Ante Dios la estrella de Francia no es Mbappé, sino Giroud
Giroud, en Qatar, es el máximo goleador en la historia de la selección francesa. Lee siempre la Biblia y lleva tatuado su versículo favorito: “El Señor es mi pastor, nada me falta”.
Agencias · 17 DE DICIEMBRE DE 2022 · 08:00

El pasado sábado 10 de diciembre Francia se enfrentó a Inglaterra en los cuartos de final del Mundial de fútbol en Qatar. Ganó gracias a un gol de Olivier Giroud. Él estará en la final ante Argentina que se disputará este domingo 18 de diciembre.
Entre las muchas estrellas francesas, entre las que destaca Mbappé, a menudo pasa desapercibido el discreto Giroud. Y sin embargo es un futbolista diferente en muchos sentidos, y destacado pese a su humildad.
Es el típico delantero al que siempre se le exige más, sin importar todo lo que da. Es el máximo goleador de la historia de la selección francesa, superando a Thierry Henry. De hecho, Giroud necesitó muchos menos minutos sobre el campo para igualarle.
En Qatar se está viendo la versión más goleadora del jugador. Una versión que le ha servido, nada más y nada menos, que para superar a Henry como el jugador con más goles en la historia de la Selección gala.
En este Mundial, Giroud, ha anotado cuatro tantos en los cinco partidos disputados hasta la fecha, convirtiéndose nuevamente en el compañero de lujo de la gran estrella del equipo, Kylian Mbappé.
Un luchador humilde que ama a Jesús
Nunca ha sido un delantero top mundial, pero sí constante. En las seis temporadas que militó en el Arsenal no bajó nunca de los 15 goles, salvo en la última, que jugó mucho menos. Sus números en el Chelsea bajaron los cuatro años que allí estuvo, y en ninguno pasó de 13. Pero se marchó de la Premier League en 2021, tras diez años jugando en Inglaterra, con 144 goles en 372 partidos.
Sus números en Italia con el Milan se parecen bastante a los del Chelsea: 14 goles en la primera temporada y nueve en lo que va de esta. Y aunque sus cifras con Francia son mucho mejores, la mitad de sus goles son en partidos amistosos. En lo que importa de verdad, solo un gol en Brasil 2014 y dos en el debut de los bleus en Qatar. Y en Eurocopa, tres cuartos de lo mismo: tres goles en 2016 y ninguno en 2012 y 2020.
Citando a Nelson Mandela, en una entrevista que le hicieron tras un tropiezo con el Milan, pidió que se le midiera por las veces que se ha caído y se ha levantado.
Es diferente para todo. De cara a gol y también fuera del campo. Camino al estadio, en el autobús del equipo, siempre lee la Biblia. Es su manera de concentrarse y de pedirle ayuda a Dios para cuando salte al campo.
También a la hora de decidir su futuro, porque en la misma entrevista aseguró que había sido su fe la que le indicó el camino de fichar por el Milan cuando estaba negociando con el Inter. Este año, celebrando el scudetto que logró con el Milan, se puede ver que bajo la camisa oficial del equipo llevaba una camiseta con el texto “I love Jesus” (Amo a Jesús).
Lleva escrita en latín en su antebrazo uno de sus versículos favoritos: “El Señor es mi pastor, nada me falta”. No oculta su fe –es cristiano evangélico– y habla abiertamente en las entrevistas de ello, porque, para él, es algo fundamental, que además le ayuda a “ser positivo, a poner las cosas en perspectiva y a saber perdonar”.
Por eso le dedicó el triunfo de Francia en el Mundial de Rusia a Cristo. “Me ha ayudado como hombre y como jugador profesional, dándome confianza, perseverancia y fe para no darme nunca por vencido” aseguró a Le Parisien cuando le preguntaban en quién pensaba tras conseguir la Copa del Mundo en Rusia. Un delantero diferente que no se avergüenza de su fe.
Esto se refleja continuamente en sus declaraciones y entrevistas, en frases como:
“Acostumbro a orar en el campo de juego antes de cada partido y después de cada gol también, con mi mirada y mis índices apuntando al cielo. Simplemente quiero dar la gloria a Cristo”.
“Estoy orgulloso de decir a todos que amo a Jesús, así que no veo por qué esconderlo. Además, siento que es mi deber hablar de ello y dar testimonio, porque soy una persona que está en los medios de comunicación y, por lo tanto, puedo ayudar a otros cristianos a hablar más libremente de su fe”.
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