Hugo Márquez: ‘El acoso de la ideología de género no nos parará’
Los evangélicos argentinos “siempre hemos luchado por un Estado laico, y si no queríamos antes que nadie impusiese una doctrina desde el poder, ahora tampoco queremos que el Estado adoctrine a nuestros hijos”.
20 DE AGOSTO DE 2018 · 06:00
Hugo Márquez es pastor bautista en Neuquén y director del colegio evangélico AMEN, que es noticia porque le han iniciado un sumario por no impartir en sus aulas la ideología de género en la educación sexual. Unido a esto, su iglesia, su persona, e incluso algunas instalaciones de radio han sufrido acoso y violencia en ocasiones extrema, por parte de activistas LGTBI.
Me dice Hugo Márquez, nada más llamarle: “Estoy muy sorprendido, Xesús. Estaba pensando en ir dejando cosas, delegando responsabilidades, y dedicarme a escribir tranquilamente; es lo que quería hacer, créeme. Y me encuentro de repente en el medio de un movimiento increíble que Dios sabe a dónde quiere llevar”.
Hugo Márquez me recuerda en esto a Oliver Cromwell, el que derribó la monarquía inglesa; él también decía que se había visto envuelto en acontecimientos trascendentales en su país, pero que su vocación real era retirarse a su casa de campo a trabajar y vivir tranquilamente. Me cuenta cómo se ha llegado hasta aquí.
Pregunta (Xesús Manuel Suárez).- Un movimiento “por las dos vidas” germinado en tu corazón acabó en una multitud de manifestaciones por toda Argentina el pasado 25 de marzo; y todos conocen la reciente manifestación del 4 de agosto. ¿Qué ha pasado hasta llegar al actual acoso al colegio evangélico Neuquén, que tu diriges?
Respuesta (Hugo Márquez).– Después de esa manifestación, volví a Neuquén. Invité a Agustín Laje y Nicolás Márquez, dos jóvenes católicos, a dar unas conferencias en mi ciudad, dos en nuestra iglesia, para jóvenes y para mujeres, y una en un museo, dirigida a la población general. Les hice antes una entrevista en la radio y al salir les enseñé las instalaciones de nuestro Colegio Evangélico AMEN; en ese paseo, unas estudiantes los vieron y acabaron pidiéndoles que les diesen una charla espontánea; así lo hicieron y a esa charla acudieron voluntariamente los estudiantes que quisieron, entre ellos unas chicas con consignas abortistas, que boicotearon el acto con gritos e interrupciones, a pesar de que sus propios compañeros les reclamaban que se callasen.
P.- ¿Y qué pasó?
R.- En un momento di por terminada la charla y salimos. Esas chicas nos siguieron y se encararon a los dos conferenciantes con escupitajos y patadas; cuando Laje les dijo: “¿Por qué no podemos hablar? No soy vuestro enemigo”, le contestaron: “¡Vós sós mi enemigo! ¡Y, si pudiera matarte, te mato!”.
P.- Muy pacifistas, ya veo. ¿Qué pasó después?
R.- Una de ellas es sobrina del líder local LGTBI, un responsable en el Ministerio de la Ciudadanía de Neuquén; le llamó y hablaron con la prensa. Un periódico anunció a grandes titulares que esas chicas habían sido maltratadas en el Colegio AMEN, y a eso se sumó una campaña en radio y TV defenestrándonos sin escucharnos siquiera. Inmediatamente tres diputados presentaron una propuesta para retirar la financiación a los colegios confesionales.
P.- ¿Cuál ha sido tu reacción?
R.- Tras momentos de seria preocupación, ahora tenemos paz; estamos tranquilos, seguros de que nos asiste la verdad y la razón; vamos para adelante. Las redes sociales se están revelando como un poderoso instrumento: estamos pasando por encima de la prensa y la radio manipuladas para presentar la verdad de lo sucedido y las sólidas razones de nuestra posición.
P.- ¿Y cómo ha reaccionado la gente?
R.- Estoy abrumado: en cada momento se me acumulan mensajes de apoyo de todas partes del país y de fuera del país, porque esto está siendo muy conocido. A nivel institucional, he recibido el apoyo solidario de la Confederación Bautista, la Asociación Nacional de Pastores Bautistas, ACIERA, Argentina Oramos Por Ti, la Confederación de Iglesias Evangélicas, el Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia… Hoy mismo me ha llamado el obispo católico de Neuquén para mostrarme su respaldo.
P.- ¿Y vais a salir a la calle?
–Mañana [la entrevista la estamos haciendo el día 17] vamos a realizar en Neuquén un acto público de reclamación al gobierno, y para sumarse a ese acto están llegando representantes de organizaciones de muchas partes del país, porque lo que reclamamos no es para nuestro Colegio, sino para todas las escuelas confesionales de la nación, pues si nos tiran a nosotros, se llevarán por delante al resto de estas escuelas.
P.- ¿Qué vais a reclamar?
R.- Cinco cosas muy concretas:
- El estado no puede transformarse en adoctrinador de la ideología de género.
- Defendemos el derecho a escoger la educación de nuestros hijos.
- No a la persecución ni discriminación religiosa.
- Respeto al ideario institucional de los colegios cristianos.
