Latinoamérica y el tentador voto evangélico

Los cristianos evangélicos ante la incursión en política tenemos una gran y lógica tentación viendo el crecimiento en Latinoamérica.

    02 DE JULIO DE 2018 · 10:00

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    Avel Chuklanov / Unsplash

    Que los cristianos tenemos un desafío respecto a la actividad política y de gobierno en nuestra América Latina, en el siglo XXI ya no es una novedad y hemos dejado atrás- casi definitivamente- aquellas posturas de no intervención de asuntos públicos que pregonaban muchos líderes evangélicos en las décadas del 70 y 80.

    Ahora estamos frente a un debate sobre el “cómo” participar, bastante presente tanto en el seno de la iglesia evangélica y sobre todo en algunos de los países donde ya en fenómeno de “evangélicos en política” ha sobrepasado los muros de los templos y han ocurrido fenómenos electorales (como el de Costa Rica o Colombia) que han hecho temblar a más de uno.

    Aunque en la anterior entrega dejamos pendiente la interrogante ¿Si Dios tenía un propósito para nuestras naciones? Y a partir de esa respuesta adentrarnos en el rol que deberíamos tener los cristianos en ese “propósito”; quisiéramos hoy detenernos en Cómo debería ser esa participación de los cristianos en política.

    Y analizamos esta cuestión porque ya descartamos que debemos tener una participación activa en los procesos democráticos de nuestros países, dejando atrás aquella errónea posición que nos limitaba nuestra vida cívica al ejercicio del voto o a “orar por nuestros gobernantes”.

    Cuando los cristianos evangélicos nos aprestamos a incursionar en política en primer lugar tenemos una gran y lógica tentación a raíz de crecimiento de las congregaciones evangélicas fundamentalmente en los países de Latinoamérica.

    Según los informes de Latinobarómetro de 2013 [1] en casi todos los países de América Latina se ha constatado una reducción de los habitantes identificados como católicos entre 1995 y 2013, desde 80 a un 67% en términos generales.

    En tanto se ha notado un crecimiento de los practicantes evangélicos que en varios países han experimentado un aumento en todos los países sin excepción llegando a en torno del 40% en Nicaragua, Honduras y Guatemala.

    Según un estudio realizado por  Pew Research Center también en el 2014, las cifras totales se ubican en un 69% de católicos y un 19% de evangélicos, con la particularidad de que consultados sobre la fe de crianza los números eran de 84% y 9% respectivamente, denunciando también un claro crecimiento evangélico en el Continente.[2]

    Con esos datos en la mesa, claro que supone toda una gran expectativa la forma en que los cristianos van a encarar su participación en política y de qué forma esa masa de votantes identificados como evangélicos podría acompañar a esos candidatos.

    Pero es muy importante también que tratemos el perfil de esos candidatos y su visión sobre de qué forma participar como cristianos en la política. Lo veremos en el próximo artículo.

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - La singular pluralidad - Latinoamérica y el tentador voto evangélico

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