Las fuerzas de seguridad de Irán han arrestado a más de 100 cristianos en estos últimos días, mientras intentan tomar medidas enérgicas contra las conversiones y lo que llaman el “proselitismo de los evangélicos”.

Estos datos los ha publicado Open Doors UK, una organización benéfica que monitorea la persecución de cristianos en todo el mundo, que relaciona estos hechos por la preocupación de las autoridades ante el creciente interés público en la fe cristiana.

Aunque minoritaria, ya que representa menos del 1 por ciento de la población (unas 350.000 personas), su testimonio y crecimiento ha llevado al régimen islámico a aumentar la represión de iglesias y congregantes.

Grupos de derechos como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han criticado a Irán por su maltrato a los cristianos conversos, así como a otros grupos religiosos y de minorías étnicas.

Un delito punible

La minoría cristiana existente es más o menos tolerada por los gobernantes de Irán, pero la conversión al cristianismo desde el islam es un delito punible.

“Este aumento en los arrestos es muy preocupante”, dijo Zoe Smith, de Open Doors. “Sigue una tendencia establecida del gobierno iraní: a medida que aumenta el número de conversos al cristianismo, las autoridades imponen mayores restricciones a las iglesias”.

“Las restricciones son peores para las iglesias a las que asisten los cristianos que se han convertido del Islam. No solo eso, sino que el gobierno está pidiendo fianzas excesivamente altas y poniendo penas de prisión más largas para los cristianos”.

Agregó que los líderes de la Iglesia están siendo “presionados para salir del país o enfrentar un arresto”.