Juan 3. 22-36 A Él le toca crecer, a mi menguar

Juan el Bautista da una clase de justificación por la fe. Nada de lo que hacemos es mérito nuestro. Todo logro es sólo por gracia de Dios.

    18 DE JUNIO DE 2023 · 08:00

    Juan bautizando a Jesús,bautismo Jesús
    Juan bautizando a Jesús

    El evangelista trata aquí del rito del bautismo; en esta oportunidad la narrativa nos cuenta que el Bautista está bautizando, y también, dice que Jesús bautizaba en un lugar cercano a la zona donde bautizaba Juan. En el capítulo 4 se aclara que en realidad no era Jesús quien bautizaba, sino sus discípulos.

    Aquí en Paraguay tenemos solo 4 semanas de mucho frio en todo el año; dos semanas en junio y dos en julio. Las primeras semanas de junio tuvimos más de 30 grados de calor. El domingo de esta semana inició nuestro invierno con temperaturas cercanas a los cero grados. Yo literalmente me estoy congelando de frio. Los últimos días de junio ingresará lo que llamamos “el veranillo de San Juan” con temperaturas superiores a los 35 grados. Y a mediados de julio nuevamente dos semanas de extremo frio.

    En nuestro país a ninguna iglesia se le ocurre hacer bautismos en nuestras 4 semanas de frio. Como es tan breve nuestro invierno, ni nuestras casas ni los templos tienen ningún tipo de calefacción. Nuestras viviendas están preparadas contra el calor, pero no contra el frio. Las personas tenemos poca ropa de invierno. Así que literalmente, nos estamos muriendo de frio, y ni siquiera da ganas de escribir, ya que los dedos se me están congelando, pero haré un esfuerzo.

    Recomiendo leer el comentario de Slade*, las págs. 92 a 97.

    Vemos nuevamente la repetición del esquema ya utilizado por el evangelista, de relatar una narración, y luego realizar una reflexión teológica (el caso anterior fue Jesús con Nicodemo).

    Aquí la historia tiene que ver con los dos grupos que estaban bautizando en el Jordán, un intercambio de puntos de vista, y una reflexión teológica cerrando el capítulo.

    Es interesante notar que luego de este relato Juan el Bautista desaparece del libro. Este es entonces según Slade, el climax personal y teológico del Bautista. Aquí, como en el capítulo 1, su principal función es el llamado a creer en Jesús (v. 36).

    Me tomaré la libertad de compartir algunos párrafos literales de Slade. Notemos toda la comunicación que hay en la escena:

    La nota comienza con una nota de competencia. Aparentemente, Jesús y sus seguidores (antes discípulos del Bautista) se habían metido en el mismo negocio que tenía el Bautista. Esta nota de competencia, confirmada en 4.1, llega al centro de atención en 3. 26. Los discípulos de Juan expresaron su preocupación por el éxito de Jesús, seguramente con la expectativa de que el Bautista también estaría molesto: alguien a quién él mismo había bautizado estaba ahora acaparando a la gente.

    La reacción del Bautista fue todo lo contrario a lo que uno podría haber esperado: reconoció el éxito de Jesús como fruto no de astucia o habilidad humanas, sino de la actividad de Dios. Y a pesar de su éxito, Juan no había perdido la brújula en cuanto a su identidad:

    “Ustedes me son testigos d que dije: Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de él” (v. 28).

    Todavía más interesante para los lectores de Juan es la metáfora que aparece en el v. 29. Cuando el Bautista habla de la esposa y el esposo, el lector de Juan se da cuenta de cómo debía haber leído el relato de las bodas de Caná: el Bautista era el amigo, mientras Jesús era el verdadero esposo. (pág. 94)

    El Bautista, consciente de su papel en el drama divino, terminó con lo que debe ser el refrán de todo siervo cristiano: “A él le toca crecer, y a mí menguar”. En vez de amargarse por no poder ser el protagonista de la película, abrazó gozosamente su papel mentor y se regocijó al oír la voz de quien lo dejaba en la sombra. Con la afirmación del v. 30, entonces, el contraste entre Juan el Bautista y las autoridades judías llegó a su cúspide. Frente a Jesús, quién arrojó luz sobre sus obras mientras dejaba en la sombra su categoría social, ellas debían haber reaccionado como el Bautista. (pág. 95)

    Slade cierra su reflexión sobre el texto indicando que las palabras del Bautista: “A él le toca crecer, y a mi menguar” debieran ser las palabras y el sentir de todo obrero cristiano, ya sea pastor, predicador, evangelista, misionero, escritor o servidor. “Como siervos de Dios tenemos que hacer de tales palabras nuestro refrán constante”. (pág. 96).

