Crece la presión para levantar el Tercer Templo en el espacio de la mezquita Al-Aqsa

Este lugar sagrado del islam está en conflicto con el cumplimiento de la profecía de la construcción del Tercer Templo de Jerusalén, cuyo espacio ocupa.

MintPress News, The Unz Review · JERUSALÉN · 19 DE SEPTIEMBRE DE 2019 · 08:00

Fuerzas israelíes en la explanada del Templo, durante uno de los disturbios,Fuerzas israelíes en la explanada del Templo, durante uno de los disturbios
Fuerzas israelíes en la explanada del Templo, durante uno de los disturbios

La icónica cúpula dorada de la mezquita Cúpula de la Roca y Al-Aqsa, ubicada en el Monte del Templo o Haram el-Sharif, es el tercer sitio más sagrado del islam y es reconocido en todo el mundo como un símbolo de la ciudad de Jerusalén.

Sin embargo, según opina Whitney Webb (*) en The Unz Review, esta construcción del año 705 d. C. está siendo acosada para derribarla por parte de grupos sionistas cada vez más influyentes, que ven necesario reconstruir en este espacio el original Templo de Jerusalén, como cumplimiento de profecías bíblicas.

Mientras tanto, su importancia en el Islam sigue siendo enorme. Según el imán Sayed Hassan Al-Qazwini, "Al-Aqsa es la tercera mezquita más sagrada del Islam ... se considera el lugar donde el profeta Mahoma ascendió al cielo y ha sido mencionado en el Corán, que glorifica esa mezquita y la identifica como una mezquita bendecida. Todos los musulmanes, ya sean sunitas o chiitas, veneran esa mezquita”, un hecho que ha permanecido sin cambios durante más de un milenio y continúa hasta hoy.

 

Levantar el Tercer Templo

Según Webb, hay un esfuerzo creciente de funcionarios del Gobierno y religiosos israelíes para eliminar la Cúpula de la Roca y la mezquita Al-Aqsa de Jerusalén, no solo borrando el lugar en carteles oficiales, pancartas y material educativo, sino también para eliminar físicamente el propio edificio.

Por ejemplo, el actual miembro de la Knesset del gobernante Partido Likud, Yehuda Glick, también fue director del Instituto del Templo, financiado por el Gobierno, que ha creado reliquias y planes arquitectónicos detallados para construir el tercer Templo que esperan que pronto reemplace a Al-Aqsa. Glick también es amigo cercano de Yehuda Etzion, quien formó parte de un complot fallido en 1984 para volar la mezquita Al-Aqsa y como consecuencia cumplió prisión.

"Al final construiremos el templo y será una casa de oración para todas las naciones", dijo Glick al periódico israelí Maariv en 2012. Un año después el ministro de Agricultura de Israel, Uri Ariel, declaró que "[hemos] construido muchos templos pequeños, pero necesitamos construir un verdadero Templo en el Monte del Templo".

Desde entonces, destacados políticos israelíes se han vuelto cada vez más abiertos en su apoyo al fin de la soberanía jordana-palestina sobre el complejo de la mezquita, lo que ha llevado a muchos palestinos prominentes a advertir en los últimos años de planes para destruir la mezquita.

Según Miko Peled, escritor e investigador israelí, en los últimos años, un esfuerzo de siglos de lo que alguna vez fue un pequeño grupo de extremistas se ha vuelto cada vez más común en Israel, con políticos prominentes, figuras religiosas y partidos políticos que abogan por la destrucción de la Mezquita del Domo de la Roca y Al-Aqsa en Israel para cumplir una interpretación específica de una profecía de los últimos tiempos que alguna vez se consideró marginal entre los practicantes del judaísmo.

Miko Peled piensa que el movimiento para destruir Al-Aqsa y reemplazarlo por un templo judío "se hizo audible después de la guerra de 1967" y desde entonces se ha convertido en "un proyecto colonial masivo que utiliza mitología religiosa, bíblica y símbolos para justificar sus acciones”, un proyecto que ahora está obteniendo el apoyo tanto de israelíes religiosos como laicos.

Si bien el impulso para destruir Al-Aqsa y reemplazarlo por un Tercer Templo físico ha ganado fuerza en Israel en los últimos años, este esfuerzo ha avanzado a un ritmo notablemente rápido en los últimos meses, debido según los analistas a una confluencia de factores. Estos factores, incluyen la próxima revelación del llamado "Acuerdo del siglo", la embestida para una guerra con Irán y el Hezbolá del Líbano y la indulgencia de la administración Trump con respecto a la actividad de los extremistas judíos y con los grupos en las colonias extremistas en Israel.

