Pilares de la fe anabautista: libertad de conciencia y de religión

500 años de fe anabautista: enero de 1525 a enero de 2025.

07 DE JULIO DE 2024 · 08:00

Pablo Hermoso, Unsplash,columnas, pilares
Pablo Hermoso, Unsplash

Pilares de la fe anabautista (1)

Esta es una serie de artículos que se publican con motivo de los 500 años de la fe anabautista: 21 de enero de 1525 a 21 de enero de 2025.

La Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea en su artículo 10 expresa:

1. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. Este derecho implica la libertad de cambiar de religión o de convicciones, así como la libertad de manifestar su religión o sus convicciones individual o colectivamente, en público o en privado, a través del culto, la enseñanza, las prácticas y la observancia de los ritos.

2. Se reconoce el derecho a la objeción de conciencia de acuerdo con las leyes nacionales que regulen su ejercicio.

En la actualidad la mayoría de los países occidentales en sus legislaciones declaran la libertad de culto, de religión, y el derecho a la objeción de conciencia.

Pero no siempre en la historia de la humanidad existieron estos derechos.

 

Persecución implacable

Los cristianos fueron perseguidos cruelmente los primeros dos siglos de nuestra era. Y luego durante más de mil años, la iglesia institucional romana no toleró, no permitió ningún tipo de cristianismo que no se sometiera al Vicario de Roma, a sus dogmas y prácticas establecidas.

La Santa Inquisición fue un tribunal religioso de la Iglesia Católica Apostólica Romana dedicado a la persecución sistemática y al castigo de los llamados herejes y disidentes religiosos. Su objetivo era proteger la fe católica durante los siglos XV, XVI y XVII, y defender las creencias religiosas y sociales de la época.

La Reforma no trajo libertad de conciencia o libertad religiosa a Europa. Por el contrario, los reformadores, a pesar de las primeras declaraciones que aparentemente apoyaban la libertad de conciencia, finalmente resultaron ser tan intolerantes como la Iglesia Romana. Eran intolerantes no solo hacia la Iglesia Romana, sino también hacia otras formas de protestantismo.

La gran mayoría de los cristianos evangélicos hemos crecido con una visión muy negativa de la fe católica, recordando estas persecuciones sistemáticas en épocas pasadas. Particularmente en Paraguay, donde vivo, la religión católica fue la oficial hasta el año 1992, y las iglesias o grupos evangélicos eran perseguidos de forma cruel, con todo tipo de amenazas, y dañando los lugares de culto apedreando los edificios durante las reuniones, a veces dirigido y planeado por algún sacerdote.

El primer territorio con una legislación que establecía la libertad de religión y cultos fue la de los Estados Unidos de Norte América a partir de 1786. Más adelante se extendió a la mayoría de los países europeos, aunque en España y en todos los países colonizados de América Latina, la religión Católica Romana era la oficial. No fue fácil la actividad de los misioneros evangélicos en muchos países de nuestra región.

Aún hoy existe una gran persecución a los seguidores de Jesucristo en más de 50 países del mundo. (ver la lista de Puertas Abiertas)

 

Los anabautistas y la libertad

Jesucristo desarrolló en sus discursos conceptos referente a la libertad de conciencia y de religión, como marca indeleble de la fe cristiana. También el apóstol Pablo desarrolla en sus escritos la temática.

Pero fueron los anabautistas del siglo XVI los que predicaron y practicaron, y llevaron hasta las últimas consecuencias los principios de la libertad de conciencia y de religión.

Los anabautistas fueron el único grupo de la Reforma que defendió consistentemente la libertad religiosa, la separación de la iglesia y el estado, la libertad de la conciencia individual y la tolerancia de la divergencia en asuntos religiosos.

Ellos no fueron “académicos” que escribieron y teorizaron sobre el tema. No lo hicieron; pero desde el mismo comienzo del movimiento dieron testimonio constante de sus fuertes convicciones sobre este gran principio.

No fue solo su biblicismo con su deseo de seguir tanto los mandamientos como el ejemplo de Cristo lo que los motivó, sino su concepción fundamental del cristianismo como una cuestión de compromiso voluntario y libre elección, su insistencia en el amor a todos como una obligación cristiana universal con su corolario de no violencia y no resistencia, su comprensión del sufrimiento como el camino de la victoria o una teología del martirio, y su creencia de que la fe es un don de Dios y, por lo tanto es imposible de crear por la compulsión u obligación a las personas.

Debe admitirse que el avance hacia la libertad religiosa y la tolerancia en Europa occidental se debió no solo por causa de los anabautistas, pero ellos fueron los profetas adelantados a su tiempo, los pioneros que tuvieron que alzar la voz en un desierto, que tuvieron que ir en contra de todo el espíritu de su época.

