‘La hora ha llegado’: puntualidad griega (Jn. 12:20-26)

Unos griegos, en Jerusalén, asisten a la hora crucial para el destino de la humanidad.

16 DE JUNIO DE 2024 · 08:00

Reloj de sol / Patti Black, Unsplash,reloj sol
Reloj de sol / Patti Black, Unsplash

Llegar puntualmente a la hora no es una virtud de la mayoría de los paraguayos. Los que tenemos algo de sangre germánica hemos heredado la obsesión de llegar a todas partes 5 minutos antes de la hora.

Esto les parece algo absurdo a la mayoría de la gente que conozco. Muchas veces me llega a hervir la sangre esperando salir con un tiempo prudencial para llegar a tiempo o antes de la hora cuando debo ir acompañado de mi esposa.

Bueno, a lo que quiero llegar, es que estos griegos, en Jerusalén, llegan a la hora, o tal vez unos minutos antes de la hora, la hora crucial para el destino de la humanidad.

No se nos dice exactamente quiénes eran estos griegos. No eran judíos, por eso tuvieron que preguntar por Jesús, que tal vez estaba en la zona del templo prohibida para los gentiles. Los comentaristas dicen que era el día martes de la semana de la pasión.

Felipe era el único apóstol de nombre gentil. Cuando los griegos vinieron buscando a Jesús, Felipe fue la persona a la que se acercaron. Posiblemente tenía contactos griegos.

Los griegos hablan con Felipe y le pidieron tener un encuentro o una entrevista con Jesús y este, consulta con Andrés. Esto también nos hace recordar a la alimentación de los cinco mil, de Juan cap. 6, donde Jesús le pregunta a Felipe: - ¿Dónde vamos a comprar para que coma toda esta gente? Y aparece Andrés y dice: - Aquí hay un muchacho que tiene 5 panes y 2 pescados.

Podría ser que Felipe y Andrés entendían el idioma griego. También por lo mencionado anteriormente, Andrés era un discípulo bastante práctico, que encontraba soluciones rápidas, como esas personas que siempre hay en todos los grupos.

Y aquí es bueno relacionar todo esto con la comunicación.

  • El primer sermón de Jesús en su ciudad natal de Nazaret, en Lucas 4, demuestra que su propósito de vida se extendió mucho más allá de la nación de Israel. En ese sermón mencionó a la viuda de Sarepta, a Naamán el Sirio, como ejemplo de las buenas noticias a los gentiles, cosa que hizo enfurecer a sus compueblanos.
  • Ya Jesús había tenido algunos contactos con personas gentiles. Recordemos que tal vez pasó un tiempo de su niñez en Egipto.
  • En su ministerio Jesús sanó a un endemoniado gadareno (gentil)
  • En otra ocasión, entre 10 leprosos sanados, uno era samaritano y Jesús comentó sobre el hecho de que solo el extranjero volvió a agradecerle.
  • Una mujer samaritana fue la única audiencia de uno de los mejores diálogos de Jesús.
  • La fe de una mujer cananea (gentil) fue recompensada cuando su hija fue sanada.
  • También vemos a Jesús llegando a los gentiles sanando al siervo de un centurión romano.

El corazón de Dios siempre ha sido por las naciones, y la visión global de Jesús fue la de llegar con el mensaje del amor de Dios a todas partes, aunque estratégicamente, Dios había elegido comenzar con el pueblo judío, para luego extender el mensaje a todo el mundo.

Pienso que hoy en día, también los evangélicos tenemos muchas veces una visión muy estrecha, y hay veces que hasta quedamos muy sorprendidos cuando un grupo o algunas personas de las que menos pensábamos piden escuchar o conocer algo de Jesús.

El texto de Juan nos deja con una espina de curiosidad, ya que no se menciona si los griegos tuvieron o no un encuentro con Jesús.

Lo que sí se menciona es literalmente lo siguiente:

 —Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado —afirmó Jesús—. Les aseguro que, si la semilla de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto. El que ama su vida la pierde; en cambio, el que aborrece su vida en este mundo la conserva para la vida eterna. Quien quiera servirme debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi siervo. A quien me sirva, mi Padre lo honrará. (12.23-26).

Parece que Jesús empieza a hablar, y el tema de los griegos desaparece.

Pero eso es solo lo que “parece”. Jesús empieza a revelar aquí su plan de salvación para toda la humanidad, tanto judíos como gentiles.

También Slade, menciona que eso que pasó aquí también tenía que ver con lo que anteriormente aseveraron los dirigentes judíos: A este tipo… lo sigue todo el mundo.

