La ciencia explica el milagro de Moisés abriendo el Mar Rojo

Demuestran que un viento de 100 km/h pudo abrir un canal de 3 km de ancho para que pasase Israel desde Egipto hasta al desierto de Sinaí.

    Redacción ED

    Daily Mail 20M · 10 DE MARZO DE 2025 · 10:00

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    Recreación del milagro en Exodus

    Uno de los pasajes más conocidos del libro de Éxodo, en el Antiguo Testamento, es el momento en el que el pueblo de Israel se encuentra atrapado en su huida de Egipto, entre el Mar Rojo y el ejército del Faraón. En ese momento Moisés ora a Dios, y las aguas del Mar Rojo se separan para que puedan cruzar hacia el desierto, en el inicio de su peregrinar hacia Canaán, la Tierra Prometida.

    A continuación el texto bíblico relata que al introducirse los soldados egipcios -en su persecución- por el camino abierto, las aguas se cierran acabando con ellos.

    Aunque se mire como se mire se trata de un milagro, en este campo la ciencia a veces encuentra una explicación dentro de las leyes de la física; lo que en absoluto invalidaría el hecho milagroso de que ocurriese exactamente en el momento adecuado, de la forma adecuada y tras la oración de Moisés.

    Así lo explica Carl Drews, oceanógrafo del Centro Nacional de Investigación Atmosférica: "El cruce del Mar Rojo es un fenómeno sobrenatural que incorpora un componente natural: el milagro está en el momento". Y añade: "Soy cristiano (protestante) y siempre ha entendido que la fe y la ciencia pueden y deben estar en armonía. De acuerdo con Éxodo 14, Moisés recibió un aviso de Dios para pararse en un lugar concreto y en un momento concreto le ordenó extender su mano y esperar la liberación en ese exacto instante”.

    El diario inglés acaba de publicar un reportaje con modelos informáticos que muestran que un viento fuerte, de 70-100 km/h, que hubiese soplado durante ocho horas desde la dirección y en el lugar correctos, podría haber abierto un canal de unos 3 km. de ancho a través de las aguas. De hecho, la Biblia menciona que antes de separarse las aguas hubo “un fuerte viento”.

    Finalmente, a medida que la intensidad de esos vientos fuese bajando, en un momento determinado el agua de los dos lados del camino abierto se habría precipitado con la fuerza de un tsunami, justificando así que se tragase a los egipcios que los perseguían (otra coincidencia de tiempo y momento).

    Fuese por esta causa física o por intervención divina directa, este fenómeno marca una de las grandes historias de la Biblia, y un antes y un después para el pueblo de Israel.

     

    La teoría de la explicación científica

    Para que esta teoría se produjese era también necesaria una orografía especial en el lugar donde Israel cruzó, con una profundidad lo suficientemente baja (unos tres a cuatro metros). Una “causalidad” divina más para que esta casualidad científica pudiese ocurrir.

    Este punto obliga a que el verdadero lugar donde Israel cruzó se debe interpretar en el sentido literal del texto. En hebreo, se describe a los israelitas cruzando 'yam suf' que, aunque tradicionalmente se traduce como 'Mar Rojo', en realidad debería traducirse como el 'Mar de Cañas'. Esto sería una referencia a los juncos que crecen densamente en las aguas salobres del delta del Nilo. En este lugar la profundidad sería exactamente la necesaria para que esta teoría se cumpla.

    Drews también señala que la estructura de esta zona proporciona -junto con el viento mencionado- un "mecanismo hidráulico para que las aguas se dividan", lo que permite a los israelitas caminar con las aguas "como un muro" a su izquierda y derecha, como describe la Biblia.

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