La felicidad de ser compasivo
Necesitamos misericordia por encima de justicia; o mejor, justicia que no olvide la misericordia.
15 DE AGOSTO DE 2024 · 08:00

Bienaventurados los misericordiosos, porque
ellos alcanzarán misericordia (Mat. 5:7).
Los bebés son hermosos, tiernos, inteligentes, amorosos y …unos verdaderos tiranos! (en el buen sentido de la palabra o considerando tiernamente su inmadurez). Si tienes hijos comprendes lo que digo.
Debido a la indefensión del ser humano al nacer, necesita todo, cuidados y atenciones, comida, limpieza, todo le es dado. Esto hace que todo bebé sea un tirano en cierta medida.
No pide permiso para nada, quiere y exige con llantos y berridos ser atendido. No importa si sus padres están en una ceremonia solemne, en la iglesia, el concierto, cine o lo que sea, si quiere algo o está incómodo, exige ser atendido de inmediato.
El lindo bebé cansa, ¿no?, puede presionar a todos hasta que le den lo que quiere, ¡aunque ni siguiera sepa lo que quiere!
Son tiernos y dan ganas de comérselos (a veces nos preguntamos por qué no nos los comimos cuando todavía se podía).
Pero luego pasa el tiempo y hallamos que la vida no es sólo recibir, en realidad se trata más de negarse a uno mismo y de dar a otros.
Aunque de Dios seguimos recibiendo todo y no hay algo que podamos darle que no hayamos recibido primero por Él.
Esta es la bienaventuranza de este capítulo: la felicidad de dar. Especialmente a quien no se lo merece (¡seguro que ya pensaste en alguien!).
Si la bienaventuranza anterior trataba sobre la justicia, la del presente capítulo va más allá. La justicia dice: «eso es lo que se merece». Pero la misericordia declara: «tanto es que lo amo».
Siendo que la misericordia va más allá de la justicia, incluso triunfa sobre el juicio, entonces podríamos decir con mucha reverencia que su felicidad resultante también va más allá de la justicia.
Deja te lo ejemplificó: seguramente has escuchado a esos jovencitos que reclaman: ¡no es justo! Posiblemente se trata de uno de tus hijos. ¿recuerdas? Tu mismo lo dijiste también en algún momento de tu vida. Pero, ¿en verdad quieres ser tratado con la misma medida con la que tu mides a los demás?
Yo no.
Necesitamos misericordia por encima de justicia; o bien, justicia que no se olvide de la misericordia.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Palabra viva - La felicidad de ser compasivo