Sofonías: cuando Dios canta

Aunque en Apocalipsis aparecen cantando coros de ángeles, o de personas, aquí es Dios mismo quien canta.

    28 DE FEBRERO DE 2021 · 08:00

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    MIH83, Pixabay

    ¡Lanza gritos de alegría, hija de Sión! ¡da gritos de victoria, Israel! ¡Regocíjate y alégrate de todo corazón, hija de Jerusalén! El Señor te ha levantado el castigo, ha puesto en retirada a tus enemigos. El Señor, rey de Israel, está en medio de ti: nunca más temerás mal alguno.

    Aquel día le dirán a Jerusalén: «No temas, Sión, ni te desanimes, porque el Señor tu Dios está en medio de ti como guerrero victorioso. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos. (Sofonías 3:14-17).

    De acuerdo con la introducción del libro (1.1), Sofonías ejerció su actividad en el Reino del Sur, los días de Josías (640-609 a.C.). Según el primer versículo Sofonías era del linaje real. El profeta, al igual que otros realiza juicios sobre Judá, sobre los filisteos, los moabitas, los amonitas, los cusitas y los asirios (1.4 – 2.15)

    Como en anteriores libros de la Biblia encontramos aquí en Sofonías, en solo 3 capítulos los temas de Juicio, pero también de restauración para el remanente fiel de Judá. A la luz de la gloriosa promesa de restauración, el pueblo de Dios debería cantar con alegría. La promesa es que Dios les salvará y redimirá tanto de sus enemigos como de sus iniquidades.

    Sofonías señaló las desviaciones del pueblo de Judá: la injusticia y la idolatría (1.4-6. 8-13; 3.1-8). Pero señala categóricamente que en medio de Jerusalén está la presencia de Dios (3.5), y que finalmente el Señor vencerá.

    Un hermoso canto de triunfo aparece en el libro (3.14-17). En estos textos me llama profundamente la atención el tema que Dios mismo aparece con gozo y alegría cantando (3.17). Esto para mí es algo muy interesante. Aunque en los libros apocalípticos aparecen cantando coros de ángeles, incluso coro de seres humanos salvados por gracia, aquí vemos a Dios mismo cantando.

    Tal vez deberíamos analizar esto en forma más extensa, analizando la comunicación de Dios a través del canto.

    Muchas veces tenemos una imagen de Dios serio y malhumorado, y eso transmitimos en nuestras expresiones, nuestras actitudes, y también en nuestros cantos. Hay cantos incluso para niños donde Dios aparece con un rostro severo y enojado controlando lo que hacen los pequeños.

    Pero aquí vemos a un Dios bastante diferente, alegre y cantando… Spurgeon en uno de sus sermones dijo:

    “Tan llena de errores como está la iglesia, el Señor se regocija en ella. Mientras nosotros nos lamentamos, bien podríamos, pero no nos entristecemos como aquellos que no tienen esperanza; pues Dios no se entristece, su corazón está alegre, y se dice que se alegra con gozo – una expresión altamente enfática… ¡Piensa en el gran Jehová cantando! ¿Puedes imaginarlo? ¿Te es posible ver al mismo Dios cantando, Padre, Hijo y Espíritu Santo juntos, cantando sobre los redimidos? Dios está tan feliz en el amor que él lleva sobre su pueblo que rompe el silencio eterno, y el sol y la luna y las estrellas, con asombro, oyen a Dios cantar un himno de alegría”

    Otras cuestiones interesantes que hay en este libro sobre comunicación:

    1.           Dios transforma nuestra comunicación : “Purificaré los labios de los pueblos de los pueblos, para que todos invoquen el nombre del Señor y le sirvan de común acuerdo” (3.9)

    2.           Dios quita todo tipo de comunicación altanera, jactanciosa y arrogante y lo transforma (3.11-13).

    3.           Dios quita de los labios de su pueblo las mentiras y el engaño (3.13).

    4.           Dios nos llama a cantar con gozo y júbilo junto a él (3.14-18).

    5.           Dios rescata a los oprimidos y avergonzados (quienes tienen una comunicación dañada por la tristeza y el dolor) (3. 18-19).

    Resumiendo, podemos hablar de que en este libro hay una promesa de total restauración, y esta restauración incluye como resultado al canto como una hermosa forma de comunicación, tanto de Dios como del remanente.

    ¡Gocémonos, alegrémonos y cantemos! Bendiciones, y hasta la próxima semana.

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