¡Cristo viene!

El retorno de Cristo es el triunfo de los valores supremos de la vida: la justicia, la paz, el bien.

30 DE JUNIO DE 2024 · 08:00

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CHUTTERSNAP, Unsplash

El retorno de Cristo a la Tierra es un hecho ineludible porque está previsto conforme a su propósito y sobre todo al carácter santo y justo de Dios.

El retorno de Jesucristo a la tierra implica la realidad de la reconciliación con Dios, a través de Jesucristo, de todas las cosas.

El advenimiento de Cristo es una consecuencia derivada del carácter Santo de Dios. “Cristo viene” es una frase de un sentido ético que gravita en todo el cosmos. Es un anuncio de esperanza y de juicio que tiene serias implicaciones para todos, más allá de nuestras interpretaciones y cálculos.

El retorno de Cristo pone de manifiesto el triunfo de los valores supremos de la vida: la justicia, la paz, el bien; contrapuesto con la derrota del mal, la muerte y Satanás. El retorno de Cristo es un acontecimiento escatológico, ético y moral que nos concierne a todos. Así como al principio la relación de Dios con el hombre tiene un punto de partida ético-moral, basada en el carácter santo de Dios; al final, esta relación conserva ese mismo carácter en el que salen a relucir la santidad y la justicia de Dios, y también su amor para la humanidad expresado en Jesucristo su Hijo.

Cristo viene porque si el inicio de la historia es la expresión del carácter santo de Dios, el cierre del telón que pone fin a la historia es sobre la base de ese mismo carácter.

Cristo viene porque su juicio es la expresión suprema de su justicia y Jesucristo es la expresión suprema de su amor, y nosotros, quienes hemos creído en su nombre, somos el galardón final que muestra la recuperación plena de lo que Él vino a buscar, que es todo lo que se había perdido.

Este acontecimiento tiene una base moral que habrá de revelar la justicia, y se resiste a explicaciones noticiosas y a localismos.

Será el mismo Dios imponiendo su propio Juicio. Podemos afirmar que Cristo viene y lo hará a su tiempo y sin demora.

El mensaje de la esperanza escatológica tiene que resurgir con énfasis en nuestros cantos y sermones, en nuestros saludos, en nuestras celebraciones y cultos.

Aunque vivimos en un mundo decadente y en crisis, este no es el final, como dice Jurgen Moltman, el final es Dios.

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Para vivir la fe - ¡Cristo viene!