La sabiduría del día y de la noche

Si captas las señales conoces los tiempos.

    20 DE SEPTIEMBRE DE 2024 · 08:00

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    Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría (Sal. 19:2).

    Existen cámaras que tienen la capacidad de grabar por igual en el día que en la noche. Son utilizadas especialmente en la vigilancia, pero tienen un sinfín de usos adicionales.

    A través de ellas podemos conocer muchos detalles en imágenes y sonido del acontecer diario; me hacen pensar en el diseño de la creación, la cual también está llena de enseñanza y de sabiduría para conocer a Dios y sus secretos.

    Accediendo a estos archivos, a manera de señales, accedemos también a bendiciones maravillosas que Dios ha preparado: los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras (Sal. 19:1-4).

    ¿Comprendes? Si captas las señales conoces los tiempos. Cuando Dios creó todas las cosas, creó también el día y la noche poniendo en ellas señales para guiar al hombre: dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales… …y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno (Gen. 1:14-18).

    Dios es luz, y las lumbreras son una especie de señales de su Presencia.

    La vida presenta tiempos buenos y tiempos difíciles (no malos). En cada tiempo es necesario poder determinar las señales de la Presencia de Dios para recibir su bendición.

    Esto es muy importante por lo menos por dos razones: primero, sabiduría para determinar las estaciones de la vida. Sin señales no sabemos cuando sembrar y cuando cosechar; tampoco entendemos sobre el frío y el calor, cuando protegernos y cuando ir hacia nuevas conquistas. El problema de muchos es actuar a destiempo.

    Segundo, sabiduría para distinguir el día de la noche; lo mismo parece el bien que el mal. El hombre es engañado fácilmente y camina confuso sin seguridad.

    Muchos se meten en problemas porque viven en grises, no distinguen el blanco del negro, qué está bien y qué está mal.

    El peligro de no distinguir las señales es que pierdes las bendiciones detrás de ellas. Hay personas que solo ven señales de día; cuando las cosas se ponen difíciles no ven a Dios, se quejan, lloran y vuelven atrás.

    Otros no ven señales en el día, solo en la noche. Para ellos, la fe es para los momentos difíciles; para ellos Dios se mueve en los problemas y siempre con vara.

    Son como los magos de oriente que buscaban a Jesús de noche, pues lo hacían siguiendo una estrella y a causa de ello, llegaron con Herodes produciendo una terrible mortandad de niños. Si hubieran buscado señales también de día, habrían leído en la Biblia que Jesús nacería en Belén. Los que ven a Dios sólo de noche suelen estar metidos en problemas.

    Hay otros que no ven señales de la Presencia de Dios ni en el día ni en la noche, son como el gadareno que se golpeaba con piedras en el cementerio de día y de noche (Mar. 5:5).

    Para ellos, sea de día o sea de noche, en las buenas o en las malas, todo lo toman como pedradas contra ellos. Son negativos. Les dicen: “Fulano está prosperando mucho”. Y responden: “ha de ser narcotraficante”. Y si escuchan: “Sutano está muy enfermo”; entonces declaran: “de seguro la vida lo está castigando”.
    ¡Nunca ven señales de la Presencia de Dios! Para mí, Dios está detrás de todas las cosas, es Él quien tiene el control; el Señor Soberano.

    El propósito de las señales en el día y en la noche es confirmar la relación, el Pacto de Dios contigo. Él desea ser tu Dios en todo tiempo. Todo pacto con Dios tiene señales, Dios puso la señal de la circuncisión en el Pacto israelita; la señal de la sangre en el Nuevo Pacto; y la señal del arco iris en el pacto con Noé; por mencionar algunos pactos y señales.

    Estas señales son como firmas de contrato, cláusulas de seguridad. Las señales en los pactos son para darte confianza de disfrutar sus bendiciones. Por ejemplo, Dios hizo Pacto con Noé de nunca más enviar un diluvio y puso el arco iris como prueba; así como una palabra profética basada en las estaciones del año, el día y la noche: y percibió Yahwéh olor grato; y dijo Yahwéh en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho. Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche (Gen. 8:21-22).

