La América Hispana y su conquista

Decía Colón a los reyes de Castilla: “No puedo creer que hombre haya visto gente de tan buenos corazones”.

24 DE MARZO DE 2019 · 10:00

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La tierra vAmérica ista desde el espacio

Terminamos el recorrido por la América Hispana, o Hispanoamérica, un subcontinente formado por diecinueve naciones. Son estas, citadas por orden: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Puerto Rico, Perú, Uruguay, Venezuela.

Muchas veces, como sinónimos, se usan indistintamente los términos Iberoamérica o Latinoamérica. La definición de estos términos no está bien unificada, existen algunas diferencias: Hispanoamérica se refiere a los territorios de América que tienen como lengua oficial el español. Iberoamérica incluye a los estados de habla portuguesa. Latinoamérica se emplea para designar a países que además del español tienen otras lenguas originarias del latín como el francés y el portugués.

Después del primer viaje de Cristóbal Colón las tierras de Hispanoamérica fueron también llamadas Nuevo Mundo. Ahora, para quitarle drama a la conquista se la define como Encuentro de Culturas.

 

Ésta es la historia

Historiadores especializados en la época pre-colombina creen que el llamado nuevo mundo no es tan nuevo. Estiman que se remonta a la fase inicial de la glaciación, de 20.000 a 30.000 años antes de la conquista.

Los pueblos primitivos estaban divididos en tres ámbitos. Los más retrasados se movían por tierras del continente septentrional y por las llanuras de la selva meridional. Un segundo grupo recorría las costas atlánticas de Brasil y las Antillas. Otros pueblos evolucionaron hasta un nivel superior y se asentaron en la zona de México- Guatemala, en la meseta colombiana y en los Andes centrales. Estos últimos llegaron a formar tribus más adelantadas.

Una de estas tribus fue la de los aztecas. Los conocimientos que Europa tenía de estas tierras eran escasos. Las primeras informaciones se obtuvieron cuando los portugueses rodearon el cabo de Buena Esperanza en torno al 1488. Años después se produjo una avalancha hacia las islas del oeste. Innumerables embarcaciones se dedicaron a explorar el Atlántico en busca de pesca, azúcar y especies. Estas exploraciones fueron la principal inspiración del proyecto de Cristóbal Colón. En 1492 se abrieron las puertas hacia ese nuevo mundo.

El primer biógrafo del almirante fue su hijo Hernando. Es sabido que Colón nació en Italia, no en España. Hernando insinuó que su padre era de linaje ilustre, descendiente de una familia que había dado más de un almirante y que cursó estudios en la Universidad de Pavía. Otras opiniones sitúan a Colón en el seno de una familia humilde. El biógrafo, siempre obsesionado por sueños de grandeza presenta a su padre sirviendo al rey Renato de Anjou durante la guerra de Cataluña. De aquí han sacado mucho partido los defensores del Colón catalán. Después de una estancia frustrada en Portugal, el navegante decide acudir a la vecina Castilla. De una ciudad a otra, de una a otra promesa incumplida Colón hubo de esperar mucho en España antes de hallarse en posesión de los medios que le permitieron la acción. Desanimado, quiso abandonar Castilla y acudir al rey de Francia, determinación de la que le disuadieron en el convento de La Rábida.

Es entonces cuando se les ablanda el corazón a los reyes católicos, Isabel y Fernando, llamados así por una bula del papa Alejandro VI en 1496. La reina Isabel quedó entusiasmada con el proyecto de Colón y tanto ella como su esposo decidieron apoyarlo económicamente. Una antigua leyenda dice que la reina vendió sus joyas más valiosas para sufragar los gastos de la expedición.

Auxiliado por los hermanos Pinzón, expertos navegantes que prestaron crédito a sus proyectos, Colón salió el 3 de agosto de 1492 del antiguo puerto de Palos, en la provincia de Huelva, al frente de tres naves: la “Niña”, la “Pinta” y la “Santa María”. El 12 de octubre llegó a la pequeña isla de Guanahani. A continuación descubrió Cuba y La Española, hoy República Dominicana.

El éxito primero del descubrimiento fue total. En información a los reyes decía Cristóbal Colón que había encontrado a “hombres de buena figura, agraciados. Eran de cutis bastante claro y serían casi tan blancos como la gente de España si anduviesen vestidos y no expusieran sus cuerpos al sol y al aire”. Según su opinión, constituían un tipo humano pacífico. Añadía a los reyes de Castilla: “no puedo creer que hombre haya visto gente de tan buenos corazones. Son gente de amor y sin codicia -añadía-. En el mundo creo que no hay mejor gente ni mejor tierra. Ellos aman a sus prójimos como a sí mismos, y tienen un habla la más dulce del mundo, y mansa, siempre con risa”.