    Randall Worley en su predicación "Juan 3:22-36 • Dos Trayectorias" muestra algunos aspectos importantes a tener en cuenta:

    • Es interesante la discusión entre los discípulos de Juan y un judío en torno a los ritos de purificación. No sabemos de qué tema estaban discutiendo, pero en ese debate surge alguna información de que Jesús estaba también bautizando (v. 25 y 26).
    • Los discípulos del Bautista reclaman, defienden su terreno ganado… Acusaron que Jesús estaba logrando arrebatar lo logrado por Juan copiando la innovación él había creado y encima Juan había hablado bien de Jesús, y ahora Jesús … Este tipo de discusiones surgen hoy frecuentemente en las iglesias.

    Worley expresa:

    • A menudo pensamos que nuestro valor está ligado a nuestros logros, incluso como cristianos. ¿De qué forma nos vemos protegiendo nuestro terreno en la vida y por qué hacemos esto?

    Juan el Bautista responde al pedido de sus discípulos de proteger su terreno, de proteger su ministerio y sus logros, y reclamar qué él tiene la patente o marca registrada del bautismo en agua:

    • Nadie puede recibir nada a menos que Dios se lo conceda …Ustedes me son testigos de que dije: “Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de él”. El que tiene a la novia es el novio. Pero el amigo del novio, que está a su lado y lo escucha, se llena de alegría cuando oye la voz del novio. Esa es la alegría que me inunda. A él le toca crecer, y a mí menguar. (vv. 27-30)

    Juan el Bautista da una clase de justificación por la fe. Nada de lo que hacemos es mérito nuestro. Todo lo que logramos es solamente por gracia de Dios. Cada cosa de nuestra vida, cualquier cosa, es un logro de Dios y no nuestro. En todo lo que hacemos, pero especialmente en el ministerio cristiano, todo, todo, es resultado de la perfecta y maravillosa obra de Dios. Y lo vuelve a aclarar… “Yo no soy el Cristo” … Yo no soy el novio, solo soy amigo del novio. Juan define perfectamente que la labor de todo pastor, es llevar a las personas a Cristo. Cristo debe ser el destacado, no nosotros. Nuestro gozo debe ser que Cristo sea el glorificado. El centro de atención de toda la gente debe ser puesto en Jesús.

     

    A Él le es preciso crecer, a mi menguar

    Worley compara dos proyectos opuestos. Él proyecto egoísta, inmaduro, avaro que generalmente tenemos los seres humanos. Juan el Bautista encarna en este texto el proyecto opuesto, el proyecto en que el yo queda a un lado, el proyecto de vida en que cada cristiano debe vivir, de tener la única labor, que la mayor motivación del cristiano sea ir menguando para que Cristo sea el todo.

    • Pregunta: ¿Por qué encontrar nuestro gozo en la grandeza de Jesús es un mejor camino que buscarlo en nuestro propio reconocimiento?

    El texto termina con la siguiente reflexión teológica práctica:

    El que viene de arriba está por encima de todos; el que es de la tierra, es terrenal y de lo terrenal habla. El que viene del cielo está por encima de todos y da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie recibe su testimonio. El que lo recibe certifica que Dios es veraz. El enviado de Dios comunica el mensaje divino, pues Dios mismo le da su Espíritu sin restricción. El Padre ama al Hijo, y ha puesto todo en sus manos. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rechaza al Hijo no sabrá lo que es esa vida, sino que permanecerá bajo el castigo de Dios. (vv.31-36).

     

    Concluyendo, pienso, que en todo esto hay mucho de comunicación. Y me pregunto si cada vez que hago algo, busco la gloria de Jesús y no la mía propia. Señalo que en todo esto existen motivaciones internas y externas. No se puede lograr esto que hizo Juan, sin el Espíritu de Dios. Y aquí el hilo del evangelio continúa:

    Jesús es mayor que Moisés; es mayor que Elías; es mayor que Juan el Bautista. Y nadie puede confesar que Jesús es el Hijo del hombre, sin el nuevo nacimiento, del agua y del espíritu. Únicamente podemos exaltar a Jesús, por el Espíritu recibido sin restricción.

    Todo el mensaje del evangelio de Juan está enfocado en la vida eterna que recibimos de Jesús.

    Worley pregunta:

    • Jesús vino para dar a todo el que lo desee acceso libre al Espíritu Santo de Dios y a la vida eterna. ¿Por qué a menudo preferimos aferrarnos a lo que pensamos que tenemos en lugar de renunciar a todo para recibir los mayores dones que Jesús nos ofrece?

    Que podamos derrotar a nuestro yo, enfocados en Cristo, aferrados y arraigados en Cristo, con el Espíritu de Cristo. Que podamos vivir una vida de comunicación al estilo de vida de Juan el Bautista y no el de muchos predicadores que hoy andan predicando centrados únicamente en sí mismos y en su propio bienestar.

    El Señor nos ayude. Bendiciones y ¡hasta la próxima!

     

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    *Slade, Stan (2006) Comentario Bíblico Iberoamericano. Evangelio de Juan. Ediciones Kairós.

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Pytheos - Juan 3. 22-36 A Él le toca crecer, a mi menguar

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