La joven Cristina Hineman, de 20 años de edad y con antecedentes de enfermedad mental, presentó una demanda contra Planned Parenthood y otras organizaciones, acusándolas de “apresurarla” a someterse a procedimientos de cambio de sexo irreversibles y desfigurantes.  

Según la denuncia, Hineman visitó la clínica Upper Hudson Planned Parenthood en noviembre de 2021 y, después de una cita de 30 minutos que no incluyó un examen de su historial de salud mental, le recetaron testosterona como parte de su llamada "atención de afirmación de género".

Los demandados nombrados en esta acción legal fueron: Planned Parenthood Federation of America, Inc.; Upper Hudson Planned Parenthood, Inc.; el Dr. Lee Stetzer, quien brinda servicios en Upper Hudson Planned Parenthood; Maureen Gara y Jacqueline Dall, enfermeras practicantes en Upper Hudson Planned Parenthood; Brianna Samson, asistente médica en Upper Hudson Planned Parenthood; Astor Services for Children & Families; Cassidy Robishaw y Kristin Woods, consejeras de salud mental en Astor Services; el Dr. Jeffrey L. Rockmore, un proveedor de cirugía plástica; y el Dr. Jeffrey Rockmore de Rockmore Plastic Surgery.

La denuncia afirma que “los acusados ​​Gara, Stetzer y Upper Hudson Planned Parenthood no solicitaron ni exigieron ningún registro médico o de salud mental previo, y mucho menos preguntaron sobre su historial de salud mental”.

Esta demanda que ha sido dada a conocer ahora fue presentada en la Corte Suprema del estado de Nueva York en Albany el pasado mes de abril. En esta, también se afirma que, en 2022, los acusados ​​alentaron a Hineman a someterse a una mastectomía doble electiva a pesar de no tener problemas médicos con sus senos.

“No preguntaron ni intentaron abordar o resolver ninguna de las innumerables comorbilidades de salud mental de Cristina. Simplemente le creyeron cuando dijo que era candidata a recibir testosterona, una sustancia controlada de la Lista III” se añade en la demanda.

La demanda argumenta que la salud mental y física de Hineman empeoró como resultado de las acciones de Planned Parenthood, Astor Services y Rockmore Plastic Surgery.

Estos problemas incluyen trastorno de estrés postraumático, dolor crónico y cicatrices graves en el pecho como resultado de la cirugía, y “dolores agudos y punzantes” en el área del clítoris.

“Me lavaron el cerebro”

Cristina Hineman dijo en una reciente entrevista concedida a La prensa Libre que le “lavaron el cerebro”.

“Mucha gente dice que los adultos deberían poder hacer lo que quieran, pero si tienes una enfermedad mental que te nubla la visión o estás tan mal informado sobre lo que significa la disforia de género, entonces no puedes consentir tratamientos tan invasivos” señaló.

Según este medio, Planned Parenthood presentó una respuesta ante el tribunal en junio cuestionando las afirmaciones de Hineman. Esta organización afirma en su sitio web que la mayoría de sus clínicas “brindan terapia hormonal y otros servicios de afirmación de género para pacientes transgénero y no binarios”.

El año pasado, una mujer de California llamada Chloe Cole, que tomó hormonas cruzadas y se sometió a una mastectomía doble porque supuestamente tenía disforia de género, también presentó una demanda contra un grupo médico por los procedimientos de mutilación corporal que le realizaron cuando tenía 13 años. Actualmente es activista para denunciar estos casos.

Según datos publicados el año pasado por el Journal of the American Medical Association, 3.700 estadounidenses con edades de entre 12 y 18 años se sometieron a cirugías de transición de género que desfiguraron el cuerpo entre el 2016 y 2020.