 

Testimonios del s. XVI

Algunos de los principales anabautistas que predicaron la libertad de conciencia y religión

  • Conrad Grebel en la carta a Thomas Müntzer (1524) escribió: «El Evangelio y sus adherentes no deben ser protegidos por la espada, ni deben protegerse a sí mismos».
  • Felix Manz, en los registros judiciales de Zúrich de 1525 y 1526, admitió enseñar que los de otras religiones no deben ser perturbados en su práctica.
  • Balthasar Hubmaier en su folleto de cuatro páginas “Sobre los herejes y su quema” (enero de 1524), que se llama la primera declaración protestante por la libertad religiosa, dijo: «Entonces se deduce que los asesinos de herejes son los peores herejes de todos, en el sentido de que, en contra de las enseñanzas y prácticas de Cristo, condenan a los herejes al fuego».
  • Hans Denck (1527) dijo: «Todos deben saber que en asuntos de fe todos deben proceder de manera libre, voluntaria y sin obligación».
  • Kilian Aurbacher de Moravia escribió en una carta a Bucer en Estrasburgo (1534): «Nunca es justo obligar a nadie en materia de fe, sea cual fuere su creencia, sea judío o turco… Y así nos comportemos según el ejemplo de Cristo y de los apóstoles y anunciemos el Evangelio según la gracia que Él nos ha confiado; no obliguemos a nadie… Que también esto es una verdad manifiesta, que el pueblo de Cristo es un pueblo libre, no forzado y sin coacción, que recibe a Cristo con deseo y con un corazón dispuesto, de esto testifican las Escrituras». Una apelación de los anabaptistas de Zúrich al Concilio de Zúrich de 1589 afirma que «las autoridades estatales no tienen cabida en la iglesia de Dios, no tienen derecho a controlar y perseguir la conciencia, y que este principio es uno que ellos, los hermanos suizos, han probado recientemente con las Escrituras«.
  • Enrique Bullinger, en “La obra magna contra los hermanos suizos”, Der Widertoufferen Ursprung (1560), establece clara y enfáticamente la creencia anabautista en la libertad de conciencia, trata de refutarla punto por punto y defiende la política de Zúrich de intolerancia y persecución. Entre otras cosas, acusa que afirmaron: «Uno no puede ni debe usar la fuerza para obligar a nadie a aceptar la fe, porque la fe es un don gratuito de Dios».
  • Menno Simons dijo: «Di, buen lector, ¿dónde has leído, en todos los días de tu vida, en las Escrituras apostólicas que Cristo o los apóstoles hayan invocado el poder de la magistratura contra aquellos que no escuchan su doctrina ni obedecen sus palabras» «La fe es un don de Dios… No puede ser impuesta sobre un hombre por una fuerza externa o por la espada»

Si bien estas son únicamente unas pocas declaraciones de fe de parte líderes anabautistas del siglo XVI, podemos encontrar en la práctica la convicción que tenían los mismos a predicar en cualquier parte del mundo, sin pedir permiso a nadie.

 

El salmo 24:1

Salmo 24:1 «Del Señor es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan». Esta afirmación de que la tierra es del Señor era para los anabautistas una forma de resistencia, especialmente a los gobernantes políticos de su época… Ellos declararon con este texto su lealtad a Jesucristo, una lealtad basada en una fe libre.

Adorar al Dios del salmista implica una protesta contra las autoridades políticas que tratan de usurpar el dominio de Dios sobre la tierra.

«Nadie debe tomar lo que es de Dios», escribió Peter Walpot, un anabaptista del siglo XVI que vivió en el contexto de las potencias cristianizadas de Europa cuando reyes y obispos se repartieron el mundo inventando fronteras en sus mapas de «las Américas», que reclamaban como su propiedad.

Posiblemente la libertad política surge en la práctica con la Revolución Francesa, pero la práctica de la libertad de fe y conciencia surge especialmente con los anabautistas del siglo XVI. Ellos incluso predicaron que no se debía exterminar a los musulmanes, ya que la fe no puede ser impuesta a través de guerras y persecuciones.

La práctica de la libertad de conciencia y religión de los anabautistas no fue otorgada automáticamente por sus perseguidores. Tanto la iglesia Católica Romana, los luteranos y los reformados intentaron por todas las formas posibles a los anabautistas. Pero podemos entender mejor el tema, al ver la convicción misionera que ellos tuvieron, a ir a todos lados, incluso a los templos de sus perseguidores, y levantar el mensaje de Jesucristo tal cuál ellos lo comprendían.

Claro, miles fueron encarcelados y muchísimos martirizados a causa de su fe. Uno de los pilares de fe de las iglesias anabautistas en la actualidad, es la libertad de conciencia y de religión.

Pienso que actualmente no se debiera intentar legislar en los países principios de fe, que tienen que ver con principios bíblicos. Claro que los legisladores utilizarán principios y valores cristianos, pero me parece de muy mal gusto, eso de imponer que en cada aula del país se tengan en letras grandes los 10 mandamientos, y cosas por el estilo. Todo lo que se quiera imponer por la fuerza, desde las iglesias evangélicas, nunca funcionará.

 

Fuente:

The Global Anabaptist Mennonite Encyclopedia Online GAMEO.

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