En noviembre de 2020, 37 naciones firmaron la Declaración de Consenso de Ginebra, que define que “no existe un derecho internacional al aborto, ni ninguna obligación internacional por parte de los Estados para financiar o facilitar el aborto”.

Además de proteger de forma integral a mujeres y niñas, y a las familias, establece un principio internacional que protege a los países soberanos contra la presión de las Naciones Unidas. Esta coalición internacional en su conjunto, y sus estados miembros individuales, apoyan estos principios a través de políticas y legislaciones nacionales.

El retorno de EE.UU. al pacto de Ginebra es visto como un desafío directo a la ONU y a las organizaciones internacionales que abogan por un reconocimiento universal del aborto. El documento fundacional del Consenso de Ginebra rechaza cualquier interpretación que imponga el aborto como obligación legal en los Estados miembros, una postura que choca frontalmente con la línea adoptada por Naciones Unidas y la Unión Europea.

EE.UU. y el consenso de Ginebra

Estados Unidos firmó el documento durante la administración Trump, pero la postura proabortista de Joe Biden llevó a retirar el apoyo de Estados Unidos durante su mandato. Ahora, el presidente Trump ha vuelto a incluir a Estados Unidos entre los firmantes de la Declaración de Ginebra, con lo que ya son 40 las naciones que asumen este documento.

El secretario de Estado, Marco Rubio, emitió una declaración sobre la reincorporación de Estados Unidos al documento provida:

“Estados Unidos ha informado a los signatarios de la Declaración de Consenso de Ginebra de nuestra intención de volver a unirnos de inmediato, dijo.  Establecida en 2020, esta histórica declaración, liderada por Estados Unidos, fue una iniciativa conjunta con Brasil, Egipto, Hungría, Indonesia y Uganda. El grupo ahora tiene más de 35 países firmantes”.

La Declaración tiene 4 objetivos principales: garantizar guna mejora significativa de la salud y el desarrollo para las mujeres; proteger la vida en todas las etapas; defender a la familia como la unidad fundamental de la sociedad; y trabajar juntos en todo el sistema de la ONU para aplicar estos valores, agregó Rubio.

Entusiasmo de referentes provida

La decisión de Trump de volver a incluir a Estados Unidos en la declaración provida recibió grandes elogios de las organizaciones provida.

La presidenta del Institute for Women’s Health, Valerie Huber, principal promotora de la coalición, elogió la decisión de Trump y destacó su liderazgo en la defensa de estos principios.

“Este es un momento crucial para el avance de la salud auténtica de las mujeres, la soberanía nacional y la lucha contra el colonialismo ideológico (...). Con este paso, EE.UU. recupera su liderazgo en la diplomacia sanitaria global y fortalece a las naciones que priorizan la salud de las mujeres por encima de agendas divisivas.”

La presidenta de SBA Pro-Life America, Marjorie Dannenfelser, dijo a LifeNews:  “Lamentablemente, Biden y Harris se retiraron unilateralmente de ella e hicieron de nuestra nación un exportador global de abortos. Pero gracias al presidente Trump, estamos defendiendo la vida nuevamente con la comunidad internacional. La acción ejecutiva del presidente Trump reafirma el compromiso de las naciones de proteger a sus ciudadanos más vulnerables, incluidos los niños por nacer, al mismo tiempo que protege a los países soberanos contra la presión de las Naciones Unidas y otros para despojar esas protecciones”.

“Al volver a unirse, el presidente Trump envía un mensaje audaz de que Estados Unidos se une a naciones soberanas para defender las verdaderas necesidades de salud de las mujeres contra las tácticas coercitivas de los grandes poderes globales. Esto marca el comienzo de un esfuerzo renovado para avanzar en la atención médica auténtica para las mujeres, acelerar el impulso del documento de consenso de Ginebra y allanar el camino para un futuro más saludable y brillante para las mujeres en todas partes”, agregó.