‘Los pastores se infatuaron’
El sentido de este diagnóstico de Dios con los líderes de su pueblo se puede entender como “se quemaron” o “se consumieron”.
04 DE DICIEMBRE DE 2022 · 08:00

Este versículo de Jeremías me habló especialmente esta semana en mi devocional. Dice en Jeremías 10:21: “Porque los pastores se infatuaron y no buscaron a Jehová. Por tanto, no prosperaron y todo su ganado se esparció”. Es una palabra que me tocó mucho. Habla sobre las consecuencias trágicas que sufrimos cuando no buscamos al Señor como pastores y como líderes.
En el tiempo de Jeremías los pastores se infatuaron. Esa palabra, en hebreo, es el verbo ba’ar, y se traduce, en el Antiguo Testamento, como embrutecer, volverse como una bestia, sobre todo se usa mucho para quemar y consumir (Éxodo 22:6). Y también se traduce como purgar en Deuteronomio 17:7.
Entonces, comprendamos mejor el sentido de este diagnóstico de Dios hacia los líderes de su pueblo:
- Los pastores se infatuaron.
- Se embrutecieron.
- Pero también se puede sustituir con las palabras “se quemaron” y “se consumieron”.
Lejos de la zarza que ardía y no se consumía, dice que los pastores se volvieron necios y se quemaron. No fueron de utilidad. Llegó un momento en que estaban como tierra consumida. ¿Por qué? Todo partió de este problema, de que no buscaban a Jehová; dejaron de cuidar su búsqueda del Señor; y, por tanto, no prosperaron.
El verbo prosperar habla de cuando tenemos éxito, vamos hacia adelante, avanzamos, progresamos, conquistamos... Pues, todo lo contrario. No prosperaron, no avanzaron, no progresaron. Dice más: ¿Y el rebaño? ¡Todo su ganado se esparció!
Para todo cristiano, para todo ser humano, y mucho más, para los líderes y pastores, buscar al Señor es cuestión de vida o muerte. Especialmente, en el ministerio, cuando descuidamos nuestra búsqueda del Señor, las consecuencias nefastas son inevitables. Lo primero es que nos vamos a infatuar, es decir, que nos vamos a embrutecer.
Además, perdemos la frescura espiritual, la sabiduría, y esa gracia de Dios que debe fluir a través nuestro. Entonces, comienza a aparecer lo humano. Le servimos con la fuerza humana, y lejos de ser una zarza que arde y que no se consume, ahora soy una que arde y que me consumo.
Sufro el síndrome del burn out, del estar cansado y quemado. Y tú dices ¿qué me está pasando? Bueno, probablemente debo hacer un ajuste en mi intensidad, en mi capacidad de organización, en conciliar mi vida personal y laboral, poner bien las prioridades... Pero, casi siempre, la base de nuestro problema está aquí, en que hemos dejado de buscar al Señor como deberíamos.
En cambio, cuando estamos siendo hombres y mujeres de Dios en los que nuestra prioridad es estar continuamente en la búsqueda de Dios, entonces se manifestará el poder de Dios para arder y no consumirnos. Como la zarza. Tendremos la sabiduría, la gracia, unción, frescura, la palabra para nuestro pueblo...
Nuestro servicio a los demás poseerá un poder de atracción. El rebaño que Jesús nos ha confiado va a querer estar cerca nuestro, porque proveemos buen pasto, y consejo, y vida de Dios...
Para prosperar y progresar en nuestro ministerio debemos tener la prioridad diaria de buscar al Señor y su Palabra. Solo así, en lugar de que el pueblo sea esparcido, habrá salud espiritual en la congregación. Va a ser posible un crecimiento en el rebaño, porque somos pastores que estamos buscando al Señor.
No. No traigo esta palabra con un espíritu de condenación, o porque de alguna forma tenga que corregir algo que esté pasando. Para mí fue un ánimo, y una llamada de atención de Dios, quien nos tiene que estar siempre animando en la búsqueda de su Presencia. Cuidar la búsqueda es una parte muy importante de nuestro ministerio. Es en el secreto, en nuestra vida con Dios, donde nace la fuerza, el amor, la sabiduría, el consejo... Ahí recibimos la Palabra, la renovación y las instrucciones para llevar a cabo. Vamos a prosperar, a tener éxito, vamos a ir hacia adelante y el ganado se va a beneficiar.
Hoy os dejo este poderoso versículo, tan cortito, y tan rico en significado, para que cada uno lo analice:
Jeremías 10:21: “Porque los pastores se infatuación y no buscaron a Jehová. Por tanto, no prosperaron y todo su ganado se esparció”.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Soliloquios - ‘Los pastores se infatuaron’