El último ‘escándalo evangélico’: Steven Lawson

Y cualquiera que escandalizare a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le anegase en el profundo de la mar. Mateo 18. 6  

Ya estamos por ingresar al último trimestre de 2024, y no estoy seguro si este será el último escándalo que sacude a las iglesias cristianas. Las historias que corren por el internet, y de las que yo me entero, ocurren mayormente en los Estados Unidos de América, aunque presiento que eso es solo la punta del iceberg, por usar una metáfora bastante conocida.

Me llama la atención que esto puede ocurrir tanto en iglesias progresistas, de tinte carismático, como al mismo tiempo en iglesias tremendamente conservadoras, o neocalvinistas, para ser más específicos.  

No entraré en detalles, ya que la noticia está por todas partes.  

Haciendo un paralelismo con otros escándalos, el caso anterior que comenté, de Robert Morris (1 de julio), exactamente a mitad del año, fue un escándalo que afectó a una niña de solo 12 años. Es lamentable percibir que últimamente han surgido escándalos relacionados a violencia sexual de líderes cristianos a niños. Esto es algo realmente terrible, y el texto de Mateo 18.6 condena rotundamente a estas personas.  

Si bien Steven Lawson, el caso que está conmocionando a las redes, no tuvo que ver con niños o menores de edad, sino que fue una relación inapropiada con una mujer adulta, podemos añadir que me sorprende esto de una persona de 73 años. No diré que los adultos mayores son inmunes a todo esto, pero me resulta un poco complejo.  

Y sí afecta el tema a niños. Esto afecta tremendamente a su familia toda, su esposa, sus hijos y también a sus nietos.

Y va más allá. Me gustaría percibir y escuchar todas las oraciones que se están levantando en favor de Lawson, en cualquier otro caso de líderes no conservadores.  

Me preocupa que muchos de nosotros no estamos escandalizados con lo que está pasando tanto en la derecha como en la izquierda teológica cristiana. Posiblemente los de la derecha se consideran maduros y superiores a los más situados en el extremo opuesto, ya seamos pentecostales, liberales o anabautistas.  

Pero en cuestiones de ética y moralidad, todos estamos en un terreno en donde debemos ser directos... No sigamos haciendo caer a los más pequeños.  

Hacemos caer a los más pequeños, cuando nos colocamos en “un peldaño superior” a los demás, y aquí todos corremos el peligro de tropezar y caer 10, 30 o 50 escalones.  

Estoy analizando todo esto que va pasando, cómo líderes caen estrepitosamente, y lo único que queda es que entre todos nos debemos supervisar. Es bien sabido que cuando existe rendición de cuentas, es muy difícil que estas cosas ocurran.

Pero no es solamente practicar la verdad, decir la verdad, confesar la verdad, sino estar atentos, cada uno hacia sí mismo. Cada vez que alguien cae, daña el testimonio del cuerpo de Cristo, y también de muchos pequeños. 

Y por sobre todo cuidemos a las personas de fe pequeña. Romanos 14 habla de los débiles en la fe.  

• Pienso que podríamos colocar aquí a personas que aún no son miembros de la iglesia, que están interesados, pero no comprometidos.  

• Podríamos incluir a personas que recién se han bautizado y están en el proceso.  

• También podríamos incluir a personas que están hace mucho tiempo en la iglesia, pero que tienen enfermedades emocionales, personas inestables, personas depresivas. 

• Incluso podríamos incluir aquí a los legalistas, aquellas personas que buscan guardar las reglas en sus más mínimos detalles. Y aquí principalmente están las personas del grupo de iglesias ultra conservadoras, personas que pasan criticando a todos los que viven una vida cristiana “liviana”.  

 Y podría seguir escribiendo. Si bien, me sitúo en el extremo izquierdo de toda la multitud de propuestas hermenéuticas, intentando ser coherente con el anabautismo radical, ahora simplemente prefiero hacer un llamado a cada uno de los líderes cristianos. Paremos con el mal testimonio, porque esto se está poniendo pesado, y hay muchos niños y pequeños, también débiles en la fe, que están siendo escandalizados.  

No se trata de meter los escándalos bajo la alfombra. Se trata de terminar con los escándalos y clavarlos en la cruz. No permitamos, que vuelvan a ocurrir estas cosas, especialmente en América Latina. Esta es una región con mucha gente débil. Necesitamos vivir como sal y luz, y no como los Estados Unidos de América, y muchos de los fuertes de allá.  

Oremos por la iglesia en todo el mundo, por los pastores, por los líderes, y por los líderes caídos en desgracia. Orar por ellos, nos dará una conciencia de lo terrible que es caer en esa situación. Oremos por los hermanos de esas iglesias, y también por nuestras iglesias, por los niños, por los débiles en la fe.