Durante siglos se ha venido considerando el descubrimiento como “el hito más importante de la humanidad, sólo comparable con la romanización”. Ahora, en este siglo XXI se quiere desprestigiar la figura de Colón acusándolo de genocida. La guerra dio comienzo en Estados Unidos. El alcalde de Los Ángeles mandó retirar la estatua del navegante tachándolo de genocida. Nueva York no siguió el mismo camino, pero en 2017 catalogó a Colón como “símbolo del odio”. En Baltimore destruyeron un monumento de más de 200 años. Muchas ciudades han dejado de celebrar el “Columbus Day” y lo han sustituido por el “Día del pueblo indígena”. La mayor urbe de Estados Unidos con su nombre, Columbus, en el estado de Ohio, ha dejado de considerar festivo el Día recordando a Colón.

Enrique Moradiellos, Premio Nacional de Historia 2017, ha dicho: “Citar a Colón como genocida es una barbaridad. ¿Por qué no se atreven a retirar estatuas de los presidentes Jefferson o Washington por esclavistas?”. Francis Drake fue un pirata sanguinario y un comerciante de esclavos, sin embargo Inglaterra le levantó una estatua imponente en Plymouth en prueba de reconocimiento, dicen, al héroe. Un descendiente directo de Colón, llamado Cristóbal Colón de Carvajal ha intervenido en la polémica. En declaraciones al diario “El Mundo”, el 18 de noviembre 2018, dijo entre otras cosas: “a los concejales que decidieron el derribo de la estatua de Colón en Los Ángeles les haría sólo una pregunta: ¿quién exterminó a los indios de Norteamérica? Mi antepasado no lo hizo. No pisó el territorio”.

Después de Colón otros conquistadores españoles llegaron a aquel mundo nuevo: Núñez de Balboa, Hernán Cortés, Francisco Pizarro, Pedro de Mendoza, Cabeza de Vaca, Sebastián de Belalcazar, Diego de Almagro, Alonso de Ojeda, Pedro de Alvarado y legión de otros menos conocidos.

Cuando llegaron a España las noticias del descubrimiento lo primero que hicieron los reyes católicos fue comunicar el hecho al papa Alejandro VI. Este era español, valenciano nacido en Játiva, padre de la célebre Lucrecia Borgia.

La Enciclopedia Larousse, nada sospechosa de anticatolicismo, lo presenta “como un monstruo sobre el que se acumulan todos los crímenes imaginables, desde la simonía hasta el incesto” (tomo I, página 271). Mucho más severo es el pronunciamiento contra Alejandro VI de Rey Ordeix en su abultada obra “Historia de los papas y los reyes” (tomo III, página 152 y ss.).

Alejandro VI puso especial interés en que la Iglesia católica de España mantuviera en las nuevas tierras el mayor número posible de sacerdotes con el fin de lograr la catolización de los indígenas. Una bula papal de 1493 daba poderes al enviado de apellido Boil, franciscano, para erigir y consagrar templos católicos en las tierras conquistadas.

Con la Iglesia católica llegó también la inquisición. En “Historia Universal siglo XXI” Richard Konetzke escribe: “la inquisición, que se había fundado en España en 1478 por una autorización pontificia fue implantada asimismo en los reinos de ultramar para salvaguardar allí la unidad de la fe y asegurar un control sobre la conducta moral y las ideas de aquellos remotos súbditos (tomo II, página 259). Los primeros en ser quemados por la inquisición fueron un inglés y un francés en México, ambos calvinistas, que no quisieron abjurar de sus creencias. También en Perú la inquisición se mostró cruel, violenta.

Las diecinueve naciones que forman la comunidad hispanoamericana, todas, se independizaron de España a lo largo del siglo XVIII. Las primeras fueron Argentina (1816) y Chile (1818). Las dos últimas Cuba y Puerto Rico en 1898.

Lucio Anneo Séneca, el trágico escritor y filósofo nacido en Córdoba, escribió esta poesía entre nostálgica y profética hace veinte siglos, que bien se puede identificar con el descubrimiento:

                                    Vendrán al fin con paso perezoso

                                    los siglos apartados en que el hombre

                                    venza del océano las ondas,

                                    y encuentre al cabo dilatadas tierras.

                                    Descubrirá otro Tiphis nuevos mundos

                                    y no será más Tule el fin del orbe.

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Países y culturas - La América Hispana y su conquista