Y sigue Slade:

El papel simbólico de los gentiles queda claro cuando nos damos cuenta de que ellos desaparecen del relato sin que Juan nos diga cosa alguna sobre la entrevista que buscaban. El interés de Juan en narrar el evento no es proporcionarnos detalles sobre la plática que seguramente tuvieron con Jesús. Entrar en tales detalles sería perder la visión del valor decisivo del momento: de una manera muy de acuerdo con la perspectiva de Lucas en Hechos y Pablo en Romanos 9-11, Juan quiere que veamos juntos el rechazo por parte del pueblo escogido y la búsqueda por parte de los gentiles. El trabajo público de Jesús en preparación para su muerte había provocado la crisis que se vislumbró en 1: 11-12: los suyos lo rechazaron y las ovejas de otro redil lo reconocieron. (pág. 255)

Y es precisamente aquí que menciona Jesús el tema de la hora: Ha llegado la hora de que el Hijo del Hombre sea glorificado. (12.23)

Jesús había venido evitando muchas veces tener discusiones con los dirigentes, porque “todavía no había llegado la hora”.

Pero evidentemente aquí estamos por llegar al punto focal del relato de Juan, al clímax de su evangelio, y no solo de este libro. Estamos por llegar al momento culminante de toda la Biblia.

Hay gente que no entiende la Biblia, y tienen su punto focal en el séptimo día, o en la segunda venida de Cristo. Otros cristianos tienen su punto focal en el anticristo. Otros tienen su punto focal en el milenio; y lastimosamente, yo diría que gran parte del cristianismo tiene su punto focal en cuestiones que no tienen la menor importancia.

Creo que este texto es importante para nuestra comunicación. No perdamos el tiempo en cuestiones que pueden desviarnos del tema importante, de la cuestión principal. Hay gente que pierde su tiempo pensando exactamente a qué hora del viernes se pone el sol, y tal vez lo importante sería comprender qué fue lo que exactamente pasó en aquel viernes de tarde cuando Jesús exclamó “Consumado es”.

Jesús señala… Ha llegado la hora… Su muerte sería la hora gloriosa donde daría su vida por los seres humanos.

El texto de hoy sigue siendo rico en comunicación. Jesús se enfoca en lo importante. A veces solemos tener conversaciones o predicaciones donde decimos mil cosas, y nos olvidamos de decir lo más importante.

Es muy interesante cómo Juan nos deja en suspenso sobre el tema de los griegos. Es interesante que hasta hay personas que aseguran ser profetas que aseguran haber visto todo en visión, cada detalle de la conversación de Jesús con los griegos.

Pero yo digo, ¡que tontería! No hace falta hacer recorrer nuestra imaginación sobre cuestiones que a los autores de las Escrituras jamás les importó. Cuánto lamento haberme tomado el tiempo de leer novelas proféticas sobre cuestiones que los autores de la Biblia jamás hablaron. No estoy en contra de Chosen, aunque no deberíamos hacer teología de cada uno de sus episodios. Sirven únicamente como herramientas para llevar a la gente a Cristo.

Pero no perdamos el tiempo en tonterías. Para mí es un verdadero disparate por ejemplo el pasar leyendo la serie de libros o las películas de Dejados Atrás. No entiendo por qué hay gente que se obsesiona con esas cuestiones. También es una perdida de tiempo estar estudiando esas cuestiones de 1844 y otras cuestiones parecidas.

 

La semilla de trigo

La hora ha llegado, y en escatología, el mensaje de Jesús es no perder el tiempo en cuestiones sin importancia. Aquí Jesús cuenta una de sus últimas parábolas, la del grano de trigo que muere.

Una semilla colocada en la tierra muere como grano, pero su fuerza vital la transforma en una planta que da miles de nuevas semillas. Estaba a punto de la hora en que Jesús mediante su muerte proporciona vida a millones y millones de personas que ponen su confianza en él y en aquello que sucedió aquella hora.

Al mismo tiempo Jesús da un nuevo sentido de vida y de misión a sus seguidores. Nuestra vida no se trata de una vida de buscar ganancias monetarias; no se trata tampoco de buscar lograr méritos ante la gente, ante los dirigentes o ante Dios. No se habla aquí de cuántas horas a la semana predicamos o hacemos obras de caridad.

De lo que se trata es de morir a uno mismo; tal vez morir a nuestras preferencias; morir a la teología de la prosperidad; morir a cualquier teología que no este centrada en Jesús y en la hora de la que nos habla el texto.

Muchas religiones hoy están pasando una tremenda crisis, porque la gente no ha vuelto a los templos luego de la pandemia. Posiblemente, esta es mi teoría, muchos nunca volverán mientras estemos enfocados en cualquier cosa, y no en la hora de Jesucristo.

Pienso que deberíamos aborrecer, cualquier cosa que no esté centrada en la hora de Jesucristo. Y cualquier cosa que no esté centrada en la hora de Jesucristo, es pérdida de tiempo, es basura, es perdición de la vida. Y esto es un tema sumamente serio.

Hasta aquí. Bendiciones y ¡hasta la próxima!

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Pytheos - ‘La hora ha llegado’: puntualidad griega (Jn. 12:20-26)