El pasado 12 de junio la actriz y cantante Jennifer Hudson ganó un Tony a la mejor producción de un espectáculo musical, como coproductora de A Strange Loop. Con este galardón, ha entrado a formar parte del exclusivo club EGOT (Emmy, Grammy, Oscar, Tony). Además, se ha convertido en la mujer más joven en ganar estos cuatro premios. los más importantes del espectáculo. Solo cuatro mujeres más han sido capaces de lograrlo, tanto en cine como en teatro.

La cantante y actriz saltó a la fama por primera vez como finalista de American Idol. Sin tener un camino fácil, salpicado de obstáculos, desde entonces ha vendido más de un millón de discos, protagonizando Dreamgirls junto a Beyoncé.

Debido a sus logros, fue nombrada una de las 100 personas más influyentes del mundo por la revista Time. Pero si se quiere entender a la verdadera Hudson, hay que mirar más allá de los elogios y profundizar en su fe cristiana. “Es la parte más importante de mi persona”, dice a sus 39 años. En una entrevista explicaba: “He leído la Biblia desde que era pequeña, cambió mi vida y nunca me ha fallado”.

Como muchas otras grandes artistas, dio sus primeros pasos musicales en el coro de la iglesia; algo que sigue haciendo, como confesó en una entrevista a Oprah Winfrey: “Canto en mi iglesia todos los domingos. Lo he hecho toda mi vida. Sigo siendo la misma”, dijo con total naturalidad a la presentadora.

Un asunto de fe en todo tiempo

Nacida en una familia cristiana miembros de la denominación bautista en Chicago (Illinois) Jennifer Hudson estuvo “siempre” en la iglesia,. Para ella la fe era un asunto familiar y tiene buenos recuerdos de su abuela cantando himnos mientras se deslizaba hacia la cocina. “De su voz obtuve mi voz y es la respuesta a sus sus oraciones lo que vivo hoy”, dice ella.

Décadas después, la autenticidad y profundidad de la fe de Hudson sigue siendo evidente en entrevistas y redes sociales. Hudson escribió hace unos días, tras ganar el premio Tony, que “¡Dios lo ha hecho otra vez!”.

La evidencia de la estrecha relación de Hudson con Jesús fue especialmente intensa en 2008, cuando encontró en Él la fuerza para perdonar al asesino de su madre, su hermano y un sobrino de siete años. El monstruo era el cuñado de Hudson, William Balfour, que estaba lleno de ira tras separarse de la hermana mayor de Jennifer, Julia.

En un comunicado emitido después del juicio, Jennifer y Julia Hudson dijeron: “Queremos extender una oración de la familia Hudson a la familia Balfour. Todos hemos sufrido pérdidas terribles en esta tragedia.  Es nuestra oración que el Señor perdone al Sr. Balfour por estos actos atroces y lleve su corazón al arrepentimiento algún día”.

En una entrevista a Oprah Winfrey reconoció que su perdón a Balfour y fue posible sólo por la ayuda de Dios en medio de su dolor. “Siempre digo que el regalo más grande que nos dio nuestra madre fue llevarnos a conocer a Cristo y educarnos en la iglesia. Esa es la base de mi vida, y lo que me mantiene conectada a la realidad”.