¿El microchip de la bestia?

Es verosímil ver en un futuro no lejano utilizar microchips implantados para comprar o vender.

    15 DE JUNIO DE 2020 · 12:00

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    Xianjuan HU / Unsplash

    Además logró que a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiera una marca en la mano derecha o en la frente…” Apocalipsis 13:16

    Imperceptibles y perfectamente camuflados, como una serpiente en su hábitat natural, existen microchips del tamaño de un grano de arroz por todas partes. Silenciosos e indetectables, almacenan un código detallado, de manera que cuando se escanean estos dispositivos minúsculos, de 11mm x 1mm, instantáneamente   descargan   información   sobre asuntos específicos o sobre personas comunes como usted y como yo.

    Cuando se escanea a una persona que lleva un microchip —normalmente incluido en algún tipo de documento de identidad o tarjeta—, se accede a un código de identificación asignado y los dígitos correspondientes recogen instantáneamente la información de identidad de la persona, su historial médico, estadísticas financieras y datos de seguridad. Este escaneo también puede permitirle al individuo entrar y salir de ciertas instalaciones.

    Hoy es posible encontrar trabajo, abrir una cuenta bancaria, aplicar para recibir subsidios gubernamentales, solicitar atención médica, solicitar el registro para conducir, ejercer los derechos como ciudadano23 y aún viajar en avión, pero únicamente presentando un documento de identidad emitido por el Estado y que cumpla con las especificaciones federales e incluya una banda magnética o un chip de identificación por radiofrecuencia (RFID chip).

    También existen microchips innovadores tan delgados como un cabello, incrustados dentro de una Placa de Circuito Impreso (PCB). La característica más significativa es que funcionan sin contacto (no necesitan un roce físico) ya que utilizan una tecnología inalámbrica de corto alcance que permite conectar dos dispositivos al emitir una señal (NFC).

    Estos son los que funcionan en los surtidores de combustible, cajeros automáticos, terminales de puntos de venta (TPV), carteleras digitales, automóviles y equipos industriales.

    De manera similar a los chips incrustados, algunos pueden adherirse a la piel, parecido a un tatuaje temporario, de forma poco convencional habilitando la vinculación entre el ámbito físico y el mundo cibernético.

    Recientemente me acordé de algo que había leído. Durante un evento social y debido a una situación que tuvo lugar en dos ciudades europeas, surgió esta misma pregunta: ¿quién realmente quiere tener que cargar una cartera, una billetera o un bolso cuando va a bailar? La pregunta se formuló debido a la poca vestimenta que se suele usar en los clubes nocturnos; resulta molesto tener que llevar encima una cartera o una billetera. Entonces recordé que la respuesta más rápida e ingeniosa fue la de adherir a la piel de cada participante un chip de identificación vía radiofrecuencia, que además de ser muy práctico, puede substituir instantáneamente dos artículos esenciales: el dinero (efectivo o en tarjeta) y el documento de identidad.

    Parecido a los chips de identificación utilizados para el ganado y las mascotas, ya existe el chip implantable para humanos y es un microprocesador de identificación vía radiofrecuencia que se implanta con una jeringa. Este chip se puede leer a pocos metros de distancia mediante un escáner manual o cuando la persona que lo tiene implantado pasa a través de un escáner de cuerpo completo.

    Ya no resulta inverosímil pensar que en un futuro no muy lejano se utilizará la tecnología de microchips implantados cuando una persona quiera comprar o vender algo. Simplemente tendrán que mover su mano delante de un detector; esta acción leerá el chip, identificará al comprador o vendedor y autorizará o no la venta.

    El implante también contiene un receptor para obtener información y un dispositivo que permite ver los datos a través de la piel. Este dispositivo está conectado a un semiconductor de control, y la energía fluye desde una pequeña batería. Ambos pueden ser implantados debajo de la piel. El procedimiento es ambulatorio, el usuario entra y sale el mismo día del implante, y la batería se recarga inductivamente, o sea sosteniendo la muñeca cerca de un cargador.

    “…de modo que nadie pudiera comprar ni vender, a menos que llevara la marca, que es el nombre de la bestia o el número de ese nombre.” Apocalipsis 13:17

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Llamados a ser libres - ¿El microchip de la bestia?

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