La milenaria ciudad de Biblos

La escritura comenzó siendo sobre piedra y luego se volcó en tablillas de arcilla. La utilización de papiros cambió todo.

    02 DE FEBRERO DE 2024 · 08:00

    Birger Strahl, Unsplash: planta de papiro,`lanta de papiro
    Birger Strahl, Unsplash: planta de papiro

    “Para llegar a la ciudad de Biblos –cuenta el escritor Elías Chucair- recorrimos un tramo de la autopista de circunvalación de la capital del Líbano, cuto trazado bordea una zona del Mediterráneo”.

    “Daba la impresión de que el tiempo allí se hubiera detenido, para compartir el presente con sus modernas arquitecturas y conformar una ciudad y un entorno donde todo es asombro e interrogantes”.

    “El antiguo castillo e iglesias con siglos sobre sus techos y las zonas de excavaciones arqueológicas, establecieron que sus orígenes datan del IV milenio antes de la era cristiana”.

    “Allí tuvieron su cuna los fenicios, y su geografía, hasta nuestros días no ha dejado nunca de ser habitada”.

    “Al mencionar Biblos, no se puede omitir que sus escribas, fueron los inventores de un nuevo sistema de escritura por medio del alfabeto fonético. Utilizando ese alfabeto grabaron sobre el sarcófago del rey Ahiram de Biblos, una de las más antiguas escrituras. Durante los siglos VIII y IX a. C. este alfabeto fue adoptado por Grecia, para convertirse en el ancestro de todos los alfabetos modernos”.

    Una reducida pero muy interesante nota de un folleto del Ministerio de Turismo del Líbano, expresa: “BIBLOS (JBEIL), tiene sus orígenes en el neolítico en el quinto milenio antes de J.C. y es una de las plataformas arquitectónicas más importantes del país. Ciudad muy próspera durante dominación faraónica en el segundo y tercer milenios antes de J.C. fue centro religioso, cultural y comercial de la costa cananeo-fenicia”.

    “Biblos debe su celebridad al rey Ahiram cuyo sarcófago (Joya del Museo Nacional) lleva la inscripción fenicia más antigua que se conoce en caracteres del alfabeto lineal, precursor del nuestro actual”.

    “Situada a 30 kilómetros al norte de Beirut, Biblos es hoy una ciudad muy activa  cuya vida se organiza alrededor de la antigua villa que con sus vestigios arqueológicos, la fortaleza franca y con su puerto medieval rodeado de cafés y restaurantes, constituye un punto de gran atracción turística”.

    Pero lo que en realidad interesa a los cristianos es la relación de esta hermosa ciudad con la Biblia.

    Una de las historias más curiosas al respecto está narrada por el escritor Daniel Balmaceda, bajo el ameno título: “La cursiva y la Biblia”.

    Cuenta la pluma de Balmaceda que “la escritura comenzó siendo sobre piedra y luego se volcó en tablillas hechas con arcilla. A esa escritura se la llamó “cuneiforme” porque se empleaba un tallo con forma de cuña para delinear los caracteres. Las marcas en piedra y arcilla no tenían curvas y por ese motivo las primeras representaciones de letras eran, además de básicas, muy rectas.

    La utilización de papiros cambió todo. A partir de entonces, se flexibilizaron los caracteres y adoptaron formas más curvas. Nació la “cursiva”, es decir, la letra que puede escribirse con mayor rapidez, ya que se enlazan los caracteres de cada palabra, directamente”.

    “¿Dónde se obtenían los papiros en la antigüedad? Aclaremos que se usaba el tallo de la planta denominada papiro, que crecía a orillas del río Nilo y también en otras regiones. Lo emplearon los griegos, quienes tomaban las plantas de una ciudad portuaria del Líbano, cercana a Beirut. La ciudad se llamaba Biblos y así denominaron a sus libros.

    Bibliografía y biblioteca son términos derivados, mientras que Biblia es el plural, significa “libros”. El nombre completo de la recopilación del Antiguo Testamento y el Nuevo fue Biblia Santa (libros sagrados), pero pronto se familiarizó como Biblia, a secas”.

    Como hemos visto, la ciudad de Biblos y la Biblia tienen mucho que ver y no debemos de olvidar que su famoso rey Ahiram y sus armadías, cedros y artesanos es profusamente citado en la época del sabio rey Salomón.

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Desde Valcheta - La milenaria ciudad de Biblos

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