Así, este movimiento ha ganado poderosos aliados, no solo en el Gobierno de Israel, sino entre muchos cristianos evangélicos en los Estados Unidos, incluidas algunas de las principales figuras de la Administración de Trump, así como el gobierno de Bolsonaro, que también sienten que la destrucción de Al-Aqsa y la reconstrucción de un templo judío son requisitos previos para el cumplimiento de la profecía.

Todos estos factores se relacionan con lo que se entiende como una aceleración de los esfuerzos para destruir Al-Aqsa. Su destrucción física sería una pérdida grave para la comunidad musulmana del mundo, que incluye a más de 1.800 millones de personas. Además muy probablemente originaría una guerra regional y quizás incluso mundial con claras dimensiones religiosas.

 

El sionismo religioso y su fuerza política

El surgimiento moderno de los movimientos religiosos sionistas que promueven la destrucción de la mezquita Al-Aqsa y su reemplazo con un Tercer Templo Judío se remonta a la Guerra de los Seis Días de 1967, según Miko Peled.

Peled señaló que estos grupos "están promoviendo el nuevo Templo en lugar de la mezquita Al-Aqsa en Jerusalén". Continuó señalando que "mientras que hace 20-30 años se les consideraba un grupo marginal, este año esperan que más de 50.000 personas ingresen al complejo para apoyar al grupo y sus objetivos. Los jóvenes israelíes religiosos que optan por salir del servicio militar y eligen el servicio nacional en su lugar porque pueden trabajar con las organizaciones de construcción del [Tercer] Templo”.

El doctor Ramzy Baroud, periodista, académico y fundador de The Palestine Chronicle, estuvo de acuerdo con el concepto de Peled de que el movimiento del Tercer Templo o el movimiento del Activista del Templo ha crecido drásticamente en los últimos años y se ha vuelto cada vez más dominante en Israel.

Sin embargo, el rabino Weiss no está de acuerdo con Peled y Baroud en que esta facción representa una amenaza real para la mezquita, dado que la destrucción de la mezquita es ampliamente rechazada por los judíos de la diáspora (es decir, los judíos que viven fuera de Israel) y que destruirla no solo causaría conflictos con la comunidad musulmana global, sino que también con numerosas comunidades judías fuera de Israel.

Además el rabino Weiss cree que muchos israelíes judíos y laicos también rechazarían esa medida porque crearía aún más conflictos, que muchos israelíes no quieren. Describió a los Activistas del Templo como "una minoría ruidosa" que representaba una "franja" entre los adherentes al judaísmo y un grupo dentro del sionismo que ha tratado de usar el Monte del Templo "para poder disculpar su ocupación y hacer pasar [la ocupación de Palestina] como un conflicto religioso", y el conflicto que rodea el Monte del Templo es una extensión de eso.

Sin embargo, otro grupo llamado Temple Mount Faithful -Fieles del Monte del Templo (N. de T.)- que se dedica al proyecto de construir el Tercer Templo, provocó en 1990 lo que se conoció como la masacre de Al-Aqsa en  después de que sus miembros intentaran colocar una piedra angular para el Tercer Templo en el Monte del Templo/ Haram El-Sharif, que provocó disturbios en los que la policía israelí disparó y mató a más de 20 palestinos e hirió a otros 150.

Esto fue seguido por los disturbios en 1996 después de que Israel abriera una serie de túneles que habían sido excavados debajo de la mezquita Al-Aqsa y que a muchos palestinos les preocupaba que se usaran para dañar o destruir la mezquita. Esas preocupaciones se apoyaban en la participación del entonces primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y los grupos del activistas del Tercer Templo en la creación de los túneles y en las excavaciones posteriores cerca del sitio sagrado, que fueron y siguen siendo oficialmente descritos como de naturaleza "arqueológica". Durante el incidente de 1996, 80 palestinos y 14 policías israelíes fueron asesinados.

 

(*) Whitney Webb es una periodista de MintPress News con sede en Chile. Ha contribuido a varios medios de comunicación independientes, como Global Research, EcoWatch,Ron Paul Institute y 21st Century Wire, entre otros. Ha tenido varias apariciones en radio y televisión y es la ganadora en 2019 del Premio Serena Shim a la integridad sin compromiso en el periodismo.

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