Cuando Jesús oró por todos nosotros (Juan 17:6-19)

Pidió al Padre que vivamos en este mundo, sin contaminarnos por la maldad, “en unidad, santidad, verdad y misión”.

    13 DE ABRIL DE 2025 · 08:00

    ,Jesús discípulos

    He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos.

    Y ya no estoy en el mundo; mas estos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.

    Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.

    Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.

    Principales ideas del texto:

    • Oro por ellos (v. 9)
    • Permanecerán en el mundo mientras regreso a ti (v. 11)
    • Padre santo, guárdalos (v. 11)
    • Que sean de un solo corazón y una sola mente (v. 11).
    • No te pido que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno. (v.15).
    • Tu palabra es la  verdad que nos santifica. (v. 17)
    • Así como me diste una misión en el mundo, yo les he dado una misión en el mundo. Me consagro por ellos, para que se consagren a la verdad en su misión (vs. 18, 19).

    Reforzando la idea Slade (329) explica que en esta sección de la oración de Jesús los elementos clave son:

    • el actuar del Padre,
    • el actuar de Jesús,
    • los seres humanos que le pertenecían a Jesús,
    • la Palabra de Dios,
    • y el mundo.

    y en la página 330 indica:

    • El Padre, podría proteger a los creyentes y proveerles unidad y santidad…
    • El trabajo realizado por Jesús era juntar todo lo que había recibido de su Padre: conectar a los seres humanos que habían recibido su palabra…
    • El Evangelio de Juan enfatiza en forma radical la seguridad de los discípulos de Jesús…
    • La colaboración entre Jesús y su Padre tenía como propósito el rescate y la transformación de los seres humanos…
    • Jesús oró por sus agentes de transformación… No buscó la extracción de los agentes del mundo, sino por su fidelidad en la misión…”

    Y el texto (330 y 331) señala de manera concreta lo siguiente:

    “La clave para tal misión sería, entonces, una combinación de contacto y distancia, de comunicación y separación. Es decir, se trataba de una separación basada en un propósito específico: la misión. Entonces, la separación podía entenderse mejor en términos de santidad, la idea de apartarse de lo común para dedicarse a los propósitos de Dios. Por eso el concepto de santidad, tan poco usado en Juan aparece tres veces en el pasaje (vv. 11, 17, 19): Jesús se separó del sendero común de la humanidad y se dedicó a la voluntad del Padre, distinto de todos los demás padres, para crear una humanidad nueva y distinta, aliada con Dios. A su Padre le pidió que guardase a los discípulos en su nueva condición distinta. Sin embargo, la idea de santidad que Jesús tenía no era igual al concepto tradicional de santidad. El modelo para seguir no sería el de la santidad físicamente separada, escondida en un templo, sino el modelo de Jesús: la santidad encarnada en medio de la vida humana. Por eso los discípulos que no eran del mundo (vv. 14, 16), estaban en el mundo (v. 11) y no debían apartarse del mundo (v. 15), sino salir del mundo (v. 18)”.

    “El instrumento clave para mantener a los discípulos en la condición muy especial de estar en este mundo sin pertenecer a él sería la palabra de Dios (vv. 6, 8, 14, 17). Eran distintos porque habían recibido y guardado las palabras de Jesús, palabras divinas de verdad y vida eterna…”

    La idea del texto no indica un “aislamiento monástico", como los estilitas. Los estilitas eran monjes cristianos que vivían en el Medio Oriente a partir del siglo V, que se caracterizaban por vivir en soledad sobre una plataforma en la cima de una columna, alejados de toda la gente, orando y haciendo penitencia. Permanecían en la columna durante muchos años o hasta la muerte. Uno muy famoso se llamaba Simón el estilita.

    Esta semana estuve viendo unos documentales muy sorprendentes, de una secta notable por mantener aislada a su gente, La “Iglesia Cristiana Palmariana” es una secta religiosa que se originó en El Palmar de Troya, provincia de Sevilla, España. Se trata de una escisión de la Iglesia católica, que tiene su propio “Vaticano”, con sacerdotes, obispos y monjas, incluso su propio Papa. Tienen su propia liturgia en latín, su propia biblia y también sus propias encíclicas.

    Lo notable de la secta del Palmar, es que todos sus miembros (distribuidos en el Palmar, Sevilla, en otras partes de España, en Alemania, Suiza, Irlanda, Argentina y algún otro lugar, no llegan a 2.000 en la actualidad), tienen que vivir totalmente aislados, sin hablar, ni saludar a nadie que no sea Palmeriano (excepto con aquellos que muestran interés en volverse Palmerianos).

    La secta es realmente demoníaca, lavando el cerebro de sus seguidores, con la idea del fin del mundo, “y del planeta María”, donde no hay pecado, y donde irán a vivir todos los fieles Palmerianos.

    Todo esto me parece un poco familiar, si bien sin tantos extremismos, sentí algunas ideas similares en la secta a la cual yo pertenecía.

    Pero Jesús, aquí está orando por todos nosotros, pidiendo al Padre que nos capacite, para vivir en este mundo, sin ser contaminados por la maldad.

    Y la manifestación de la misión cristiana no debería caracterizarse por cristianos que no fuman, ni toman cerveza, o que no van al cine o el teatro, o en utilizar una vestimenta distintiva.

    El texto de Juan nos habla de una santidad vivencial, relacionarnos con Dios, con las palabras de Jesús, que tienen que ver con amor, con benignidad, con mansedumbre, con el servicio, con una misión transformadora centrífuga, y no con una paranoia centrípeta.

    Estamos llamados a ir a todo el mundo, y para esto debemos permanecer en la fe de Jesús, y en la comunión del Espíritu, una comunión que se extiende a cada habitante de este mundo, ya que todos pueden ser transformados con el amor de Jesús.

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    Fuente utilizada: Stan Slade (2006) El Evangelio de Juan. Comentario Bíblico Iberoamericana. Ediciones Kairós.

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Pytheos - Cuando Jesús oró por todos nosotros (Juan 17:6-19)

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