Los higos y la Biblia
La higuera y su fruto aparece en los libros proféticos, los Evangelios y el Apocalipsis.
19 DE FEBRERO DE 2025 · 08:00

Se sabe que “actualmente existen 750 especies de higos, tanto comestibles o no. Este fruto tiene origen en el Medio Oriente y se cree que los fenicios lo llevaron a la zona del Mediterráneo y los griegos a Palestina y Asia Menor. La higuera, la planta de donde el higo se obtiene, muestra una longevidad de más de un siglo y alcanza una altura de 9 metros; produce dos cosechas al año a partir de los dos años de edad.
Su larga vida se debe a su resistencia al frío, a las altas temperaturas y al viento, y a que se adapta a distintos tipos de suelo, aunque crece mejor en climas templados. Entre los países que se cultiva más extensamente están Turquía, Estados Unidos, España, Grecia y Portugal”.
Como no podía ser de otra manera los higos son citados, por ejemplo en Jeremías 24, Jehová le muestra al profeta dos cestas de higos, una con higos buenos y otra con higos malos. Le dice que los desterrados de Judá serán como los higos buenos, y que los volverá a su tierra y le dice a Sedequías, rey de Judá, y el resto de Jerusalén serán como los higos malos.
En el libro de Isaías 38 el profeta le ordenó que le aplicaran al rey Ezequías una pasta de higos en su herida para que sanara. Asimismo sentarse bajo la parra y la higuera era un símbolo de prosperidad y de tranquilidad.
Una hermosa metáfora se cita en el Apocalipsis 6:13 donde dice que las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra como la higuera echa sus higos cuando es movida por un gran viento.
Más conocida es la parábola de la higuera estéril que cita el evangelio de Lucas: “Un hombre tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: -Ya hace tres años que vendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿Para qué va a cansar la tierra? Pero él le respondió: -Señor, déjala por este año todavía, y mientras tanto cavaré a su alrededor y le echaré abono por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas”.
La maldición de la higuera es uno de los milagros de Jesús más conocido donde Jesús la maldice para que en adelante sea estéril, pues tenía hambre y al ir a buscar sus frutos solo tenía hojas.
Hay varios refranes sobre los higos: “Acabados los higos, pájaros idos”, “Caracoles, higos y brevas, agua no bebas”, “En tiempo de higos, no hay enemigos”, “Higos y nueces, no se comen juntos todas las veces, también ante algo que se hace o se usa en muy pocas ocasiones se dice “de higos a brevas”, o sea de tiempo en tiempo.
La gran poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou dejó un hermoso poema sobre este árbol: “Porque es áspera y fea, / porque todas sus ramas son grises / yo le tengo piedad a la higuera. En mi quinta hay cien árboles bellos; / ciruelos redondos, / limoneros rectos / y naranjos de brotes lustrosos. En las primaveras / todos ellos se cubren de flores / en torno a la higuera. / Y la pobre parece tan triste / con sus gajos torcidos, que nunca / de apretados capullos se viste… Por eso. / cada vez que yo paso a su lado / digo, procurando / hacer dulce y alegre mi acento: / “Es la higuera el más bello / de los árboles todos del huerto”. Si ella escucha, / si comprende el idioma que hablo, / ¡Qué dulzura tan honda hará nido / en su alma sensible de árbol! Y tal vez, a la noche, / cuando el viento abanique su copa, / embriagada de gozo le cuente: / “Hoy a mí me dijeron hermosa”.
Los cristianos, debemos ser como una higuera y dar higos maduros y buenos, para no ser cortados por estériles como el Señor cuenta en su parábola.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Desde Valcheta - Los higos y la Biblia