Antonio Machado, torre de Dios

Como otros grandes poetas Machado tuvo toda su vida la búsqueda de Dios como uno de sus grandes temas.

02 DE NOVIEMBRE DE 2023 · 08:00

Antonio Machado,Antonio Machado
Antonio Machado

Se dice que Antonio Machado fue el poeta de la generación del “noventa y ocho” que llevó al verso las preocupaciones del ser humano.

Uno de los temas recurrentes del poeta es el del amor, expresado en una forma reconcentrada, hecha de sentimientos profundos que prestan al tono del poema un cansancio dolorido ante la evocación de la amada.

Como otros grandes poetas Machado tuvo durante toda su vida en la búsqueda de Dios otro de sus grandes temas: Y no es verdad, dolor, yo te conozco, / tú eres nostalgia de la vida buena / y soledad de corazón sombrío, / de barco sin naufragio y sin estrella.  Como perro olvidado que no tiene / huella ni olfato y yerra / por los caminos, sin camino, como / el niño que en la noche de una fiesta / se pierde entre el gentío / y el aire polvoriento y las candelas / chispeantes, atónito, y asombra / su corazón de música y de pena, / así voy yo, borracho melancólico, / guitarrista lunático, poeta, / y pobre hombre en sueños, / siempre buscando a Dios entre la niebla.

En uno de sus más hermosos y breves cantares, muy conocido, el poeta confiesa que “Anoche soñé que oía / a Dios, gritándome: ¡Alerta! / Luego era Dios quien dormía, / y yo gritaba: ¡Despierta!”.

En uno de sus poemas más desgarrados escribe su profesión de fe: Dios no es el mar, está en el mar; riela / como luna en el agua, o aparece / como una blanca vela; / en el mar se despierta o adormece. / Creó la mar, y nace / de la mar cual la nube y la tormenta; / Es el Creador y la criatura lo hace; / su aliento es alma que me diste / en mí te he de crear. Que el puro río / de caridad que fluye eternamente, / fluya en mi corazón ¡Seca, Dios mío / de una fe sin amor la turbia frente!.

Y más esperanzador en el poema VI afirma: El Dios que todos llevamos, / el Dios que todos hacemos, / el Dios que todos buscamos / y que nunca encontraremos. / Tres dioses o tres personas / del solo Dios verdadero.

Y para cerrar esta breve nota vale la reproducción de uno de sus poemas más hermosos y difundidos: Anoche cuando dormía / soñé, ¡Bendita ilusión! / Que una fontana fluía / dentro de mi corazón. / Di, ¿por qué acequia escondida, / agua, vienes hasta mí, / manantial de nueva vida / de donde nunca bebí?   Anoche cuando dormía / soñé, ¡bendita ilusión!, / que una colmena tenía /  dentro de mi corazón; / y las doradas abejas / iban fabricando en él / con las amarguras viejas, / blanca cera y dulce miel.  Anoche cuando dormía / soñé, ¡bendita ilusión!, / que un ardiente sol lucía / dentro de mi corazón. / Era ardiente porque daba / calores de rojo hogar, / y era sol porque alumbraba / y porque hacía llorar. / Anoche cuando dormía / soñé, ¡bendita ilusión!, / que era Dios lo que tenía / dentro de mi corazón.

Esa búsqueda de Dios está permanente en la obra poética de Antonio Machado. Ese Dios que a veces parece tan lejano pero que siempre está muy cerca de todos nosotros. 

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Desde Valcheta - Antonio Machado, torre de Dios