- No aceptamos educadores impuestos por el estado para dar educación en nuestros centros.
- No estamos hablando de religión: se trata de un servicio público, se trata de la Educación.
P.- Los evangélicos en Argentina, ¿reclaman un estado laico o uno confesional?
R.- Desde siempre hemos venido luchando por un estado laico, y por eso mismo, si no queríamos antes que nadie impusiese una doctrina desde el poder del estado, ahora tampoco queremos que el estado adoctrine a nuestros hijos. El estado debe ser neutral en cuanto a ideología, equidistante, no debe definirse por una ideología concreta, como en Cuba, sin dar cabida a las demás. Pero el estado se está sometiendo a la ideología de género y se está convirtiendo en un mero instrumento de ella; está adoptando así tintes de totalitarismo, limitando la libertad personal para elegir otra opción ideológica, especialmente en el caso de la educación.
P.- Te invito a pararte, Hugo, y ver con perspectiva lo que está pasando. Es sorprendente la capacidad de acción unitaria y movilización que está demostrando la comunidad evangélica. ¿Qué ha pasado?
R.- En Argentina, hace pocos meses era muy difícil encontrar un pastor que dijese: “¡Salgamos a la calle!” No, muchos incluso decían que en domingo no se debía salir en manifestación. Y en muy poco tiempo, sin que hubiese ninguna indicación de autoridades del mundo evangélico, lo que es difícil es encontrar ahora una iglesia que no diga: “¡Tenemos que salir! ¡No podemos quedarnos quietos!”. La Iglesia en Argentina cambió y la prueba está en que ni tengo tiempo para responder los mensajes de apoyo. Para mañana esperamos en Neuquén evangélicos de muchas partes; y yo no los estuve llamando, se informaron y vienen.
Estoy emocionado, me vienen las lágrimas al ver a Dios obrando. Quiero honrar Su nombre y no voy a volverme atrás. No estamos defendiendo nuestro Colegio AMEN, estamos defendiendo todos los colegios evangélicos y también los católicos. No nos van a voltear, ¡nos quedaremos de pie!
P.- ¿En qué puede dar esto?
R.- En 1991 cambió mi forma de pensar; estaba acostumbrado a hacer planes: soy bautista y estudié Ingeniería, así que tengo una cabeza organizada. Pero fracasamos; y entonces Dios nos mostró que la agenda la tiene Él. Los caminos de Dios son como la estela de un barco en el mar: no ves tanto el camino que queda por delante, como la estela que deja detrás, y al verla comprendes hacia dónde vas. En Jueces 3.3-4 dice: “Cuando veáis el arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y los levitas sacerdotes que la llevan, vosotros saldréis de vuestro lugar y marcharéis en pos de ella, a fin de que sepáis el camino por donde habéis de ir; por cuanto vosotros no habéis pasado antes de ahora por este camino”. Hace tiempo rompí con el deseo de organizar y estructurar todo; lo más importante es saber discernir lo que Dios quiere. No hago apologética del desorden, pero necesitamos pastores sensibles que puedan ver cómo se mueve el arca. Decimos que el Señor habla hoy, pero en la Iglesia muchas veces hablamos nosotros; hay que darle a Él el lugar que le corresponde y dejarle hablar.
P.- ¿Cómo ha reaccionado la sociedad civil argentina ante la irrupción de los evangélicos en la plaza pública?
R.- La gente común se está acercando a nosotros y se está apoyando en nosotros; ellos no habían sabido reaccionar ante el acoso de la Ideología de Género. Mucha gente ahora siente que lo que decimos nosotros es lo que ellos querían decir y no sabían cómo; están hartos de la Ideología de Género, que no es natural ni científica. Los padres están reclamando que dejen de adoctrinar a sus hijos y exigen que el estado reconozca que es responsabilidad de los padres educar a sus hijos en valores. La sociedad civil estaba resignada y ahora está dejando la resignación y comienza a levantarse.
Acabamos de saber que el gobierno se ha planteado expulsar del Colegio AMEN a algunos profesores y sustituirlos por otros más dóciles a la Ideología de Género. Recuerdo entonces a D. Luis Taboada, un maestro galleguista republicano de gran talla; en la dictadura de Franco fue destituido y expulsado de su escuela; por sus ideas, ni más ni menos. Otros como él se vieron obligados a emigrar a Argentina, México y otros países sudamericanos, que se beneficiaron de ese exilio de elevada talla académica, mientras la educación española se hundía en un retroceso intelectual con profesores mediocres cuyo único mérito era ser fieles a la ideología gobernante. No puedo creer que en Argentina se cometa ahora el mismo atropello: sacar de las aulas a profesores por razones ideológicas y sustituirlos por adictos a la ideología gobernante. Cuando se secuestra la libertad, se hunde la educación.
Hugo Márquez no tiene la menor intención de cortarle la cabeza a ningún mandatario excelso como hizo Oliver Cromwell, estén seguros, pero no tengo duda de que Dios aún no le va a dejar retirarse a escribir, porque ahora le toca estar en el centro de un movimiento reivindicativo que no van a poder parar; y quien quiera poner piedras en su camino será bastante imprudente, porque cuando Dios decide abrir un camino, lo abre.
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