México se desmorona y hunde en la oscuridad

Amados, esta semana ha sido terrible en México. El domingo 21, funcionarios del gobierno federal lanzaron una playera (remera le dicen en algunos países), con la leyenda “Un verdadero hombre nunca habla mal de López Obrador” esta amenaza venía acompañada con una imagen de la santa muerte que es un culto satánico que usan los narcotraficantes mexicanos y que han popularizado en varias partes del mundo.

El presidente López Obrador minimizó el acto diciendo que era “libertad religiosa” cuando en México ese culto está proscrito y es ilegal, precisamente porque promueve prácticas de brujería que incluyen sacrificios.

El lunes, una candidata de Morena en Guaymas, Sonora, al norte del país, declaró que “debíamos de unirnos a satanás con tal de ganarle a la oposición” y el martes en el clímax de lo absurdo, o del descaro, el Senador de Morena, Adolfo Gómez, amparándose bajo el concepto de “usos y costumbres”, en un acto chamánico sacrificó una gallina al dios Tlaloc pasando por alto los protocolos del Senado, desobedeciendo una prohibición expresa de la Mesa Directiva, pasando por encima de la Ley de Protección Animal y quebrantando el Estado laico en una institución federal.

En el ámbito político, en México se aprobó en fast track: la modificación a la Ley de Amnistía que le otorga al presidente Lopez Obrador un poder supra constitucional para otorgar perdón a quienes él decida, en el momento que lo desee y sin ninguna otra limitación que su voluntad.

Se modificó también la Ley de Amparo para que ningún juez en el país pueda otorgar una suspensión con carácter general ante algún tipo de abuso del gobierno por lo que la población, especialmente lo más pobres que no pueden contratar un abogado, quedan sin defensa legal ante resoluciones federales. Y en el colmo del abuso, se modificó la Ley de pensiones para apropiarse (robarse), 40mil millones de pesos de cuentas inactivas de personas de más de 65 años que ahora pasan a un fondo manejado por el gobierno en total opacidad.

En los temas de vida, familia y libertades el panorama es desolador. Hoy viernes 26 de abril en horas de la madrugada (alrededor de las 3 de la mañana), el Senado de la República aprobó la prohibición de las mal llamadas terapias de conversión con lo que se abre la puerta a la persecución religiosa en México pues criminaliza a padres de familia, personal de salud y ministros de culto que promuevan el regreso a la heterosexualidad a personas con disforia de género o a quienes puedan tener dudas de su identidad sexual calificando todo tipo de ayuda (así sea una oración) como terapia o “tortura” y castigando con penas de 2 y hasta 12 años de cárcel, dependiendo de los agravantes. Uno de los más graves peligros de esta absurda ley es que se procede de oficio con solo una denuncia que, incluso, puede ser anónima.

Hoy también en Tabasco, que, junto con Chiapas, son las entidades con mayor población evangélica, la tiranía de la ideología de género intentará quitar el último candado para que parejas del mismo sexo puedan adoptar a menores de edad.

También hoy el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito declaró, por unanimidad, inconstitucionales los artículos que prohíben de forma absoluta el aborto voluntario en el Código Penal de Jalisco por lo que le ordena al Congreso del Estado a legislar la despenalización del aborto en la entidad.

Estamos librando en México una guerra espiritual en la que se ha incrementado el culto a lo satánico, incluyendo ritos de sangre y en medio de una violencia imparable en todo el país especialmente ahora en el contexto del proceso electoral y, en apenas poco menos de dos meses de campaña, han habido 387 actos violentos, con más de 60 asesinatos, 30 de ellos de candidatos.

Estamos en lo más oscuro de la noche, pero la luz en las tinieblas resplandece.

Les suplico, oremos por México, Dios oirá desde los cielos.