Ciro, el rey persa del que Dios dijo: ‘Es mi pastor’

La profecía de Isaías cumplida en Ciro da cuenta, en términos teológicos, del alcance de la soberanía de Dios.

12 DE JULIO DE 2024 · 08:00

Una imagen del rey Ciro de Persia,Ciro Persia, rey Ciro
Una imagen del rey Ciro de Persia

El edicto de Ciro (2)

Ya vimos en el artículo anterior que ante la evidencia los especialistas comienzan a considerar como verídico el Edicto de Ciro, que permitió el retorno de los hebreos a Jerusalén y facilitó la restitución de los objetos robados del templo y su restauración.

Ahora bien, ¿por qué es relevante la historicidad del edicto?

Yo, el que despierta la palabra de su siervo, y cumple el consejo de sus mensajeros; que dice a Jerusalén: Serás habitada; y a las ciudades de Judá: Reconstruidas serán, y sus ruinas reedificaré; que dice a las profundidades: Secaos, y tus ríos haré secar; que dice de Ciro: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado.

  • Segundo, porque tanto la profecía de Isaías como el hecho de que se haya cumplido dan cuenta, en términos teológicos, del alcance de la soberanía de Dios.

En efecto, Ciro no es un creyente. La religión oficial de la monarquía persa es el zoroastrismo o mazdeísmo, religión fundada en las enseñanzas de un individuo del siglo VII a.C. llamado Zoroastro.

El Rey persa era considerado una hechura del dios principal llamado Ahuramazda (1). Es posible que Ciro haya oído del Dios de los hebreos, pero difícilmente creía en él.

Su decisión de restaurar el templo de Jerusalén, como los templos del sur de Irak, responde a objetivos políticos, no religiosos.

Con ello Ciro podía presentarse ante sus súbditos como un rey mucho más respetuoso de las jerarquías locales, entre ellas las sacerdotales, que sus enemigos babilonios.

Eso es precisamente lo extraordinario de esta palabra, el hombre más poderoso del siglo VI a.C. no pudo evadir la voluntad de Dios.

Puede que Ciro haya muerto ignorando que su existencia y obrar tuvieron un solo sentido; ser el instrumento de Dios para bendecir a su pueblo, reedificar Jerusalén y restaurar el templo.

 

(1) Kuhrt, A. ( ) El oriente próximo en la Antigüedad. Vol. 2. Barcelona: Crítica.

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Hablemos de Historia - Ciro, el rey persa del que Dios dijo: ‘Es mi pastor’