El rey del rock y el Rey de reyes
Se cumplen 44 años de la muerte de Elvis Presley, que tuvo una gran influencia del gospel. Siempre respetó la fe cristiana, que consideraba -sin vivirla- como la verdadera.
Protestante Digital · 16 DE AGOSTO DE 2021 · 08:00
Este jueves 16 de agosto hace 44 años que murió Elvis Presley. Desde que hizo su primer disco en 1954, cuando tenía sólo 19 años, no se ha dejado de hablar de “el rey del rock”. En torno al mito de Elvis, se ha establecido toda una religión. Pero ¿en qué se basa su reino?, ¿a quién servía en realidad “el rey del rock”? ¿conocía de verdad al “Rey de reyes”?
“Desde que tenía dos años la única música que conocía era el gospel”, dijo. “Esa música se hizo tal parte de mi vida que era tan natural como el baile, una forma de escapar de los problemas, y un medio de liberación”.
Se ha dicho que sus discos de himnos se hicieron para acallar a los críticos que le acusaban de incitar a la promiscuidad y a la delincuencia, pero Elvis nunca dejó de cantar gospel. Lo hacía incluso con sus amigos en casa, y sobre todo al comienzo de sus grabaciones, como una forma de calentamiento.
De hecho estos discos son los que le dieron los únicos premios Grammy de toda su carrera, aunque tal vez esto diga más sobre la Academia que otorgaba estos trofeos que sobre la fe de Presley. Porque, ¿era Elvis en realidad cristiano?
Su educación
Presley crece en el ambiente evangélico del sur del Estados Unidos. Su madre le había acostumbrado a ir a la iglesia, no sólo a la escuela dominical, sino a todo tipo de campañas y reuniones especiales de avivamiento. Su familia asistía a la Primera Asamblea de Dios en Tupelo, Mississippi, y luego en Memphis, cuando se mudaron allí en 1948. Las Asambleas de Dios es una denominación evangélica nacida en 1914 en Arkansas, pero era ya la segunda denominación pentecostal más importante en los Estados Unidos al terminar la segunda guerra mundial.
James Hammill era el predicador de su congregación en Memphis. Recuerda a los Presley en la iglesia, pero dice que Elvis nunca tuvo especial participación en los cultos. De hecho dice que no llegó a ser siquiera oficialmente miembro, aunque asistiera como adolescente a las reuniones. Parece que su vida no dio señales suficientes de cambio como para poder ser bautizado y formar parte de la comunidad.
El año 2000, sin embargo, salió la noticia de que no sólo fue bautizado una vez, sino dos. La primera a los 9 años por un predicador pentecostal de Tupelo y la segunda por uno de “sólo Jesús” en Memphis, Rex Dyson, que dice que rebautizó a él y a sus padres en 1950, cuando Elvis tendría 14 años… ¿quién sabe?
Su experiencia en este sentido es parecida a la de Jerry Lee Lewis. Lewis fue otro pionero del rock, criado también en las Asambleas de Dios. Es primo del tele-evangelista Jimmy Swaggart, conocido por sus escándalos sexuales en los años 80. Llegó a estudiar incluso en un Instituto Bíblico, pero fue expulsado por tocar un himno a ritmo de boogie-woogie. Tanto Presley como Lewis, tuvieron por eso mucha influencia del gospel, siendo inspirados por la predicación evangélica, que siempre respetaron, aunque nunca se entregaran del todo a esa fe, que siempre vieron como la verdadera.
Su gran problema
La monumental biografía de Hammill cuenta como una noche Elvis fue a verle a su despacho un domingo después del culto a finales de los años 50, cuando Presley ya era una estrella. Le dijo: “Pastor, soy el joven más miserable que pueda conocer, tengo todo el dinero que pueda necesitar, millones de fans y amigos, pero estoy haciendo lo que usted me enseñó que no hiciera, y no hago las cosas que me dijo que hiciera”.
Elvis fue siempre alguien muy influenciable. Y el estilo de vida que se practicaba entonces en la comunidad evangélica no sólo exigía el sometimiento a ciertas prescripciones bíblicas, como evitar el abuso del alcohol o el sexo fuera del matrimonio, sino que también se consideraban “mundanas” muchas otras cosas como el tabaco, el maquillaje, la televisión, el cine, o el baile. Para adolescentes como Presley o Lewis, esto era una fuente continua de tensiones, que amenazaban no sólo su marginación social, sino también su condenación eterna.
Lewis dijo en una entrevista con Rolling Stone en los años 70: “Yo sé el camino correcto, me han educado para ser un buen cristiano, pero no pude lograrlo, soy demasiado débil, supongo”. Cuando se casó luego con una prima menor de edad, y apareció muerta en su casa, el cantante dijo a la revista People en los 80: “No quiero morir e ir al infierno, pero no voy por buen camino”. Lewis declaró atormentado: “Tenía que haber sido cristiano, pero era demasiado débil para el Evangelio… y todos tenemos que responder ante Dios el Día del Juicio”.
Su tragedia
Esta frustración la mantiene Elvis hasta el final de su vida. Un cantante recuerda una conversación con Presley detrás de un escenario en Las Vegas, cuando estaba hablando con un tele-evangelista llamado Rex Humbard. Le preguntaba si no sería mejor que se dedicara a cantar sólo canciones espirituales. El predicador sorprendentemente le dijo que no, y le animó a seguir cantando los himnos que solía introducir siempre en algún momento de sus conciertos.
“Todo lo que quiero es saber la verdad, conocer y experimentar a Dios”, le dijo a un amigo al final de su vida, según Gary Tillery. “Soy un buscador, eso es lo que soy”.
En esa época Elvis presentaba ya una patética imagen de obesidad, extravagancia y adición. Cuando aparece muerto en su cuarto de baño, el libro que tenía en sus manos, se llamaba La búsqueda científica de la cara de Jesucristo, un titulo esotérico que mezcla la superstición y el espiritismo.
Su hermanastro, David Stanley, le recuerda sin embargo leyendo la Biblia a menudo. Solía citar las palabras de 2 Corintios 5:15 sobre la necesidad de vivir para Cristo.
El le vio la mañana del día de su muerte de rodillas en el baño. Su lengua morada le colgaba de la boca, y tenía los ojos llenos de sangre. Oraba: “Muéstrame una salida, Señor, estoy cansado y confuso, ¡te necesito!”.
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