Hombres de oración, la gran necesidad de este tiempo
Todos los héroes de la fe fueron hombres de oración. Necesitamos héroes de la fe hoy.
12 DE MAYO DE 2024 · 08:00

En todo lugar y en todo tiempo, cuando los hombres se encuentran para orar en unidad y llenos de fe, una revitalización de la Iglesia y transformación de su entorno estará a las puertas.
Por ese motivo, el apóstol Pablo comienza sus recomendaciones pastorales a su hijo espiritual Timoteo con estas palabras: Exhorto, ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad... Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda (1 Timoteo 2:1-2, 8).
Me gusta cómo lo expresa en la versión NTV: Deseo que en cada lugar de adoración los hombres oren con manos santas, levantadas a Dios, y libres de enojo y controversia.
El reto para los varones es convertirnos en hombres de oración, porque la oración me cambia a mí en primer lugar, cambia mi entorno cercano y el mundo, en última instancia.
Hace poco estuve en una jornada para hombres en la que hubo muy buena respuesta en cuanto a asistencia. En la invitación prometíamos deportes, paella, corte de pelo y barba, toro mecánico, compañerismo y, por supuesto, predicación y alabanza. Me pregunté: ¿Qué pasaría si la reunión de hombres fuese de oración? ¿Cuántos hubiésemos acudido? En honor a la verdad, muchos menos.
¿Por qué la oración es irremplazable, imprescindible e irrenunciable? Porque la calidad de tu oración determina la calidad de tu vida. La oración es tan importante que, si fallamos en ella, fallamos en todo. El fracaso en la oración es un fracaso en todo lo demás.
¿Por qué hay más mujeres que hombres en los ministerios de oración e intercesión?
Aquí van dos posibles respuestas:
1) Porque no creemos en el poder que hay en ser un hombre de oración.
No hemos entendido la guerra real y el poder que se nos promete tener. Jesús dijo: «Lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré» (Juan 14:14).
Una prueba de que la oración funciona la hallamos en la biografía de Jorge Müller. Jorge tenía un cuaderno donde anotó más de 50.000 oraciones que fueron respondidas por Dios. Él llegó a decir: “Nunca pedí cosa alguna en oración sin que al final del día la recibiera de alguna manera, de alguna forma”.
2) Además, “no hay tiempo para la oración”.
No porque no tengamos tiempo (eso es un auto engaño), sino porque aún no le encontramos el placer a la oración. El hombre saca tiempo y recursos para su placer o delicia. Cosas legítimas y correctas pueden ser equivocadas y un mal para nosotros si ocupan el lugar de la oración.
Todo nuestro tiempo se lo llevan tres efes: las finanzas, la familia y el fútbol (es decir, las aficiones). Pero hay una efe que debería ser nuestra prioridad: la fe, ya que “el justo por su fe vivirá”.
Todos los héroes de la fe fueron hombres de oración. Necesitamos héroes de la fe hoy, necesitamos hombres de oración.
“La mayor preocupación del diablo es alejar a los hombres de la oración. Él no les teme a los estudios ni al trabajo y tampoco a la religión de aquellos que no oran. Él se ríe de nuestra labor, se burla de nuestra sabiduría, pero teme cuando nos ponemos a orar”. Samuel Chadwick.
En ser un hombre de oración nos va la vida
Fue de las primeras cosas que descubrí en mi caminar en Cristo. Si cuidaba mi vida de oración y, por lo tanto, estaba fuerte en el espíritu, mi vida era feliz, fructífera y plena. Si, por el contrario, descuidaba la oración y me debilitaba en el espíritu volvía a arrastrarme por el polvo como un simple mortal.
«Ningún hombre es más grande que su vida de oración... El ministerio de predicación está abierto a unos pocos, pero el ministerio de la oración es el ministerio supremo, abierto para todas las personas». Cita de Leonard Ravenhill tomada del artículo «The Passion of Prayer» [La pasión de la oración].
Adán cayó por desconectarse de Dios en oración. Por el contrario: Jesús no cayó, porque nunca se desconectó de Dios en oración (las tentaciones o Getsemaní lo demuestran).
Esta es la piedra de toque para todo hombre nacido de mujer que batalla contra la serpiente en la tierra: su vida de oración. En palabras de Carlos Spurgeon: "Nueve de cada diez veces el declive en la vida de un cristiano comienza por el abandono de la oración y la lectura diaria de la Biblia".
Nuestro modelo, como hombre de oración es Jesús. Y cito al hermano Andrés en su libro Oración, la batalla es real: “Jesús oró en cada punto vital de su ministerio. El Evangelio de Lucas nos lo muestra”. Él oró en su bautismo: «Y mientras oraba, se abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre él» (Lucas 3:21-22). Jesús oró cuando las multitudes lo alababan: Él se apartaba a lugares desiertos y oraba para tener la perspectiva necesaria y mantener las prioridades correctas (Lucas 5:15). Jesús oró toda la noche cuando eligió a los doce hombres que serían su círculo más cercano (Lucas 6:11-13). Él oró en el momento en que les reveló a sus discípulos que era el Mesías (Lucas 9:18). Él estaba orando cuando se transfiguró y habló con Moisés y Elías (Lucas 9:28-29). Él estaba orando cuando sus discípulos le pidieron que les enseñara a orar (Lucas 11:13). Y oró en la hora de nuestra redención, en el Huerto de Getsemaní: «Jesús salió como de costumbre al monte de los Olivos, y sus discípulos le siguieron. Al llegar al lugar, les dijo: "Orad para no caer en tentación" (Lucas 22:40). La victoria real, la redención real, se produjo a través de la oración en Getsemaní, cuando se aceptó la decisión para enfrentar la cruz.
Repito, Adán cayó por desconectarse de Dios en oración. Jesús no cayó, porque nunca se desconectó de Dios en oración. La clave de nuestra victoria estriba en no desconectarnos de Cristo, es decir, en nuestra vida de oración.
Nuestras naciones necesitan que nos levantemos en oración
Billy Graham dijo “estamos atrapados en una corriente de la historia que no podemos controlar. Hay un solo poder que puede cambiar el curso de la historia, y es el poder de la oración. ¡Qué glorioso sería si millones de nosotros hiciéramos uso del privilegio de la oración!”. (Sermón de Billy Graham sobre la oración: Hay poder en la oración)
¿Qué tal si nos convertimos en hombres de oración?
Hay un hecho constatado en la historia: Los grandes movimientos de Dios en la historia del mundo han venido en respuesta a la oración, en respuesta a hombres y mujeres que estuvieron dispuestos a gastar importantes horas de su tiempo en oración. Así de rotundo se manifestó John Wesley en este respecto, "Dios nada hace a no ser en respuesta a la oración”.
"Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra" (Ezequiel 22:30).Y el Señor sigue buscando esos hombres, hombres que se pongan en la brecha entre Dios y la tierra, hombres de oración que se levanten a favor de su tierra para que esta sea sanada, hombres como Moisés, hombres como Daniel, que se pusieron en la brecha y oraron y trajeron un cambio significativo en su generación.
Termino de nuevo con palabras del Hermano Andrés. “Dios nos invita a influir en nuestra comunidad, en nuestra nación y en el mundo para dirigir la historia, literalmente, mientras estamos de rodillas”.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Soliloquios - Hombres de oración, la gran necesidad de este tiempo