El suicidio de un joven y conocido pastor conmueve EEUU

Andrew Stoecklein, de 30 años, de la Iglesia Inland Hills en California, se suicidó debido a un cuadro severo de depresión y ansiedad.

The Christian Post · LOS ANGELES · 29 DE AGOSTO DE 2018 · 09:00

Andrew Stoecklein con su esposa y tres hijos,Andrew Stoecklein
Andrew Stoecklein con su esposa y tres hijos

El pastor Andrew Stoecklein, de 30 años, de la Iglesia Inland Hills en Chino, California, Estados Unidos se suicidó este pasado sábado a causa un cuadro severo de depresión y ansiedad.

La noticia del suceso llegó a la iglesia que dirigía el fallecido pastor, mediante un anuncio publicado en sus redes sociales: “La iglesia de Inland Hills se entristece después de que nuestro pastor Andrew Stoecklein haya sido acogido en el cielo este sábado por la noche después de luchar contra la depresión y la ansiedad. No es el resultado que esperábamos, hoy sufrimos como familia y como iglesia”.

Stoecklein, que era padre de tres hijos, fue ingresado el pasado viernes en el hospital tras intentar quitarse la vida, lo que la iglesia anunció en su página de Facebook pidiendo oración. “Familiares y amigos de la IHC, por favor oren por nuestro pastor, Andrew Stoecklein. Intentó quitarse la vida el viernes por la mañana, y ahora está en el hospital sostenido por una máquina de soporte vital”.

Andrew Stoecklein acababa de volver a iniciar sus predicaciones en Inland Hills el pasado 12 de agosto después de tomar un periodo sabático de cuatro meses para mejorar su cuadro depresivo.

En el anuncio de las iglesia sobre la muerte del pastor, alentó a que otras personas que están sufriendo el mismo problema a que busquen ayuda.

 

UNA NOTA PERSONAL

Stocklein era un pastor que ganó popularidad en el área de Los Ángeles, donde las iglesias hipster han tenido gran apogeo por atraer a gente joven a sus servicios.

El joven pastor, y su esposa Kayla Stoecklein llevaban siete años casados y tenían tres hijos pequeños, Jethro, Smitty y Brave.

Hacía viajes frecuentes con fines humanitarios, y para plantar y mantener iglesias al rededor del mundo.

Su esposa y sus tres hijos ahora lloran su partida. “Por favor, oren por mí y los niños. No sé cómo voy a enfrentar esto, estoy completamente desconsolada, perdida y vacía. Nunca en un millón de años habría imaginado que este sería el final de su historia”, dijo Kayla Stocklein a través de Instagram.

 

FE CRISTIANA Y SUICIDIO

En cuanto al tema del suicidio recurrimos a la opinión de Pablo Martínez Vila, reconocido psiquiatra que ejerce en Barcelona (España), y que reúne en su persona el ser un líder cristiano comprometido. Es ex Presidente de la Alianza Evangélica Española (1999-2009) y miembro actual de la Comisión Sociopolítica de la Alianza Evangélica Europea. Director del European Christian Counselors Network (Red Europea de Consejeros Cristianos), escritor y conferenciante internacional.

Él expresa como psiquiatra que “cuando una persona se suicida bajo los efectos de una enfermedad mental grave, la voluntad y los pensamientos están muy ofuscados por la enfermedad. Hay una distorsión profunda de la percepción de la realidad como nos recuerdan algunos casos de depresión en la Biblia (Moisés, Elías) en que incluso aparece el primer grado de la ideación suicida (“Señor, quítame la vida...”). En los casos más graves, esta distorsión puede ser delirante, el enfermo imagina cosas que sólo existen en su mente”.

Por tanto, concluye, “podemos decir que no hay plena conciencia de lo que se hace. Es un acto que el paciente no realizaría nunca en condiciones normales, fuera del episodio de enfermedad. Prueba de ello es que cuando una persona así (con enfermedad mental) comete un acto penal –por ejemplo, una agresión o incluso un homicidio- la justicia humana atenúa o incluso anula la imputabilidad (responsabilidad) del paciente en estas circunstancias”.

“Cuanto menor es la conciencia (ofuscada por el episodio de enfermedad), menor es su responsabilidad. Si un juez humano tiene esto en cuenta, ¡cuánto más nuestro Dios que es el juez perfecto! Esta realidad aporta mucho consuelo y esperanza a los que han perdido a un ser querido en estas circunstancias” concluye el psiquiatra y líder evangélico.

Otra cosa distinta, reflexiona, es la persona que con frialdad, en plenas facultades mentales, decide quitarse la vida. En esta situación, muy distinta a la anterior, es cuando se debe aplicar el principio de que “el suicidio es condenado en la Biblia porque es un acto que encierra en sí mismo la esencia del pecado: ‘yo soy el dueño de mi vida, nadie por encima de mí me ha de decir cómo vivir , ni cuánto tiempo’. La gravedad del suicidio radica ahí, en esta autonomía absoluta que lleva al hombre a hacerse dios decidiendo sobre algo que corresponde sólo al Creador de la vida”.

Finalmente, como psiquiatra, pastor y autor de un libro sobre el duelo (Más allá del dolor), Martínez Vila expresa que “alivia mucho saber que Dios es el Justo, el Padre cuya misericordia es tan grande que le llevó a entregar a su propio Hijo para darnos la vida. Contemplar la cruz de Cristo con todo lo que nos revela sobre el carácter de Dios, sobre nuestra frágil condición humana y sobre la esperanza que tenemos en Cielos nuevos y Tierra nueva es el mejor bálsamo para mitigar el lacerante dolor. En una situación así las palabras sobran y el silencio habla muy alto. Lo que sí hace falta es acompañar, estar al lado de, y dolerse juntos como familia en la carne y como familia espiritual”.

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