Apocalipsis 19.11-21: la batalla de Armagedón

El jinete del caballo blanco y la gran batalla que no es un conflicto armado.

    28 DE AGOSTO DE 2022 · 08:00

    Avi Theret, Unsplash,caballo blanco
    Avi Theret, Unsplash

    Me tardé dos semanas en comprender este pasaje; tal vez uno de los más complicados del Apocalipsis. Como cristiano anabautista de tradición pacifista me cuesta ver a Dios derramando sangre y matando a gente de manera violenta.

    Entonces uno puede quedar un poco asustado y hasta confundido al leer este texto. Gracias a Dios por algunos teólogos como Stam que me ayudan a entender todo esto desde otra perspectiva diferente a los catastrofistas que esperan con ansias las plagas; el puño de hierro; el lagar del furor de Dios y el gran banquete de las aves de rapiña.

    No me detendré en todo el análisis de Juan Stam. Usted puede leer esto de forma completa en el tomo 4, de las páginas 173 a 212.

    Hay que recordar al intentar interpretar este pasaje el contexto histórico y pastoral de Juan de Patmos. Aunque podríamos mirar hacia adelante, al futuro, o al presente nuestro, no debemos olvidar a las 7 iglesias del Asia menor y al imperio Romano.

    Ya lo había dicho alguna vez, al analizar estos textos, nos ayuda mucho el sistema de interpretación de profecías de múltiple cumplimiento.

     

    El jinete del caballo blanco

    El texto es eminentemente Cristocéntrico. Jesús, Fiel y Verdadero, digno de confianza y Justo; Señor de señores.

    Básicamente vemos que la justicia de Jesús resulta en la liberación de su pueblo de sus opresores. En todo el Nuevo Testamento, vemos la indicación de buscar el Reino de Dios y su justicia. Su justicia, si analizamos correctamente el Apocalipsis, resulta en la liberación de los pobres y oprimidos por el sistema opresor, político y religioso del Imperio Romano.

    Esto podría aplicarse a la liberación de los seguidores de Cristo en cualquier momento de la historia humana.

    La espada aguda que sale de la boca del jinete evidentemente es Su Palabra; las Palabras de Cristo. Algo muy interesante que el jinete lleva escrito (en su corona) un nombre que nadie conoce sino él.

    Aquí Stam nos llama la atención, indicándonos del peligro de querer hacernos ver como “teólogos superdotados”, pensando que entendemos toda la teología, todo de la Biblia y todo de Dios. No mi hermano… Aquí el texto nos muestra que somos unos ignorantes en muchas cosas, y sobre todo en el conocimiento de Dios; en el conocimiento de Cristo. Cristo es más que nuestras “fórmulas teológicas”; Cristo es más que “nuestra teología sistemática”.

    Hay cosas de Dios que no las podemos comprender, y tal vez nunca las comprendamos. Ninguna teología puede penetrar a fondo los misterios de Dios.  No pretendamos ser los “sabelotodos”, porque sencillamente, somos unos ignorantes, en muchas cosas.

     

    Hay muchas evidencias: Armagedón no es un conflicto armado

    Evidentemente este texto está relacionado a pasajes del Antiguo Testamento, como el Salmo 2 (el salmo de la coronación de un rey), y Ezequiel 39. El contenido es altamente simbólico. Verá usted a soldados sin espadas, y muchas metáforas que no podrían ser literales. Yo sé que muchos sueñan con el momento en que los cuervos persigan y devoren a los magnates y militares y todo tipo de gente rebelde.

    Incluso muchos se deleitan imaginándose a las bestias quemándose en el lago de fuego y azufre; y otros se imaginan a su suegra quemándose eternamente, como lo diría Dante Gebel.

    Recordemos que todo esto de las bestias, Juan de Patmos y sus lectores lo identificaban claramente con el imperio Romano, y su futura destrucción. Y más allá de esto, lo identificaban con la victoria del Señor.

    Aquí, en este capítulo, resumidamente, lo que indica el espíritu del texto, el espíritu de la profecía es que no hay ningún imperio, ningún poder, ninguna potestad, que pueda vencer a Cristo. Las bestias y sus aliados fueron y serán destruidos completamente.

    Tal vez usted quisiera aplicar este texto a algún evento futuro. Está en toda la libertad de hacerlo; pero lea bien el texto, identifique lo literal y lo simbólico. Verá que el texto está cargado de elementos simbólicos.

    Le recomiendo que no llene su cabeza de odio contra el que piensa diferente a usted o contra el que interpreta este texto diferente a lo que usted interpreta. No desee el lago de fuego y los pájaros rapiñeros al que interpreta el Apocalipsis diferente a usted.

    Finalmente, el Señor sabe que nuestra interpretación del Apocalipsis no será lo que nos salvará en el día final. Yo prefiero ver a un Dios no violento, pero si usted prefiere ver a un Dios violento, déspota y que se goza en la destrucción de la gente, tiene todo el derecho de hacerlo.

    Hasta aquí. Bendiciones, y ¡hasta la próxima!

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Pytheos - Apocalipsis 19.11-21: la batalla de Armagedón

    0 comentarios