La Biblia y las flores
En más de una oportunidad han sido puestas como ejemplo y Jesús en sus enseñanzas se valió de ellas para dar su mensaje.
17 DE JUNIO DE 2021 · 08:00
Las flores en la Biblia son símbolos de belleza y utilizadas generalmente para transmitir a los hombres un mensaje sobre lo efímero de su vida en esta tierra.
En más de una oportunidad han sido puestas como ejemplo y Jesús en sus enseñanzas se valió de ellas para dar su mensaje.
Un texto que siempre me conmueve por su hermosura se encuentra en el cantar de los Cantares, atribuido al rey Salomón, en el cual el enamorado exclama: “Es como un ramito de flores de alheña en los viñedos de En-Gadi. ¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa! Tus ojos son como palomas”. El rey poeta utiliza el subyugante decir de la metáfora para glosar la belleza de su amada.
En el mismo libro de Cantares Capítulo 2 – 1 se encuentra otra mención a las flores, tal vez la más hermosa, pues se referirá después a atributos del señor Jesús: “Yo soy la rosa de Sarón y el lirio de los valles”.
Dicen los especialistas que la rosa de Sarón “es una flor que florece de manera maravillosa y cuando ésta se desprende de su tallo sigue con vida, pero lo más sorprendente es que si la flor se adhiere nuevamente donde fue cortada sin importar el tiempo que haya pasado, la flor revive en forma mágica”.
En forma genérica las flores son citadas por ejemplo en el libro del profeta Isaías 40-8 exaltando la palabra de Dios sobre todas las cosas perecederas y finitas por más bellas que sean: “Sécase la hierba, marchítese la flor, más la palabra del Dios nuestro permanece para siempre”. En ese mismo sentido podemos leer en Job 14-2 “Como una flor brota y se marchita y como una sombra huye y no permanece”.
En el evangelio de Lucas 12-27-28 el Señor Jesús hace una comparación entre los lirios y nosotros los cristianos: “Considerad los lirios, como crecen; no trabajan ni hilan; pero os digo que ni Salomón con toda su gloria se vistió como uno de éstos. Y si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¡Cuánto más hará por vosotros, hombres de poca fe!”.
Es bueno mencionar que los lirios eran flores comunes en el campo, que tenían una fragancia agradable y una forma artística copiada de la arquitectura. Eran muy comunes en la época de Jesús y conocidos por todo el pueblo.
El rey Salomón en el Cantar de los Cantares glosa también a “eras de bálsamo, riberas de hierbas aromáticas y lirios que destilan mirra líquida”.
En la construcción del candelabro de oro Dios ordena que sea labrado a martillo y sus copas, sus cálices y sus flores sean de una pieza con él. Y tres copas tendrán la forma de la flor del almendro.
En el libro de Isaías 18—5:6 hablando del gran Labrador dice: “Pues antes de la cosecha, tan pronto como el botón se abra y la flor se convierta en uva madura, él cortará los pámpanos con podadera y quitará los sarmientos”.
En el mismo libro de Isaías 35-2 como una promesa escribe que “el desierto y el yermo se alegrarán y se regocijará el Arabá y florecerá como el azafrán”.
Generalmente las flores son nombradas en la Biblia para comparar a veces su vanidad y otras –la mayoría- para hacer ver la fugacidad de la vida.
Un hermoso soneto de Pedro Calderón de la Barca, en ese mismo sentido, le canta a la más hermosa de todas las flores, a la rosa: “Estas que fueron pompa y alegría/ despertando al albor de la mañana; / a la tarde serán lástima vana/ durmiendo en brazos de la noche fría. Este matiz que al cielo desafía, / iris listado de oro, nieve y grana, / será escarmiento de la vida humana: / ¡Tanto se emprende en el término de un día! / A florecer las rosas madrugaron, / y para envejecerse florecieron; / cuna y sepulcro en un botón hallaron. Tales los hombres sus fortunas vieron: / en un día nacieron y expiraron; / que pasados los siglos, horas fueron”.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Desde Valcheta - La Biblia y las flores