea que realizaban. Pasado el tiempo le anunciaron al rey que la vestimenta estaba terminada.

    El monarca, sin querer admitir que no veía la vestimenta, por no pasar por tonto o incapaz, se puso el inexistente atuendo. Los cortesanos lo alababan, tratando también de no pasar por “tontos e incapaces”, por no verlo.

    Así fue que el rey salió a las calles de su reinado y participó de un gran desfile delante de todo el pueblo, donde la gente aplaudía la “fantástica vestimenta” (que por supuesto no existía). El rey, montado en su caballo se paseó delante de todos en ropa interior, hasta que un chico exclamó: “¡Pero si el rey está desnudo!”.

    Tal grito pareció remover la conciencia de todos aquellos que presenciaban el desfile. Primero en voz baja, luego con murmullos, y finalmente a voz en cuello todos empezaron a decir: "el rey está desnudo... el rey está desnudo". Los cortesanos del rey y el mismo rey se dieron pronto cuenta del engaño y es que realmente el rey estaba desnudo.

    ARGENTINA está al desnudo, han politizado e ideologizado la vacuna exponiéndonos a la pandemia; le han impedido a los niños asistir a los colegios, el gobierno se ha transformado en una fábricas de decretos, de acciones inconexas, de discursos contradictorios, de actividades sin resultados positivos para los ciudadanos, de fábricas de pobreza, de cobertura legal de los corruptos.

    Vuelven a inaugurar viviendas que no entregan, para volverlas a inaugurar. Inauguran hospitales ya inaugurados, pero seguimos sin camas en las UTI y sin oxígeno. Nos cuentan que están controlando la inflación, pero el pan, la harina y el aceite está cada vez más caro. Desprotegieron a los jubilados y asalariados.

    Pretenden darles lecciones al mundo sobre como gobernar, pero no han sabido resolver nuestros propios problemas domésticos. Nos hacen creer que son adalides de la libertad y la democracia pero hacen alianzas con gobiernos autoritarios, que tienen sometidos y reprimidos a sus pueblos con serias denuncias sobre “Derechos Humanos”.

    Sí, decididamente “Argentina está al desnudo”. Pero lo más grave es que los “cortesanos”, de adentro y de afuera, siguen aplaudiendo y siguen priorizando su “amiguismo y sus intereses”. Al igual que en la fábula, no se atreven a decir la verdad. Nos está haciendo falta la valentía y la inocencia de un niño, primero para entender lo que esta a la vista y segundo para declararlo en voz alta.

    Nos negamos a entender por qué visten con inexistentes trajes hermosos las cifras del estancamiento, de la pobreza, del abandono escolar, de la escasa doble vacunación, de la inseguridad. Los dirigentes siguen actuando como aquel rey de la fábula, tratando de vendernos la ilusión de un traje fantástico, invisible a los ojos de los tontos e incapaces.

    Pero lo peor son los cortesanos que siguen adulando esas deslumbrante vestimenta, que no existe y está exponiendo una ARGENTINA AL DESNUDO.

    Están haciendo falta “niños, niños simples y espontáneos” que solamente digan la verdad, que digan públicamente que siguen existiendo dos sexos, H y M; aunque modifiquen el DNI y lo llamen ¨No Binario”.

    Hacen falta esos ¨niños”, que con un pensamiento simple y sin estar condicionados por ninguna especulación ni mucho menos por el temor, digan lo que otros callan. Probablemente no sean grandes líderes ni sabios ni políticamente correctos; solo niños que levanten su voz y confronten el error con la verdad, las tinieblas con la luz, la injusticia con la justicia, la corrupción con la honradez.

    Como dice la Escritura: “… porque ocultaste estas cosas a sabios y a inteligentes, y las revelaste a niños. Sí, Padre, porque así fue de tu agrado”.

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Desde Neuquén - Argentina y el rey desnudo

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