El presidente Luis Abinader encabezó este pasado viernes en el Palacio Nacional, la celebración del Día Nacional de la Biblia, instituido mediante la ley número 208-84, y que se celebra desde el año 1984. Junto a él estaban la vicepresidenta, Raquel Peña y la primera dama, Raquel Arbaje.

El acto se realizó en el salón Las Cariátides y contó con la solista Claudia Esther Sierra y una agrupación musical que interpretó canciones cristianas, a la que los evangélicos presentes se unieron con cantos, alabanzas y oraciones. Hubo presencia masiva de representantes de diversas organizaciones religiosas.

Además, en el país, durante todo este mes de septiembre, se conmemoran y celebran las Sagradas Escrituras.

La oración de apertura estuvo a cargo del obispo Miguel Cancún de la Iglesia Dominicana Evangélica. También participaron el alto clero cristiano, así como alcaldes y alcaldesas de diversas comunidades, y el enlace del Poder Ejecutivo con la Iglesia Católica, Joaquín Domínguez.

Intervención de Milciades Franjul

La participación central estuvo a cargo del pastor Milcíades Franjul. exsenador de Baní y actual enlace del Poder Ejecutivo con la comunidad cristiana, que expresó que la Biblia ha guiado los corazones, las decisiones y los destinos de las naciones a lo largo de la historia.

“El Dios de la Biblia, con su infinita sabiduría, le dará la victoria en cada una de las reformas estructurales que tiene planificadas para un mejor futuro de nuestro país”, expresó Franjul.

Comentó que las santas escrituras son una guía moral, de verdad y justicia para las civilizaciones de todo el mundo y el camino para alcanzar mayores niveles de prosperidad y bienestar para los dominicanos.

“Sabemos que los desafíos que enfrenta en su Gobierno son muchos, pero también estamos convencidos de que el Dios de la Biblia, con su infinita sabiduría, le dará la victoria en cada una de las reformas estructurales que tiene planificadas para un mejor futuro de nuestro país”, manifestó Franjul, al referirse al presidente Abinader.

Consideró que ante las adversidades, cuando las naciones luchan contra la corrupción, el egoísmo, la desigualdad social y económica, la palabra de Dios llama a liderar con integridad, equidad y amor a los demás.

Exhortó a la población a leer la Biblia, un libro que promueve los valores, la sabiduría, honestidad y la responsabilidad, que contribuyen a una mejor sociedad y fortalecen la familia y el bien común.

En ese orden, expresó, “nos aseguraremos de que nuestra brújula moral esté alineada con los principios inmutables”, de la Biblia.

Afirmó también que el Libro Sagrado es un pilar para mantener a las familias unidas, “en un tiempo donde las estructuras familiares están siendo desafiadas y donde los valores tradicionales son cuestionados, necesitamos volver a las raíces bíblicas para restaurar lo que está roto”.