Las barcas y las naves de la Biblia
El pez con el estatero para pagar el impuesto, la multiplicación de panes y peces, la pesca que rompió las redes, Jesús caminando sobre las aguas.
04 DE JULIO DE 2023 · 08:00

Según los historiadores la navegación no fue una habilidad de los israelitas. Por ejemplo, según se narra en 1R 5,9, fueron los marineros de Jirán, rey de Tiro, quienes transportaron los materiales para el Templo de Salomón.
Y en el Nuevo Testamento podemos leer que los viajes de Pablo por el Mediterráneo se hicieron en navíos mercantes de Egipto Hch 28,11.
Algunos discípulos de Jesús tenían en cambio barcas de pesca en el Mar de Galilea Mc 1,19-20 y el mismo Señor se subió a una de ellas para calmar la tempestad y pasar a la otra orilla.
Se sabe que en el año 1986 los arqueólogos descubrieron una barca sí de aquella época, y ha sido cuidadosamente conservada.
Con respecto a la pesca, el Diccionario de la Biblia de Jerusalén, acota que “en el Mar de Galilea y el Jordán vivían muchas especies de peces. A veces eran pescados con un anzuelo, pero más a menudo arrojando una red al agua en forma de semicírculo y sacándola poco a poco a la orilla. Había una industria de salazón de pescado en Tarichease (probablemente Magdala) y se enviaban peces en conserva a Jerusalén”.
De allí que la tradición considera que María de Magdala era propietaria de una pequeña factoría de pescado en dicha ciudad y de una posición económica adinerada.
Los ictiólogos afirman que en aquella época era abundante en el Jordán y los lagos interiores de Israel la pesca de tilapias, sobre todo la plateada, abundante también en el río Nilo, tal vez por ser regiones de un clima muy benigno.
Con respecto a las naves o barcas no son mencionadas en el Antiguo Testamento, pero sin duda ya existían.
“Durante el período romano había numerosas barcas de pesca de poco tamaño que recorrían Lc. 5,2; Jn. 6 22,23. Se trataba de barcas de remo. Algunas de ellas tenían demás velas Mr. 4-38 Lc. 8-23.
“Israel, a pesar de su cercanía a Egipto y Fenicia, que eran notables en el arte de la construcción de naves, no se interesó en esta actividad”.
“Una pintura de Pompeya, que representa una nave de la época de Pablo, muestra el mástil de mesana inclinado como un bauprés para sostener una vela cuadrada. Se señala un gran mástil cuya vela cuadrada está adaptada a una larga verga. La parte central de la verga se apoya contra el mástil. La popa y la proa eran frecuentemente levantadas y retorcidas. Terminando en forma de cabeza de ave acuática. La enseña iba pintada o grabada a cada lado de la proa. La embarcación erra dirigida por dos remos grandes que salían de cada lado de la popa. Las anclas eran análogas a las modernas. Con cables o cadenas. Centraban el navío durante las tempestades, previendo su desencuadramiento (Hch. 27,17).
El maestro durmiendo en la cabecera de una barca, el pez con el estatero en la boca para pagar el impuesto, la multiplicación de los panes y los peces, el cardumen que rompió las redes, el pescado asado, Jesús caminando sobre las aguas. ¡Qué hermosas postales nos regala la Biblia!!!
“Yo tengo un barco que navega por el mar / y en ese barco Jesús es Capitán / los pescadores que en ese barco van / tendrán sus redes llenas por ese Capitán. / Las tempestades que puedan azotar / serán todas calmadas por ese Capitán. / Los marineros que en ese barco van / son hombres redimidos por ese Capitán”.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Desde Valcheta - Las barcas y las naves de la Biblia