    ¿Por qué le dio señales a Noé? Porque deseaba confirmarle y darle confianza de disfrutar sus bendiciones. La próxima vez que viera llover miraría también las señales y descansaría.

    ¿Puedes imaginar cómo se asustaron cuando comenzó a llover nuevamente después del diluvio? ¿Habrán sentido el impulso de meterse al arca y decir: “ahí viene otra vez”? Pero la señal los llenaba de esperanza y de gozo.

    Algunos están asustados por una mala experiencia y temen que vuelva a sucederles. Necesitan señales para el día y para la noche a fin de recuperar la confianza. La próxima vez que enfrentes algo, sea bueno o sea malo, di: “esta es sólo una estación en la vida, no puedo detenerme a tomar fotos, seguiré adelante porque espero de Dios el bien y no el mal; esto pasará, es de noche, pero vendrá de nuevo el día”.

    Las señales tienen también el propósito de guiarte. ¿Recuerdas cómo los israelitas eran guiados en el desierto? Y Yahwéh iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche. Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego (Ex. 13:21-22).

    Esta columna nunca se apartó. Sin éstas señales los israelitas hubieran muerto en el desierto. Nunca estuvieron solos; Dios no les dijo: “los espero en la tierra prometida”; Él fue con ellos todo el camino.

    La gente suele decir: “sácame de este desierto”; pero lo que en verdad necesita es distinguir las señales de la Presencia de Dios para pasar a través del desierto. Sin importar si es de día o de noche, cualquiera que sea la circunstancia, nunca estarás sólo; Dios irá contigo.

    ¿Cuáles son las señales de día y de noche? ¿Cómo puedo distinguirlas? Es muy sencillo, las descubres a partir de meditar en la Palabra de Dios de día y de noche, como le dijo Dios a Josué: nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él… (Jos. 1:8).

    Josué ya no tuvo la columna de nube en el día ni la columna de fuego en la noche, ¿cómo andaría en la voluntad de Dios? ¿Cómo sabría hacia dónde caminar y cuándo hacerlo? El Señor le dijo: “meditando en mi Palabra, allí están las señales de sabiduría para el día y para la noche”.

    Los que caminan en el desierto sólo tienen señales externas. Pero los que caminan como conquistadores siguen las señales de la palabra de Dios, además de comprender la creación; allí está la sabiduría para toda ocasión.

    ¿Lo has comprendido? Dios te invita a soñar de día y de noche, en todo tiempo. Como Abraham, a quien Dios le dijo que contara las estrellas y también el polvo de la tierra porque así sería su descendencia. Prácticamente le invitaba a mantener sus sueños de noche y de día, a pesar de todo; aunque fuera anciano y su mujer estéril debía seguir soñando. Soñar con descendencia día y noche tenía el propósito de mantener enfocado a Abraham en cualquier circunstancia; más específicamente, mantenerlo dentro del Pacto con Dios, a fin de que vinieran sobre él las cosas que Dios tenía preparadas.

    Es fácil soñar cuando todo va bien, pero debes aprender a seguir soñando cuando no haya luz. Cuando vengan momentos difíciles busca las estrellas y cuéntalas. Medita en lo que Dios ha dicho y en lo que Él ha hecho a pesar de lo oscura que parezca la circunstancia.

    El día y la noche es una alegoría que enseña sabiduría para vivir; primero, entendiendo los tiempos y las estaciones de Dios; segundo, para ser guiados por la Presencia de Dios; y tercero, para recibir las bendiciones que Dios tiene preparadas en su Pacto mediante Jesucristo. La sabiduría del día y de la noche es disfrutar a Dios en todo tiempo.

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Palabra viva - La sabiduría del día y de la noche

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